Nuestro país está atravesando un momento crítico de malestar social a raíz de la vulnerabilidad económica y de salud de muchos de sus ciudadanos. Las demandas para la movilización son legítimas. Este contexto retador exige que superemos la polarización y acudamos a nuestro criterio ponderado convocando desde la Academia a manifestarnos por una sociedad empática, responsable y respetuosa.
EAFIT defiende y reivindica el derecho fundamental a la protesta pacífica consagrado en el artículo 37 de la Constitución y lo considera un mecanismo legítimo para que los ciudadanos participen directamente en las decisiones que los afectan y contribuyan a la construcción y el fortalecimiento de la democracia. Por eso, la Universidad respalda el ejercicio pacífico del derecho que se ejerce con autocuidado y cuidado por los demás.
Las situaciones excepcionales que hemos vivido en los últimos días exigen una mirada a nuestra actividad académica para que garantice la excelencia en el aprendizaje, proteja la salud y permita el ejercicio de los derechos fundamentales de toda nuestra comunidad eafitense siempre invocando el equilibrio y la razonabilidad de los acuerdos pedagógicos. Por esta razón hacemos un llamado a estudiantes y profesores para que mantengan una comunicación permanente con el fin de poder reprogramar actividades cuando sea necesario, realizar ajustes razonables que no afecten los procesos académicos y el aprendizaje, y también aportar a la serenidad tan importante en estos momentos a través del llamado a flexibilizar tiempos, formas y criterios de evaluación.
La Universidad debe ser el espacio para la reflexión, debe promover la pregunta, la diferencia y la conversación. Valoramos que las clases sean el espacio para el debate porque la vida universitaria también incluye la reflexión libre sobre el país. Vemos en ello un proceso formativo para esa sociedad que necesita aprender a discutir sin odios sus posturas políticas y a vivir en circunstancias inciertas y desafiantes.
Desde EAFIT convocamos a
la educación como el vínculo que teje cuidado, salud y economía, por ello la importancia de priorizar los procesos de aprendizaje en estos tiempos para nutrir el diálogo de saberes que la pandemia y las demandas sociales exigen. Las universidades somos y queremos seguir siendo espacios de diálogo y búsqueda de mutuo entendimiento. En esa tarea, tenemos un rol significativo —aunque de ninguna manera exclusivo— en la provisión de argumentos para el ejercicio deliberativo. Nutrimos la democracia con ideas y con la formación de ciudadanos que, al ser capaces de pensar críticamente, contribuyen a que la conversación pública resuelva problemas apremiantes sin renunciar a la construcción de una utopía realista.
Hacemos una invitación comprometida y prometedora para cultivar la democracia e imaginar los futuros posibles, hacerlos realidad y así seguir construyendo nuestro proyecto colectivo de sociedad.
Claudia Restrepo Montoya
Rectora
Comunicado No.38
3 de mayo de 2021