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29 de mayo de 2013

A la internacionalización también
se llega con tecnología e inclusión social

En los proyectos, las estudiantes Fabiola (centro) y Laura (derecha), cuentan con el acompañamiento académico de Natalia Castaño, de Urbam (izquierda), en temas de ciudad.
 

• Un convenio entre Ruta N y Massachusetts Institute of Technology (MIT) permite que unos estudiantes desarrollen proyectos tecnológicos para zonas vulnerables de Medellín.

• Dos eafitenses se unieron a otras instituciones, y le apostaron a la energía y a la moda como estrategias innovadoras y de impacto social en las comunas de la ciudad. 

Apropiarse de las nuevas tecnologías y convertirlas en un factor de inclusión social es una idea que siete estudiantes de las universidades EAFIT, Nacional, de Antioquia y UPB, y otros siete del Massachusetts Institute of Technology (MIT) tienen entre ojos, tanto así que en solo dos meses lograron estructurar nueve proyectos diferentes pero con un mismo fin: brindar mejor calidad de vida a las zonas más vulnerables de la ciudad.

La iniciativa surgió a partir de un convenio entre Ruta N y el Senseable City Lab del MIT, un laboratorio que cada año hace proyectos en varias partes del mundo para convocar estudiantes de maestría y doctorado en diferentes disciplinas para un trabajo de ciudad.

Y, precisamente, por ese enfoque de ciudad, Ruta N invitó al Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT para que, desde sus conocimientos y experiencias, participara como apoyo académico y colaborara en la coordinación de los diferentes proyectos.

Natalia Castaño Cárdenas, coordinadora académica de Urbam y de esta actividad, indica que, además de los beneficios que a futuro le pueda traer a la ciudad el desarrollo de las iniciativas, se debe resaltar la importancia de trabajar con una universidad de primer nivel.

“Es muy importante que podamos transferir esos conocimientos a nuestros ámbitos de trabajo. El hecho de hacer parte de estos proyectos con una universidad tan importante es fundamental”, dice y destaca que, aunque no se ha firmado un convenio directo ente la Universidad y el MIT, el aporte en términos de internacionalización es alto.

Por su parte, Félix Londoño González, director de Investigación de la Institución, afirma que este tipo de proyectos que buscan integrar varias disciplinas y que trascienden fronteras son una oportunidad para “traer contextos geográficos, culturales, formas de ver la tecnología y las percepciones humanas”.

Además, enfatiza en que estas características van de la mano de la línea de la Institución como abierta al mundo, con estudiantes que viven, sienten y participan del desarrollo.

La actividad, que inició en marzo de este año, terminó su etapa académica el 10 de mayo con una visita que realizaron los estudiantes colombianos al MIT para exponer los proyectos.

Para Natalia, la idea es que estas iniciativas no se queden en el papel y puedan hacerse tangibles. “En este momento estamos en proceso de saber qué proyectos pueden continuar y Ruta N está muy interesado en darles continuidad”, explica.

EAFIT, con dos proyectos

Para llegar hasta lo que tienen hoy, Fabiola Saavedra Caballero, estudiante de la maestría en Economía; y Laura Sierra Zapata, alumna del doctorado en Biotecnología de EAFIT, tuvieron que caminar las calles empinadas de Medellín y reconocer las comunas para identificar soluciones innovadoras a sus necesidades. De ahí los dos proyectos de impacto social para las zonas más necesitadas de la ciudad.

Así, Fabiola, junto con un ingeniero eléctrico de la Universidad Nacional y un Arquitecto del MIT, pensó en un dispositivo que le permitiera a las familias de bajos recursos hacer un consumo eficiente de energía eléctrica, de tal manera que no tuvieran que volver a sufrir por los cortes de luz.

Para ella ha sido muy importante dentro de su proyecto, no solo el aporte social a la ciudad, sino compartir con personas de otras disciplinas. “Esta experiencia es muy enriquecedora, porque al meterse a las comunas de Medellín uno ve perspectivas muy diferentes, además de las que aportan un ingeniero y un arquitecto. Esto ayuda a desarrollar nuevas ideas”, cuenta.

Laura, por su parte, se unió al deseo de una arquitecta del MIT de trabajar con la parte textil de la ciudad y explotar el alto potencial creativo de la gente en los barrios, con su afinidad en temas ambientales y sostenibles para trabajar en una plataforma virtual donde las personas puedan realizar diseños de moda a su medida, además de un proceso productivo para reciclar el plástico y convertirlo en material textil.

Ambas eafitenses creen en que sus proyectos traerán grandes aportes para la Institución. “Esta es una universidad que se destaca por ser vanguardista y abierta a que los estudiantes traigamos ideas de afuera para implementarlas en la ciudad, por eso el MIT es un socio estratégico que contribuye a la internacionalización”, puntualiza Laura.