Desde que el teórico canadiense Marshall McLuhan habló de la Aldea Global y distintos autores plantearon la hipótesis de que el mundo sería cada vez más pequeño y, por lo tanto, más cercano -algo así como una gran nación de naciones- muchas instituciones y personas en todo el planeta han tratado de comunicar esta aldea de diferentes maneras.
La Biblioteca Digital Mundial, iniciativa sin ánimo de lucro de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos que acogió la Unesco, es, en ese sentido, una manera de que dicha aldea se conserve y se conozca aún más. Así, este ejercicio de unidad busca recuperar el patrimonio documental de todo el orbe, una de esas opciones que ofrece la comunicación moderna para que ciudadanos de todos los países puedan acceder a documentos a los que hace pocos años se creía imposible llegar.
Y sí: ahora no hay que desplazarse para tener acceso a este espacio que está salvaguardado y que, de no ocurrir algo extraordinario en internet, no podrá ser quemado por ningún ejército enemigo, tal como sucedió siglos atrás con la Biblioteca de Alejandría.
Desde cualquier equipo que cuente con internet se puede acceder a www.wdl.org y leer, por ejemplo, textos antiguos en árabe que fueron usados en la creación del álgebra, ver el mapa más antiguo que menciona el nombre de América, una grabación hecha en 1906 sobre la Esclavitud en los Estados Unidos, pósteres sobre la Segunda Guerra Mundial y una cantidad de documentos que atrapan a quien ingresa a esta.
Casi 200 años atrás
Y el que ahora alimenta este banco de información, y que encuentra en la Sala de Patrimonio Documental de EAFIT, data de 1823. Se trata de un documento del científico peruano Mariano Eduardo de Rivero Ustaris y del mineralogista francés Jean Baptiste Boussingault, quienes escribieron Memorias sobre diferentes masas de hierro encontradas en la cordillera oriental de los Andes, un folleto sobre mineralogía.
El documento fue digitalizado en noviembre de 2013 por la Biblioteca Digital Mundial. El texto se publicó en Bogotá en 1823 por la editorial Imprenta de la República y hace parte de la obra Colección de memorias científicas, que recopila los trabajos de Rivero y Baptiste, quienes viajaron a través de la parte norte de América del Sur en 1822 en apoyo a las exploraciones científicas del general Simón Bolívar.
Luego de su expedición presentaron el análisis de los diferentes tipos de mineral de hierro que se encuentran en la Cordillera Oriental de los Andes.
Este ejercicio de unidad busca recuperar el patrimonio documental de todo el orbe, una de esas opciones que ofrece la comunicación moderna para que ciudadanos de todos los países puedan acceder a documentos a los que hace pocos años se creía imposible llegar.
Según María Isabel Duarte Gandica, coordinadora de la Sala de Patrimonio Documental (adscrita a la Biblioteca de la Institución), para la Universidad es muy importante la publicación de este artículo, no solo por el aporte que se hace a la investigación mundial, sino porque es un honor que EAFIT sea la primera universidad colombiana a la que le publican un texto allí.
“EAFIT, desde hace un tiempo, propuso la publicación de diferentes artículos de la Sala de Patrimonio Documental y que nosotros consideramos de interés internacional. Ya se habían presentado otras propuestas y solo hasta el año pasado nos publicaron este folleto”, indica.
María Isabel explica que este no fue un proceso fácil, de hecho se demoró la aprobación de la publicación, pero, finalmente, se cumplió con todos los requisitos exigidos.
“En esta biblioteca tienen un grupo de expertos que evalúa las propuestas que se envían. Estas se mandan con una digitalización del documento y todos los datos del título, el autor, la fecha, el lugar de publicación y una descripción o característica especial del folleto. Con esta información ellos deciden si lo publican o no. Si es aprobado, ellos mismos se encargan de adelantar los metadatos para la búsqueda en internet, hacen un resumen del folleto y describen cuál es la importancia del mismo”, dice la coordinadora.
Para que se aprobara la publicación del folleto se debieron cumplir requisitos como que el texto hiciera parte del patrimonio cultural de la región, que tuviera alguna rareza y que, efectivamente, contribuyera a enriquecer el conocimiento y la investigación en el mundo.
El folleto físico permanece en la Sala de Patrimonio Documental. Los documentos de la Biblioteca Digital Mundial, por su parte, están digitalizados y son de acceso gratuito, por internet, para quien quiera leerlos.
La Biblioteca Digital Mundial
Desde 2005, James H. Billington, bibliotecario del Congreso de los Estados Unidos, presentó un proyecto que permitiera crear un portal gratuito y de fácil acceso en el que se agruparan documentos de gran riqueza patrimonial.
El Congreso estadounidense, la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unesco nombraron a un grupo que se encargó de hacer realidad el proyecto que, actualmente, cuenta con una colección de más de 10.000 artículos recogidos alrededor del mundo y presentados en idiomas como árabe, chino, inglés, francés, portugués, ruso y español.
