Santiago Higuita Posada
Colaborador
El foco temático de Tecnologías Convergentes (nano, info y cogno) e Industrias 4.0 es uno de los ochos nodos que componen la Misión Internacional de Sabios para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación en Colombia. La comisión de expertos mundiales, reunida por el Gobierno Nacional, está conformada por 47 intelectuales de distintas disciplinas del conocimiento y las artes, con el objetivo de apoyar la construcción de políticas públicas que respondan a los futuros desafíos productivos y sociales del país.
Este eje temático, en particular, apuesta por el crecimiento económico con base en la tecnología y el desarrollo sostenible, y representa un gran salto para la industria. Es liderado por EAFIT junto a la Universidad del Norte como instituciones de educación superior anclas de esta misión, las que servirán de base para adelantar investigación aplicada en campos como internet de las cosas, inteligencia artificial, robótica, analítica y
big data, y computación cuántica, entre otras, relacionadas con el desarrollo de la industria 4.0.
Un total de 18 grupos de investigación, tres programas de doctorado y cuatro de maestría en áreas relacionadas a las tecnologías convergentes hacen parte de la apuesta de EAFIT por el desarrollo de la industria 4.0, señala la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación de la Universidad.
La gran pregunta es qué vamos a hacer: mi respuesta es que Colombia tiene que montarse en ese tren rápidamente. Lo primero pasa por crear una infraestructura digital de país que pueda tomar gran ventaja de lo que es la cuarta revolución industrial.
Orlando Ayala Lozano, doctor honoris causa de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, quien recientemente se desempeñó como presidente mundial para Mercados Emergentes de Microsoft y actual miembro de la Junta Directiva de Ecopetrol, como experto en ingeniería y tecnología, es integrante de este foco temático. El investigador considera el liderazgo científico uno de los principales motores del desarrollo económico, todo esto en el momento de mayor convergencia tecnológica de la historia: la cuarta revolución industrial.
Este académico estuvo en EAFIT durante la celebración de los Días de la Ciencia Aplicada, en septiembre de 2019, evento organizado por la Escuela de Ciencias de la Universidad. Allí compartió su experiencia sobre tecnologías convergentes NBIC (nano, bio, info y cogno), las que analiza como parte de la comisión internacional que integran junto a otros investigadores como María del Pilar Noriega Escobar, Tim Oswald y Jean Paul Allain.
El actual integrante de la junta directiva de Ecopetrol destacó el futuro de la industria 4.0 del país y su adaptación al ecosistema productivo, consideraciones que hacen parte de las recomendaciones que esta Misión entregará al país.
¿Qué son las tecnologías convergentes y por qué es relevante discutir sobre esto en la actualidad?
El concepto de tecnologías convergentes está en cuatro términos: nanotecnología, biotecnología, industrias cognitivas y las tecnologías de la información. Quizás, conectando con lo que es hoy el tema de la cuarta revolución industrial, que pasa por todas estas tecnologías. La gran maravilla de esto es que hay un gran movimiento a nivel universal, conectar, yo diría, el cerebro izquierdo con el cerebro derecho. Y cuando hablamos de tecnologías convergentes es exactamente eso. Digamos, las complejidades de un ser humano en todas sus dimensiones, incluido su cerebro que poco conocemos de él. Es unir las disciplinas para que produzcan realmente descubrimientos fenomenales, los que ya algunos han empezado a dar respuesta a grandes desafíos de la humanidad.
"A la cuarta revolución industrial no podemos escapar y hay que entenderla. Una de las condiciones es la ultraconectividad, una proyección para el año 2035 dice que 27.000 instrumentos inteligentes van a estar dispersos en el mundo", Orlando Ayala.
Foto: Róbinson Henao
¿Cuáles son las condiciones iniciales o qué factores influyen en el despegue de la industria 4.0 en Colombia?
La gran pregunta es qué vamos a hacer: mi respuesta es que Colombia tiene que montarse en ese tren rápidamente. Lo primero pasa por crear una infraestructura digital de país que pueda tomar gran ventaja de lo que es la cuarta revolución industrial. Pensemos en conectividad. Según una gran encuesta reciente del Dane, todavía el 50 por ciento del país está desconectado. No vamos a poder tomar ventaja completa si no aceleramos la conexión, tanto rural como urbana, para maximizar la posibilidad de que la gente puede utilizar estas tecnologías.
Hay otro tipo de infraestructuras, por ejemplo, computadores de gran capacidad de almacenamiento y, sobre todo, procesamiento. Estuve involucrado en el Eje Cafetero con el Centro Bios, orientado a la biodiversidad. La idea es seguir aumentando y conectando la capacidad de cómputo para que se pueda hacer investigación aplicada de primer nivel en Colombia. Pensemos en los datos y la generación masiva de datos como el nuevo petróleo y la inteligencia artificial como la nueva electricidad del mundo. Hay que preparar una gran cantidad de talento y tener un propósito de país. Muchos de nuestros doctores se van porque no tenemos proyectos e investigación profunda aplicada en conexión con el sector privado.
