Sebastián Aguirre Eastman
Colaborado
El programa Medellín Cómo Vamos hizo públicos, en octubre, los resultados de su Encuesta de Percepción Ciudadana 2019, la última que cobijó a la saliente administración municipal, en cabeza de Federico Gutiérrez Zuluaga. Una de las principales conclusiones que arrojaron los datos recogidos entre 1531 entrevistados es que, en retrospectiva al inicio de su gestión, la ciudadanía hoy se siente más escéptica respecto al futuro de la capital antioqueña, aun cuando sigue estando satisfecha por vivir en esta.
Así lo analizó Piedad Patricia Restrepo, directora del programa, al ser indagada por la ciudad que recibirá el alcalde Daniel Quintero Calle el primero de enero de 2020, desde la percepción de los habitantes consultados en la décima cuarta edición de esta encuesta que se efectuó por primera vez en 2006. Es que tal y como se hace desde 2016, la encuesta consulta no solo a jefes de hogar sino, en general, a personas mayores de 18 años, y como ya se mencionó, fueron 1531 entrevistados de ellos el 54 por ciento mujeres, pertenecientes a los seis estratos socioeconómicos.
La satisfacción con Medellín como un lugar para vivir y el orgullo por la ciudad no cambiaron entre 2016 y 2019, llegando a ocho de cada diez ciudadanos
El indicador principal, en el que se preguntó si las cosas en la ciudad van por buen camino, señaló una respuesta positiva del 67 por ciento de los encuestados, similar al registrado en 2018 y por encima cuatro puntos del marcador de 2017. Respecto a qué tan satisfecho se siente con la ciudad como un lugar para vivir, el índice fue del 83, superior en dos puntos al de 2018 pero distante diez del más alto porcentaje en los años que se ha hecho esta pregunta, que fue en 2008.
De otro lado, el 79 por ciento contestó sentirse orgulloso de Medellín —un punto por encima de 2018— pero distante del 93 que se registró en 2007. En cuanto a los aspectos más importantes para su calidad de vida, salud –76 por ciento–, empleo –51– y educación –46– se mantuvieron en los primeros escalones, tal como lo hicieron en la encuesta anterior.
El análisis de Medellín Cómo Vamos
Piedad Patricia Restrepo analizó los resultados de la encuesta e hizo énfasis en el escepticismo que se ha acentuado. “Tomando como base el año que arrancó esta Administración, es decir 2016, tenemos a una ciudadanía más pesimista sobre el buen camino de Medellín. Ese año, el 77 por ciento de los ciudadanos dijo que las cosas en la ciudad iban por buen camino, en 2019 esta cifra fue de 67. En contraste, la satisfacción con Medellín como un lugar para vivir y el orgullo por la ciudad no cambiaron entre 2016 y 2019, llegando a ocho de cada diez ciudadanos”. Un aspecto que recalcó Restrepo fue en la percepción de desigualdad, con un incremento.
Educación: “Aumentó la satisfacción con la educación recibida por niños y adolescentes entre los 5 y los 17 años, pasando de 71 a 79 por ciento”.
Salud: “Creció la satisfacción con los servicios recibidos, pasando de 56 a 64 por ciento entre 2016 y 2019”.
Empleo: “La percepción sobre la facilidad para encontrar trabajo en la ciudad desmejoró. En 2016 fue del 33 por ciento que dijo que no es fácil encontrar trabajo, y en 2019 fue de 44”.
Vivienda: “La satisfacción con la vivienda se mantuvo alta, ocho de cada diez ciudadanos dijeron sentirse satisfechos o muy satisfechos en la que habitan”.
Seguridad ciudadana: “La percepción se mantuvo estable entre 2016 y 2019, del 51 por ciento a 49. Por su parte, la percepción de seguridad en el barrio también se mantuvo estable en 73 por ciento entre ambos años”.
En este punto, la directora de Medellín Cómo Vamos precisó que los problemas de seguridad más sentidos en los barrios siguen siendo los mismos, sin cambios sustanciales en la proporción de ciudadanos que así lo afirman, a excepción de los atracos callejeros, que aumentaron del 14 en 2016 al 18 en 2019. “Los principales problemas identificados fueron drogadicción (29%), atracos callejeros (18%), pandillas o combos (17%), tráfico de drogas (11%) y robos de carros o partes de carros (8%)”. La victimización, esto es quienes dijeron que en el último año fueron víctimas de algún delito, se mantuvo prácticamente estable: en 2016 fue de 15 por ciento y en 2019 fue del 14.
Las distintas dimensiones que comprenden la calidad de vida fueron valoradas por el programa que hace seguimiento al bienestar ciudadano.
Foto: Róbinson Henao
La ciudad deseada versus la ciudad que se habita
La Encuesta consultó a los ciudadanos sobre aquellos aspectos que consideran deben mejorar para que incida en su calidad de vida. Al respecto, y comparando esa ciudad soñada frente a aquella que se desea habitar, Restrepo hizo hincapié en los siguientes asuntos:
Salud: Mejorar la calidad de los servicios ofrecidos en los hospitales y los centros de salud públicos. El programa no tiene un indicador objetivo de calidad de estos servicios. No obstante, un indicador aproximado es de la satisfacción con los servicios de salud ofrecidos en la ciudad. En este frente, un 64 por ciento se mostró satisfecho. Si se compara esto con otro servicio fundamental como la educación, es claro que existe un margen de mejora importante, teniendo en cuenta que la satisfacción con la educación llegó al 79 por ciento. Así mismo, se evidenciaron diferencias en la satisfacción entre el régimen subsidiado y el contributivo a favor de este último; mientras el primero llegó al 59 por ciento, el segundo estuvo en 68. El desafío es garantizar que no haya tantas diferencias.
