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El Eafitense / Edición 104 Una biblioteca de texturas, colores y olores

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Una biblioteca de texturas, colores y olores

​​​​​Cerca de 180 piezas conforman la Materioteca de EAFIT, un espacio académico que, desde 2012, permite conocer los últimos avances, desarrollos e innovaciones en el mundo de los materiales. Se trata de un acervo con el que se busca despertar la creatividad y la curiosidad a partir de experiencias sensoriales, al mismo tiempo que se apoyan procesos académicos, investigativos y empresariales de la región y el país.


​La Materioteca está ubicada en el tercer piso del Edificio de Ingenierías.​
​Jonathan Montoya Correa
Periodista Área de Información y Prensa EAFIT

El metro de la ciudad de Washington es reconocido en todo el orbe por la arquitectura de sus estaciones. Al descender por los escalones es común encontrarse con espacios que, dependiendo de la luz, reflejan diferentes patrones e iluminan el espacio gracias a los efectos que se generan por las láminas de polimetilmetacrilato (o acrílico), dispuestas estratégicamente en este lugar.

En el puente Erasmus de Rotterdam, en Holanda, el paseo peatonal es una superficie de microesferas de sílice que, además de tener fines ornamentales, le dan la apariencia y resistencia del pavimento. 

Y, en ese mismo país europeo, la industria hotelera y del entretenimiento nocturno ha comenzado a recurrir, cada vez más, al uso de maderas aglomeradas longitudinalmente para la fabricación de mobiliario interior y recubrimiento de paredes.

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Ese es el presente que vive el mundo de los materiales y que ya comienza a ser cotidiano en regiones como Norteamérica, Europa y Asia. En Colombia, sin embargo, todavía no es muy común, pero desde comienzos de 2012 existe un espacio dedicado a reunir los últimos avances y desarrollos en este tema, y convertirlos en una estrategia para la enseñanza y el aprendizaje.

Se trata de la Materioteca de EAFIT, un lugar donde se pueden ver, tocar, e incluso oler, las últimas tendencias de la ingeniería. Su coordinador es Luis Fernando Patiño Santa, docente del Departamento de Ingeniería de Diseño de Producto, quien la define como una biblioteca de materiales que abre la mente, y estimula la curiosidad y los sentidos.

“Son 180 muestras donde estudiantes de pregrado y posgrado, investigadores independientes, profesionales y representantes de la industria van a encontrar un mundo de posibilidades asombrosas para el ingeniero del siglo XXI”, explica.

“¿Cómo así que esto existe?”, “¿es posible este tipo de materiales?”, ¿de verdad esto es vidrio?”, o “¿cómo se logra ese color en ese plástico?” son algunas de las preguntas que lanzan los visitantes al recorrer el espacio, ubicado en el tercer piso del Edificio de Ingenierías de EAFIT.​

Bioplásticos creados a partir de la cascarilla del arroz; papel hecho con residuos fecales de hipopótamo; telas reflectivas fabricadas con esferas de vidrio; poliéster recubierto de níquel y resistente a la corrosión; nanotubos de carbono para la fabricación de productos de alta resistencia, o metal sinterizado, son solo algunos ejemplos.​

“Los seres humanos nos movemos por la curiosidad y esto es un mundo de porciones que estimula el cerebro y despierta conexiones que el ingeniero de antes no tenía”, agrega el coordinador y docente.

Una hilera de paneles y módulos de cristal le dan la bienvenida al usuario. Allí, las innovaciones van desde lo más obvio hasta lo impresionante. 

Bioplásticos creados a partir de la cascarilla del arroz; papel hecho con residuos fecales de hipopótamo; telas reflectivas fabricadas con esferas de vidrio; poliéster recubierto de níquel y resistente a la corrosión; nanotubos de carbono para la fabricación de productos de alta resistencia, o metal sinterizado, son solo algunos ejemplos.

Una serie de revistas y publicaciones sobre diseño y materiales, un tablero inteligente sobre las propiedades técnicas y sensoriales de las piezas, y una sala de cómputo dotada con un software especial para la selección y filtro de estas, convierten a la Materioteca de EAFIT no solo en una exhibición de punta, sino en una apoyo para la academia, la investigación y el sector productivo.

