Nueve cuentas de Twitter en igual número de idiomas diferentes, más de 10.000.000 de seguidores y la calificación de la revista Forbes como “un auténtico fenómeno mediático” son datos que invitan a analizar cómo el papa Francisco se ha convertido en un personaje que desde la comunicación marca un estilo que busca ser cercano a quien le llega su mensaje.
Casualidad o no, el papa latinoamericano ha marcado una diferencia en este aspecto, no solo por plantear temas que hasta ahora eran tabús para la iglesia católica, sino por llevar un importante camino adelantado en la proyección de la imagen de esta institución milenaria. Desde el comienzo de su pontificado, en marzo de 2013, el jerarca se mostró cercano, sonriente, presto a tocarle el hombre al otro, amable con los niños, sencillo en su forma de ser y, algo fundamental, simple en su manera de hablar y de transmitir confianza.
Para el profesor Jorge Iván Bonilla Vélez, docente del Departamento de Humanidades de EAFIT, alrededor del religioso hay una gran estrategia de comunicación política en la que la asesoría, la estrategia y las imágenes estudiadas juegan un papel importante para trabajar su figura tal y como se ha visto.
“Yo lo que veo es que más que un gran comunicador, que lo es, cuenta con un gran carisma y capacidad para saber leer las matrices culturales de la sociedad en la que le ha tocado vivir. Esa sociedad parte de un elemento fundamental que es la necesidad de bajar a Dios a la Tierra. Veníamos de otros papas para quienes su cercanía con Dios, pero su distancia con la gente, eran un elemento fundamental, y en eso este papa opera al contrario, ahí sí, muy al estilo de las celebridades y de los gobernantes de hoy”.
El profesor Bonilla considera que más allá de ser asesorado por un gran bureau de comunicaciones, lo que ocurre con el papa Francisco responde a su gran carisma, sumado a su formación en la comunidad jesuita, para la que la comunicación ha sido un elemento evangelizador fundamental.
“Los jesuitas tienen en su ADN religioso la capacidad para comunicar. Por otra parte es latinoamericano y por eso ha vivido la religión de una manera diferente a los europeos. Este es un Papa que le ha traído alegría a la iglesia católica con mensajes que cuentan con una gran carga simbólica para la sociedad”.
El hecho de que la ostentación sea de cierta manera despreciada, y plantear temas que hasta ahora no eran tratados por la Iglesia, dejan claro que el cardenal Bergoglio quiere entregar un mensaje renovado desde el Vaticano. “Estamos llamados a descubrir, también a través de los medios de comunicación social, además del encuentro personal, la belleza de todo lo que constituye el fundamento de nuestro camino y de nuestra vida, la belleza de la fe, la belleza del encuentro con Cristo”, dijo el Obispo de Roma, en septiembre de 2013, en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.
En ese mismo comunicado, el Sumo Pontífice señala que la era de la globalización impone con fuerza que los mensajes puedan llegar hasta los más remotos lugares del mundo real y también a los ambientes creados por las nuevas tecnologías.
Coherente con los tiempos
En palabras del profesor Adolfo Maya Salazar, del Departamento de Humanidades de EAFIT, el papa Francisco, desde su designación, ha planteado un mensaje reivindicativo de la Iglesia, pues hasta su llegada el Vaticano era algo muy parecido a las cortes monárquicas, lo que no es coherente con el mensaje católico. “El cardenal argentino, desde su proclamación, marca una serie de rupturas. No sé si obedezca a un guion, aunque parto de creer que es un religioso sin estrategia. Él hace una lectura en la que dice que ha hecho parte de una iglesia que ha tenido un sino arribista y está haciendo un llamado a ser consecuente entre el discurso y la acción”.
Desde el comienzo de su pontificado, en marzo de 2013, el jerarca se mostró cercano, sonriente, presto a tocarle el hombre al otro, amable con los niños, sencillo en su forma de ser y, algo fundamental, simple en su manera de hablar y de transmitir confianza.
Para el profesor Jorge Iván Bonilla Vélez, docente del Departamento de Humanidades de EAFIT, alrededor del religioso hay una gran estrategia de comunicación política en la que la asesoría, la estrategia y las imágenes estudiadas juegan un papel importante para trabajar su imagen tal y como se ha visto.
En una entrevista publicada en el portal Religión Digital, en octubre pasado, el religioso hacía referencia a que no le gustaba el narcisismo y que muchos jefes tienen estas características, a lo que el periodista Eugenio Scalfari anotó que muchos jefes de la Iglesia también lo son. La respuesta del Papa fue. “¿Sabe qué opino sobre esto? Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, halagados y exaltados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado”.
Allí explicó que puede haber cortesanos, pero que no comparte la manera como el Vaticano ha implementado la gestión de los servicios. “Esta visión Vaticano-céntrica se traslada al mundo que lo rodea. No comparto esta visión y haré todo lo que pueda para cambiarla. La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del Pueblo de Dios”.
Al tener presente esta declaración del Pontífice, el profesor Maya Salazar apunta que más que llamarse Francisco, lo que quiere es vivir como Francisco. “Más que una acción controlada considero que es una acción tranquila y sin cálculo para generar efectos. Padece, como muchos otros, la suerte de su equipo de fútbol (San Lorenzo de Almagro), llama a quien le llevaba el periódico en Argentina para pedirle que no lo hiciera más, no necesita una habitación especial, ni un carro lujoso y es ahí donde considero que estas acciones tienen un efecto mediático especial”.
El académico explica que se ha calificado a Juan Pablo II como un mal teólogo, pero un buen político, mientras que a Benedicto XVI se le califica como un buen teólogo, pero mal político. Este papa logra ser fuerte en ambos campos. “Francisco acaba de ganar un pulso muy fuerte y fue parar el ataque a Siria. No ha sido solamente crítico con temas de la Iglesia, sino que ha intervenido en temas que atañen a cristianos y no cristianos”.
Efectivamente, en septiembre pasado, mientras el mundo esperaba que Estados Unidos atacara a Siria, el papa, en medio de una jornada mundial de oración, hizo un llamado a la paz y se opuso abiertamente a la intervención militar en ese país.
Jorge Mario Bergoglio, el llamado Papa de internet, ha logrado que muchos católicos y no católicos se acerquen de nuevo a una iglesia que, si bien tiene dos milenios de existencia, debe reencontrarse con sus fieles en tiempos en los que se impone la razón.