Empleo: aumentar la capacitación para el empleo juvenil en los sectores más pobres de la población. Este apartado muestra una tendencia creciente. En 2016 fue de 17,4 por ciento y en 2018 fue del 19,8. El gran desafío es reducir las diferencias entre los hogares de menores ingresos frente a los de mayores ingresos. En 2018 el desempleo juvenil en el quintil 1 de ingresos fue de 23, mientras en el quintil 5 fue de 8 por ciento.
Educación: Ampliar las alternativas de financiamiento para el acceso de los jóvenes a la educación superior en pregrado y posgrado. De todos los niveles educativos, la educación superior es la de menor cobertura. La tasa de asistencia a educación superior en 2017 en la ciudad, para bachilleres de 16 a 28 años, fue de 45 por ciento.
Vivienda: Crecer la oferta de viviendas nuevas de interés social –VIS– y prioritario –VIP– para familias objeto de subsidio. En 2018, la demanda de VIS en Medellín llegó a 10.926 unidades, y la oferta fue de 167. Esto muestra el gran déficit que se presenta en Medellín.
Seguridad ciudadana: Fortalecer programas sociales para los jóvenes en situación de vulnerabilidad, como Parceros, una estrategia de la alcaldía de Federico Gutiérrez.
En la capital risaraldense la Encuesta de Percepción Ciudadana se ha hecho de manera ininterrumpida desde 2011, y de acuerdo con Carolina Martínez, actual directora del programa Pereira Cómo Vamos, en las ocho ediciones que han entregado de los resultados se ha establecido como un referente para que los ciudadanos participen y se mantengan informados acerca del devenir de su capital. Además, ha sido un instrumento útil para los dirigentes que con base en sus resultados han estructurado políticas públicas que alivian las inconformidades manifestadas por los encuestados. También ha servido para fortalecer los aspectos que han sido valorados de forma positiva, y para que sean atendidas las principales necesidades que manifiesten en el desarrollo de este ejercicio.
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La incidencia de la encuesta en las políticas de ciudad
Tras 14 años de hacer este ejercicio, Medellín Cómo Vamos se ha convertido en una fuente de consulta de las diferentes administraciones municipales que se acogen a sus resultados para medir la percepción ciudadana y apoyarse en esta para tomar decisiones de acuerdo a las necesidades que la gente manifieste.
En ese sentido, Piedad Patricia Restrepo considera que los datos recogidos en este lapso han sido útiles para “la formulación de programas de gobierno de los candidatos a la Alcaldía y de planes de desarrollo. Además, varias instituciones públicas los usan para rendir cuentas a sus públicos de interés como EPM, Metro de Medellín, Empresas Varias y el Sena”.
Añade Restrepo que algunos colectivos ciudadanos acuden a la encuesta para hacer petición de cuentas a las autoridades, y en el caso de entidades como el Sistema de Alertas Tempranas de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata), “se apalancan en resultados en torno a la satisfacción de los ciudadanos con la calidad del aire para promover la estrategia de ciudadanos científicos”.
Tras 14 años de hacer este ejercicio, Medellín Cómo Vamos se ha convertido en una fuente de consulta de las diferentes administraciones municipales que se acogen a sus resultados para medir la percepción ciudadana y apoyarse en esta para tomar decisiones.
¿Y el ambiente?
Aunque ha sido un tema de conversación permanente entre la ciudadanía a partir de la primera contingencia ambiental que se decretó en 2016, la contaminación atmosférica y el ambiente no están siquiera entre los diez primeros aspectos que los encuestados manifestaron que son importantes para su calidad de vida. Piedad Patricia Restrepo argumentó que se debe a que la pregunta no se hace con el fin de indagarles por los temas que más les preocupan sino “los tres temas más importantes para que la administración de Medellín destine recursos y esfuerzos”.
Además, como el 14 por ciento de la ciudadanía que vive en condiciones de pobreza, la salud, el empleo y la vivienda están por encima del ambiente entre sus prioridades. De todos modos, Restrepo aclaró: “hay una correlación estrecha del ambiente con la salud. Por tanto, aunque no de forma directa, los ciudadanos sí están preocupados por el ambiente, pues este influye en su salud. Ahora bien, en un ejercicio estadístico sobre los factores más importantes para mejorar la satisfacción con Medellín como un lugar para vivir, los factores secundarios aparecen todos los relacionados con el ambiente (los de primer orden fueron los económicos, empleo, emprendimiento, economía futura y la percepción de seguridad en la ciudad)”.
Bogotá Cómo Vamos ya sobrepasó las veinte ediciones de su Encuesta de Percepción Ciudadana, la que, expresa su director Ómar Orestegui, ha ayudado “a identificar problemáticas como la inseguridad alimentaria, los cambios en la satisfacción con el transporte público, la situación de la primera infancia en la ciudad, las razones que explican la confianza en las instituciones y el alcalde, las actividades culturales, recreativas y deportivas que realizamos y la forma en que nos comportamos entre nosotros y con la ciudad, por citar solo algunos ejemplos”, como escribió en noviembre de 2018 para el diario ADN.
En ese lapso, la ciudad y la encuesta han cambiado, y se han incluido preguntas como por la primera línea del metro, la migración de venezolanos, el uso de redes sociales y el uso de cámaras de vigilancia en el espacio público.
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