“Es una reunión de los adelantos del mundo para cambiar la mentalidad de sus profesiones”, manifiesta Luis Fernando. 

La articulación entre el pensar y el hacer

El primer acercamiento de Luis Fernando Patiño con una propuesta similar a una materioteca fue en el Salón Internacional del Mueble 2008, que se celebró en Milán (Italia). En este espacio, el docente conoció el trabajo de la empresa Material Connexion, con sede en Nueva York (Estados Unidos), y dedicada a consolidar bases de datos con muestras de materiales de todo el mundo.

“Me reuní con el director de mercadeo de la compañía y le manifesté la intención de contar con un espacio similar en la Universidad. Ellos estuvieron de acuerdo e incluso nos propusieron dotarlo con sus muestras a través de un contrato por leasing”, recuerda el docente.

Ese momento coincidió, justamente, con la construcción del Edificio de Ingenierías en EAFIT, y las directivas contemplaron un lugar destinado a esta exhibición.

Y desde su misma concepción, este bloque fue pensado para que los últimos niveles superiores estuvieran dedicados a las ideas y los inferiores a la materialización de estas. En esa medida, el tercer piso, que lleva por nombre La caracterización de la materia, es un articulador entre lo que se piensa y el producto final. 

“Por ese motivo, ese fue el lugar más idóneo para ubicar la Materioteca, como una forma de demostrar que a través de los materiales se hacen realidad las ideas. En este nivel hay laboratorios que caracterizan la materia desde los puntos de vista mecánico, químico y de mediciones, y nosotros entramos a aportar los componentes técnicos y sensoriales”, apunta.

Según Luis Fernando, el propósito principal es que los futuros ingenieros eafitenses, y todos los usuarios en general, tengan a la mano los objetos, la información y la tecnología necesaria para crear, y ampliar sus conocimientos más allá de los contenidos abordados en clase o en los libros.

“Es muy diferente, por ejemplo, que se le diga a un estudiante que existen materiales naturales, biocompatibles o biodegradables, a que pueda venir a este lugar y tocar maderas de bosques reforestados, plásticos reciclables, fibras de cáscara de banano, y una variedad de piezas duras, blandas, opacas, mates, brillantes o que generan ciertas sensaciones al tacto”, agrega el académico.

Desde su inauguración, en agosto de 2012, la Materioteca cumple ese objetivo en los cursos de pregrado y posgrado.

Una estrategia pedagógica y sensorial

Pero no solo los estudiantes de ingeniería han comenzado a beneficiarse de esta iniciativa. La Materioteca está abierta a diseñadores industriales, arquitectos, investigadores, empresarios y a todos los que tengan interés en lo novedoso o en conocer lo que sucede en el contexto de los materiales.

“Tuvimos a un artista plástico que buscaba nuevas superficies para innovar en sus obras; a una joyera de Londres que quería apartarse del metal y conocer otras tendencias, y a una investigadora de la Universidad Nacional que trabaja en un proyecto sobre materiales innovadores. A todos ellos los recibimos y los orientamos en lo que estaban buscando”, puntualiza Luis Fernando.

Una de ellas fue Diana Carolina González Barahona, joven investigadora de Colciencias y asistente de investigación en la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Su proyecto sobre diseño sostenible y su búsqueda de materiales naturales la trajeron hasta la Materioteca de EAFIT.

“Mi trabajo consistía en realizar un sondeo sobre los materiales orgánicos que existen en Colombia, quienes los desarrollan; e identificar cómo estos podrían incluirse en aplicaciones para el tema de vivienda. Visitar este espacio en EAFIT fue un primer acercamiento a ese mundo de innovaciones y nuevos desarrollos”, comenta la investigadora. 

La Materioteca está abierta a diseñadores industriales, arquitectos, investigadores, empresarios y a todos los que tengan interés en lo novedoso o en conocer lo que sucede en el contexto de los materiales.

Diana Carolina afirma que gracias a esta estrategia pedagógica puede ahorrar tiempo y utilizar las herramientas que ya existen en la Materioteca, como las piezas y el software de selección.

