Paula Andrea Colorado ChávezColaboradora Diseñar una herramienta que no solo
sirviera para hacer seguimiento, sino
que también apoyara la evaluación de
la calidad educativa en los colegios era una
necesidad que, hasta hace tres años, tenía la
Secretaría de Educación de Medellín. Por eso
comenzó la búsqueda de una institución, con trayectoria en el tema, para que desarrollara el
instrumento adecuado.
Así, en 2011, se formuló un indicador sintético
de calidad de la educación, una herramienta
de medición para identificar cómo se
encuentran los colegios en cuanto a progreso,
eficiencia y ambiente escolar. Este modelo
ha puesto a la ciudad como referente nacional
en cuanto a medición y, por elección de
la Secretaría de Educación de Medellín, fue
diseñado en EAFIT.
Mónica Ospina resalta que la idea con el proyecto, en general, es que los resultados lleguen a los establecimientos educativos y les digan cómo estar, qué metas deben alcanzar y qué compromisos trazar para mejorar.
Fue inspirado en un modelo que se implementa
en la ciudad de Nueva York y se adaptó a
Medellín según las condiciones del contexto local.
Todo con el fin de seguir y monitorear el servicio
prestado por las instituciones educativas.
En cuanto a ambiente escolar, por ejemplo,
se desarrolló una encuesta de percepción
que ayuda a identificar si existen o no buenas
prácticas de comunicación entre los diferentes
actores que conforman las instituciones
educativas y si estos están comprometidos con las labores institucionales. Además, evidencia
qué tan seguros se sienten los estudiantes en
dichos espacios y si son o no motivados a
cumplir con los objetivos académicos.
“Aspectos como ambiente escolar y calidad
de la educación son asuntos de los que todo
el mundo habla, pero, realmente, nadie sabe
qué son. Entonces lo que hicimos fue tomar
una definición y, a partir de esta, medir cada
aspecto, dependiendo de la visión de los diferentes
actores del colegio”, indica José David Garcés Ceballos, docente de cátedra del Departamento
de Economía de EAFIT e investigador
del proyecto.
El profesor destaca, así mismo, que la encuesta
es un instrumento de gran impacto
para Medellín, teniendo en cuenta que mientras
se identifican los factores que afectan el
ambiente escolar se pueden generar políticas
educativas para mejorar la calidad.
“Cuando a uno le hablan de los colegios
piensa que el niño asiste y saca una nota. Pero
realmente el niño está inmerso en muchas cosas
y uno podría decir que el ambiente es un
mediador entre la asistencia y la nota. Es decir
que si hay un buen ambiente escolar, tal vez
esto impacte en su nota final”, manifiesta.
Según Mónica Patricia Ospina, docente de
la Escuela de Economía y Finanzas, y directora
de la iniciativa, la encuesta es contratada
y ejecutada por la Secretaría de Educación,
pero el diseño previo y la evaluación cuantitativa
está a cargo de EAFIT.
“Luego, con la información que obtenemos,
se identifican, por ejemplo, cuáles son
los colegios que tienen mejor ambiente escolar. La idea es que la comunidad se involucre
en la educación, que sea más activa y que verifique
que en las instituciones educativas todo
se haga bien”.
En este sentido, para la obtención de resultados
se toma una muestra representativa, en
cada colegio, con estudiantes de octavo a décimo
grado, docentes y padres de familia.
Rendimiento y progreso, también en la lupa
Anderson García, profesional de la Unidad
de Análisis Sectorial de la Subsecretaría de
Planeación Educativa, de la Secretaría de
Educación de Medellín, expresa, además del
ambiente escolar, hay otros tres elementos relevantes
para el índice
de medición.
El primero es rendimiento
e incluye
indicadores de resultados
en las Pruebas
Saber, de aprobación
y de
extraedad.
El segundo es progreso y permite estimar
el avance que tienen los colegios, en el tiempo,
en la realización de pruebas externas. “Aquí lo
que se mide es el avance que tienen los indicadores
y esto lo comparamos con tres años de
egresados (promociones)”, expone Anderson.
Minas Gerais y su modelo, un ejemplo a seguir
“Cuando empecé a trabajar en la estrategia de Rectores Líderes Transformadores, programa del proyecto Empresarios por la Educación, nos hicieron una invitación a Minas Gerais, en Brasil, para conocer su sistema educativo y lo que en ese tema estaban haciendo. De hecho, lo que trabajamos en Colombia, con el indicador, toma la parte técnica de nosotros, pero todo muy enfocado en el contexto de esta región brasileña. Este fue un aprendizaje que nos incluyó dentro de la agenda de educación nacional y ha permitido que cada vez nos busquen más”, anota Mónica Ospina.
Por su parte, Mónica Ospina resalta que la
idea con el proyecto, en general, es que los resultados lleguen a los establecimientos educativos y
les digan cómo estan, qué metas deben alcanzar
y qué compromisos trazar para mejorar.
Así, desde la parte técnica, se crearon
unos clúster que facilitan el monitoreo y la
evaluación del Sistema de Seguimiento y
Monitoreo del Servicio Educativo (Simcie).
Su función es agrupar los colegios con otros
de características similares, teniendo en
cuenta condiciones económicas y de entorno.
De igual manera, hay otros indicadores
que permiten comparar al colegio respecto a
sí mismo y con todos los de la ciudad.
El investigador enfatiza en que, actualmente,
el instrumento se encuentra en una etapa
de evaluación. Además, señala que lo más positivo
de lo que se ha logrado hasta ahora, es
que no solo mira los resultados, sino también
el proceso con el que se alcanzan.
Estrategia que EAFIT extiende en el
ámbito nacional
Gracias a lo logrado con Simcie, el Instituto
Colombiano para la Evaluación de la Educación
(Icfes) contactó, en 2014, a la Universidad
para identificar las características que hablan
sobre la calidad en el ámbito nacional, revisar
cómo se manejan estos temas internacionalmente
y proponer cómo debería acompañar
el país los resultados de las pruebas Saber.
“La gran preocupación que tenían era que
estaban extrayendo todo lo de las Pruebas Saber
y no querían que este ítem fuera lo único
que midiera la calidad de los colegios, sino
que se pudiera acompañar con otros indicadores”,
dice la directora del proyecto.
Así fue como en diciembre de 2014 el resultado
del trabajo técnico, que implementó
EAFIT, llegó a manos del Ministerio de Educación
Nacional, quienes, según la profesora
Ospina, tomaron esto como punto de partida
para la formulación de un indicador sintético
que se extiende a todas las instituciones educativas
de Colombia.
“Para nosotros
esto es muy importante,
porque es muy
difícil que un trabajo
técnico se convierta
en una política pública.
Obviamente ellos han puesto sus componentes
sobre cómo lo quieren hacer, pero todo
el tiempo hemos estado acompañando tanto
al Icfes como al Ministerio en la formulación
de este indicador”, puntualiza.
Y es que el índice sintético está directamente
ligado, por ejemplo, al decreto 0325
de 2015, en el que se establece el Día E (de la
Excelencia Educativa), una jornada dedicada
para que los directivos y docentes de todas las
instituciones del país evalúen su desempeño.
Mónica explica que aunque el decreto es
del Ministerio de Educación Nacional, la
parte conceptual del índice fue producto del
trabajo técnico y el conocimiento en el tema
que durante algunos años ha construido la
Universidad.