El texto se publicó en Bogotá en 1823 por la editorial Imprenta de la República y hace parte de la obra Colección de memorias científicas, que recopila los trabajos de Rivero y Baptiste, quienes viajaron a través de la parte norte de América del Sur en 1822 para apoyar las exploraciones científicas del general Simón Bolívar.
Su objetivo es que a través de la promoción de publicaciones de interés para la humanidad se fomente tanto el intercambio entre naciones como la investigación de las herencias culturales. Los artículos que sean publicados y digitalizados deben ser manuscritos, cartografías, libros poco comunes, grabados, fotografías y dibujos arquitectónicos, entre otros, además de ser considerados un tesoro cultural.
María Isabel Duarte afirma que EAFIT ha querido aportar al conocimiento y a la investigación mundial y siempre quiso estar allí. Por eso, además de este documento, espera que otros que hacen parte de la Sala de Patrimonio Documental sean publicados. “En nuestra sala tenemos muchos documentos, material de archivo, cartas y, en general, material de mucho valor. Documentos muy escasos y muy difíciles de conseguir que queremos preservar, al tiempo que les hacemos difusión y contribuimos al conocimiento universal al ponerlos al servicio de toda la humanidad”.
El texto que reposa en la sala eafitense llegó a la Universidad en 2003 cuando se hizo una compra a la librería El Carnero. Y es que, tras lograr la Independencia, Simón Bolívar se interesó por saber qué había en las tierras liberadas, y como ya se habían hecho descubrimientos de fauna y de flora, era el momento para explorar los minerales.
Desde 2005, James H. Billington, bibliotecario
del Congreso de los Estados Unidos,
presentó un proyecto que permitiera
crear un portal gratuito y de fácil acceso
en el que se agruparan documentos de
gran riqueza patrimonial.
Memorias sobre diferentes masas de hierro encontradas en la Cordillera Oriental de los Andes contiene tres anexos litográficos desescritos a mano que muestran las masas que los dos científicos encontraron, lo que lo hace un documento de alto valor histórico.
En la Biblioteca Digital Mundial aparecen, en la actualidad, 96 elementos sobre Colombia, lo que lo convierte en el cuarto país de la región con más publicaciones. Estas pertenecen a la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Colón de la Organización de los Estados Americanos, Biblioteca Nacional de Brasil, Biblioteca del Congreso, Biblioteca Nacional de Colombia y, ahora, a la Universidad EAFIT.
Lo que está en la web
“Mariano Eduardo de Rivero y Ustáriz (1798–1857) fue un científico, geólogo, mineralogista, químico, arqueólogo, político y diplomático peruano. Se formó en Arequipa. En 1810, a sus 12 años, fue enviado a Londres para estudiar matemática, física e idiomas. En 1817 viajó a Francia para estudiar mineralogía y química en la École royale des mines de París. En Francia conoció a Joseph Louis Proust, a Gay-Lussac y a Alexander von Humboldt. Este último se convirtió en su mentor y, en el transcurso de sus viajes por Europa, Rivero descubrió un nuevo oxalato de hierro al que llamó Humboldtina en su honor”.
Y continúa: “En 1822 Rivero fue contratado, por recomendación de Humboldt, por el gobierno colombiano para dirigir la primera escuela de minería en Bogotá, con la asistencia de varios otros jóvenes científicos europeos. Entre ellos estaba el mineralogista francés Jean-Baptiste Boussingault (1802-1887), que había estudiado en la escuela de minas de Saint-Etienne y más tarde se trasladó a Alsacia para trabajar en las minas de asfalto. Rivero y Boussingault viajaron a través de la parte norte de América del Sur en apoyo a las exploraciones científicas del general Simón Bolívar. Aquí se muestra «Memoria sobre diferentes masas de hierro, encontradas en la cordillera oriental de los Andes», publicada en 1823: uno de una serie de artículos sobre mineralogía en los que los dos hombres colaboraron. Presenta un análisis de los diferentes tipos de mineral de hierro que se encuentran en la cordillera oriental de los Andes, cerca de Santa Rosa, Colombia. La obra está incluida en una recopilación de trabajos de Rivero llamada Colección de memorias científicas, agrícolas e industriales publicadas en distintas épocas que apareció en 1857”.
La Sala de Patrimonio eafitense
La Sala de Patrimonio Documental se creó en 2002 y es un espacio de la Biblioteca donde se recopilan documentos con diferentes características patrimoniales como el año de su publicación, la encuadernación, las ilustraciones, que sean primeras ediciones, que tengan dedicatoria de autor, que sean documentos sobre Antioquia y distintos ítems que cumplan con la característica de ser patrimoniales.
Se creó pensando en contar con un espacio para la investigación histórica y científica que corresponde al rumbo que la Institución ha dado hacia ser una universidad de docencia con investigación.