“Ya tuve la oportunidad de recibir una visita guiada y establecer un primer contacto. A medida que vaya avanzando en el proyecto estaré visitando el lugar de nuevo, especialmente para investigar sus muestras a base de fibra, nueces y cascarilla de arroz”, ratifica Diana Carolina.

Para Luis Fernando Patiño, la posibilidad de apoyar este tipo de proyectos se debe a que en temas de materiotecas, la de EAFIT no solo es el punto cero en Colombia, sino una de las pocas pensadas para integrarse a la academia.

“Somos pioneros con esta iniciativa, pero nos alegra que otras instituciones de la ciudad y el país hayan comenzando a mostrar interés y a manifestar su intención de multiplicarla en sus respectivas universidades”, analiza el docente 

Uno de los más interesados es Luis Alfonso Mejía Puig, director del programa de Diseño Industrial de la Universidad Icesi, en Cali. El directivo tuvo la oportunidad de conocer la idea de Luis Fernando durante un  evento académico en Bélgica y, desde entonces, quedó a la expectativa de visitar a EAFIT.

“Y lo que encontré fue una herramienta pedagógica muy interesante. Es un laboratorio de exploración sensorial, y una oportunidad a dejar los libros y el internet de lado para ver, sentir y tocar la realidad de los materiales”, confirma.

El docente de Icesi ya adelanta conversaciones para la creación de una materioteca en esta institución que entrará a funcionar en 2013: “Ya tenemos un buen referente, tenemos el objetivo de crear un espacio similar y esperamos contar con el apoyo de EAFIT en nuestro proceso”, indica.

Materiales sorprendentes para todos los usos

Cuando Marian Suárez Escobar necesita buscar información sobre las propiedades de un material recurre al software Cesedupack para filtrar los datos y encontrar lo que busca con mayor claridad.

La estudiante de la maestría en Ingeniería de EAFIT ya se había acercado a esta herramienta durante su pasantía en Holanda, pero en la Materioteca lo tiene siempre al alcance de la mano. 

“En este tema siempre hay mucha información y un sistema como Cesedupack permite realizar una mejor selección de materiales para fines comerciales o académicos”, comenta.


Para Luis Fernando Patiño, la posibilidad de apoyar este tipo de proyectos se debe a que en temas de materiotecas, la de EAFIT no solo es el punto cero en Colombia, sino una de las pocas pensadas para integrarse a la academia.​

Marian se encuentra bajo la tutoría de Mónica Álvarez Lainez, docente del Departamento de Ingeniería de Diseño de Producto y quien también se apoya en este programa para sus cursos en pregrado y posgrado.

“Lo primero es identificar qué es lo que se quiere realizar. Los posibles usos del producto o rediseño, y las propiedades de los materiales: resistencia, consistencia, forma, temperatura, entre otros. Estos datos se ingresan en el software y este se encarga de encontrar los más apropiados”, explica Mónica Álvarez.

Cesedupack cuenta con una base de datos de más de 8.000 materiales y también hace parte de los procesos de la Materioteca, con los que se busca apoyar no solo la academia y la investigación, sino también al sector empresarial. Uno de estos acercamientos fue con Arquimuebles.

Óscar Muñoz Giraldo, fundador y director de esta compañía, recuerda la experiencia: “Hace poco buscábamos una espuma que no permitiera que los muebles de exportación se mojaran. Contactamos a Luis Fernando Patiño y encontramos muchas opciones con la Materioteca y su software de selección, e incluso identificamos que la fibra de carbono era un material idóneo para nuestros muebles”.

Según el empresario, este lugar es un enorme respaldo para la industria y se convierte, al mismo tiempo, en una oportunidad para conocer las tendencias mundiales y alcanzar una mayor competitividad.

Y es que según Luis Fernando, ese el futuro hacia el que apunta la Materioteca de EAFIT: convertirse en una parte fundamental de las labores académicas, investigativas y empresariales.

“Que cada vez tengamos un mayor número de materiales, más innovadores sorprendentes. Que los estudiantes se inspiren en estos para sus piezas, que los académicos los utilicen para sus investigaciones, y que los empresarios se apoyen para sus desarrollos e innovaciones”, concluye.

Última modificación: 27/02/2017 19:59