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13 de marzo de 2013

Un ea-fiat-ense

Alejandro (derecha) estudió dos pregrados en EAFIT y ahora es practicante de la Fiat. A su lado Marco Pesce, su jefe y director del área de Investigación y Desarrollo de Chasis.

• José Alejandro Betancur, estudiante de Ingeniería de Diseño de Producto e Ingeniería Física, hace su práctica en el centro de investigaciones del grupo Fiat, en Italia.

• La oportunidad surgió cuando estaba en el país europeo realizando una pasantía en el Politécnico de Milán, al que se encuentra vinculado desde febrero del año pasado.

Los sistemas automotrices y la solución coherente de los problemas son las razones por las que Alejandro Betancur Ramírez decidió hacer dos carreras al mismo tiempo. También porque sabía que ese esfuerzo le permitiría ingresar a ese mundo que siempre le fue tan atractivo: los automóviles.

Y la vida lo puso en el lugar que deseaba. En febrero de 2012 llegó a Italia para hacer una pasantía en el Politécnico de Milán, gracias al convenio que tiene esta institución con EAFIT y en el que estudia la maestría en Ingeniería Mecánica. Pero él sabía que en ese continente existían grandes posibilidades en su área de interés y no quería regresar a Colombia sin aprovecharlas.

Por eso empezó a enviar hojas de vida por todas partes. Y, en octubre del año pasado, lo llamaron a una entrevista en el centro de investigación de la  Fabbrica Italiana Automobili Torino (Fiat), la empresa más grande del país europeo en la que hace su práctica en el área de Investigación y Desarrollo de Chasis.

“Decidí probar ahí y sabía que, quizá, era la opción más complicada, no solo por la cantidad de personas que se postulan para hacer allí sus prácticas, sino porque es uno de los centros de investigación automovilística más importantes de Europa”, comenta el estudiante.

El centro de investigaciones del grupo FIAT (en italiano: Centro Ricerche FIAT Scpa), está ubicado a 10 minutos de la ciudad de Turín (Italia) y a cinco minutos de Mirafiori, la principal fabrica del grupo Fiat. Se trata del principal punto de innovación para las empresas de este consorcio empresarial, dedicado a la comercialización de vehículos: Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Jeep, Chrysler, Ferrari, Maserati, Dodge, entre otros.

A pesar del nivel de la empresa no ha tenido problemas de adaptación y ha sido fácil entender los diferentes procesos, en parte, porque los argumentos investigativos que le asignaron los trabajó con anterioridad dentro de los grupos de investigación de los que hace parte en EAFIT: el de óptica aplicada y el de Ingeniería de Diseño (Grid).

Su futuro

Hoy en día Alejandro ya sabe en qué que quiere trabajar: proyectos de movilidad sostenible que aporten soluciones a los actuales problemas ambientales del planeta, lo que para él es una combinación perfecta entre su habilidad para suplir necesidades y su pasión por los autos.

Pero esta no es una decisión que haya tomado de un día a otro. Aunque su trabajo en la Fiat le ayudó a conocer procesos avanzados e innovadores que responden a sus intereses, ya tenía una clara tendencia hacía los sistemas de movilidad y la investigación.

Así lo asegura Mauricio Arroyave Franco, jefe del pregrado en Ingeniería Física: “Desde que Alejandro empezó la carrera mostró que era una persona muy curiosa, preocupada por saber y entender las cosas, con una inclinación a trabajar en ambientes de investigación y desarrollo. Tuvo un desempeño muy bueno en trabajos que desarrolló en algunas materias”.

El practicante termina sus labores en agosto de 2013, pero, tal vez, se quede por un par de meses más, ya que todo depende del logro de los objetivos del proyecto que desarrolla y que tiene que ver con el análisis de los sistemas de seguridad activa presentes en los automóviles: los sistemas de frenos ABS, de estabilidad ESC, entre otros.

Y, como los ingenieros de la Fiat de manera constante hacen intercambios colaborativos con la sede principal de Chysler, la última compañía adquirida por el grupo en Detroit (Estados Unidos), esta es una oportunidad de futuro a la que espera acceder Alejandro.

“Aunque soy el único practicante que hay en el departamento, todos los compañeros de trabajo han estado muy dispuestos para resolver las dudas que van surgiendo. Espero poder ser útil para esta empresa y aprender mucho”, agrega.

En este tiempo fuera de casa, su mayor aprendizaje ha sido vivir en el exterior, entrar en contacto con otras culturas y adaptarse a las condiciones laborales internacionales. Por eso, el profesor Mauricio resalta la cantidad de elementos que adquieren sus alumnos al tener este tipo de experiencias.

“Salir del país, vivir solo, hacer un posgrado y ganar experiencia profesional es muy formativo. Además porque el nivel académico es alto, hay tecnologías de frontera y se consiguen contactos que permiten continuar los estudios o buscar empleo”, comenta el docente.