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30 de enero de 2013

Una Medellín muy “chévere” para los estudiantes foráneos

• Un total de 45 nuevos alumnos participaron el sábado 26 de enero en el tour de foráneos, una actividad que coordina el Departamento de Desarrollo Estudiantil.

• Se trata de un recorrido guiado por los principales atractivos de la ciudad, en el que los jóvenes tienen la oportunidad de conocer la historia de Medellín y empezar a adaptarse a su nuevo ambiente.

Con papel y cámara fotográfica en mano, Antonio Moreno Guilles no se perdió un detalle del tour de foráneos que se realizó el sábado 26 de enero y en el que hicieron presencia otros 44 estudiantes provenientes de diferentes regiones del país y también de otras naciones.

Para este estudiante de Comunicación Social, proveniente de Málaga (España), la imagen es una de sus pasiones. Por eso no quiso perder la oportunidad de empezar a retratar la ciudad que será su hogar por los próximos seis meses, en los que cursará varias materias en EAFIT. También quiso llevar una libreta para hacer una lista de los lugares visitados y regresar después.

A Jesper Pederson, por su parte, los amigos colombianos que conoció en Copenhague (Dinamarca), su ciudad natal, le dijeron que estar en Medellín y no subir al Pueblito Paisa era impensable. Así que cuando supo que el recorrido incluía este lugar se inscribió de inmediato.

Una vez allí se sorprendió de la vista, descubrió que su nueva ciudad era más grande de lo que parecía al caminar por sus calles y que su próxima salida será a un pueblo antioqueño.

A su lado, Mette Fisker, también de Dinamarca y vestida con sandalias y ropa de verano, dijo que la Plaza Botero fue uno de sus lugares preferidos, pues conocía la obra del pintor colombiano y encontró muy interesante este espacio público.

El recorrido inició a las 9:00 a.m. desde el campus eafitense. La avenida y el parque de El Poblado fueron los primeros sitios que llevaron a los asistentes a los inicios de la ciudad en este sector. Después el parque de San Antonio, el parque de Bolívar y el barrio Prado les dieron datos adicionales sobre el patrimonio cultural, el pasado y el presente de la capital antioqueña.

Otros lugares que incluyó este tour fueron el edificio de Ruta N, la Casa de la Música y parques temáticos como el de Los Deseos y el de los Pies Descalzos.

La adaptación

Gloria Betancur Jiménez, psicóloga del Departamento de Desarrollo Estudiantil y coordinadora del tour, explica que uno de los principales objetivos de esta actividad es “apoyar a los jóvenes en el proceso de adaptación a la ciudad, pues aparte de que tienen que desenvolverse en un nuevo ambiente académico, también deben hacerlo en un lugar diferente, con formas de vida y costumbre distintas a lo que han vivido”.

“Medellín me encanta, la Universidad, la ciudad, la gente, dan muchas ganas de quedarse aquí”, dice Brayan Guerrero Álvarez, un estudiante de Administración de Negocios de la Universidad del Valle que quiso venir a hacer un semestre en EAFIT y que intenta comprender expresiones que ya quiere empezar a usar.

Esto, en cambio, no fue un problema para Thibault Catelain, un francés que llegó a hacer sus prácticas como ingeniero físico. Para describir su estadía en Medellín no se le ocurre más que pronunciar un “chévere” y para referirse a la manera en que lo han tratado los paisas dicen que son unos “bacanos” en un español bastante fluido, que asegura aprendió gracias a lo “conversadores” que son aquí.

Y esa fue una de las razones por la que no dejó de hablar durante el tour, en español y con sus nuevos compañeros de Universidad. En el bus iba con otros franceses, pero en el parque de los Pies Descalzos se quitó las sandalias, entró en la arena, se metió a las fuentes de agua, hizo bromas con otras personas, se tomó fotos y sintió que ya tenía un lugar preferido.

“Mis prácticas son un semestre, pero sé que voy a volver para diciembre, quiero pasar las fiestas acá una vez más, es muy divertido, ustedes son muy amables con los extranjeros, el clima es perfecto y tienen un país muy bello”, dice.

Fueron cuatro horas de recorrido y al final de la jornada no se veía cansancio en ningún rostro, pero sí muchas ganas de seguir conociendo y compartiendo. Los que ya habían comido bandeja paisa o habían ido a bailar como Brayan, prometieron hacer lo mismo con los recién llegados que, según el guía, no se pueden perder estas dos experiencias que ofrece la ciudad.