Colombia está en el centro del cambio climático y, a través de esto, se puede crear una gran cantidad de información inteligente, la cual puede darle al mundo visibilidad porque tenemos todos los ecosistemas.
¿Desde la Misión Internacional de Sabios cómo se está trabajando en este campo?
El intento de la Misión es dar respuesta a cómo utilizar todas estas tecnologías, la convergencia tecnológica global que está pasando en Colombia y decir qué vamos a hacer. Hay ocho grupos temáticos y los más obvios tienen que ver con la educación, porque sin esto no hay absolutamente nada. La transformación de la educación es crítica.
Los otros focos se centran en elementos de la economía y la sociedad, muy importantes. La transición energética, el agua y los océanos para Colombia, las industrias culturales que son fundamentales por la riqueza del país. Estos ocho grupos están trabajando conjuntamente con las universidades, son 47 expertos y el 5 de diciembre se presentaron, de manera concreta, las recomendaciones para producir una recomendación que ojalá nos permita dar el gran salto.
¿Cuál es el rol de la universidad en este proceso de transformación y adaptación tecnológica?
Es absolutamente estructural. Las universidades tienen la capacidad de concentrar talento y producir talento, que responda a las necesidades locales y globales. Me da mucho gusto que en el proceso de la Misión de Sabios a cada grupo le hayan asignado dos universidades. En el caso mío tenemos a EAFIT y a la Universidad del Norte, pero todas las universidades del país están conectadas para trabajar conjuntamente en producir unas recomendaciones muy específicas y, sobre todo, ejecutables.
En el contexto de la cuarta revolución industrial, ¿qué desafíos existen para su adopción en el país?
Tiene grandes ventajas, pero al mismo tiempo tiene grandes desafíos, sobre todo, éticos. Y todo esto pasa por algo que es importante decir: la cuarta revolución industrial se puede aplicar, pero si no tenemos del lado a quien crea las leyes, la modernización de las políticas públicas para que realmente florezca en Colombia, estaríamos lejos de cumplir los desafíos. Y, usualmente, los legisladores van varios años atrás de lo rápido que avanza la tecnología. Colombia también tendrá que identificar a aquellos innovadores en política pública que puedan acompañar el esfuerzo tecnológico y el esfuerzo del país por crear condiciones, especialmente, de inversión extranjera alrededor de la cuarta revolución industrial.
¿En qué sectores productivos se identifica un mayor potencial en el país? Se habla del agro, por ejemplo.
En mi opinión, esa debería ser una de las grandes apuestas de país. Creo que deberíamos pensar en una serie de cosas asociadas a esta. En el agro, por definición, tienes que hablar de regiones y Colombia no puede ser un país que excluya. Así que la apuesta en agro y tecnología es una apuesta que es inclusiva. Estamos en el centro, quizás, en el punto más rico en todo el universo. O sea que la apuesta debe ser a la bioeconomía, la biotecnología, la biociencia. De ahí, ojalá, crear muchos emprendimientos digitales con potencial para exportar conocimiento de valor agregado a otros países.
Colombia está en el centro del cambio climático y, a través de esto, se puede crear una gran cantidad de información inteligente, la que puede darle al mundo visibilidad porque tenemos todos los ecosistemas. Colombia se podría convertir en una potencia exportadora de conocimiento del cambio climático si le apostamos a eso.
El tejido empresarial colombiano está constituido, en gran parte, por pequeñas y medianas empresas. ¿Qué camino debenseguir para aumentar la competitividad global?
Creo que hay un potencial en todos los sectores de una economía. Por supuesto, las grandes compañías tienen más recursos y tienden a invertir mucho más en investigación. Aunque no en Colombia. Si no pensamos en un trabajo de cooperativas, de potenciar el uso de tecnologías de manera simple y afectiva hacia las pymes, el país no sale. Y esto debe pasar primero por crear programas y transmitir conocimiento alrededor de las potencialidades de estas tecnologías, proveer incentivos.
El agro con innovaciones en agricultura inteligente y de precisión es uno de los sectores productivos de Colombia que más se puede beneficiar del desarrollo de estas disciplinas. Foto: Róbinson Henao
¿La política pública en Colombia está preparada para esta transformación o cómo debe fortalecerse?
Colombia ha hecho grandes esfuerzos, pero nos falta mucho. Creo que tenemos que hacer un inventario de política pública para ser más eficiente la manera como se limpia el camino o se crean las condiciones para que las apuestas de los sabios puedan correr en un tiempo realmente rápido. Voy a poner un ejemplo. En el año 2014 implementado una solución de la cuarta revolución industrial en el departamento del Meta, con 100 familias cafeteras.
Este proyecto quise hacerlo en un lugar sin conectividad, porque dije que si se hace así, se hace en cualquier parte de Colombia. Llevamos una antena y una tecnología que puede ser maravillosa para efectos de conectividad: la tecnología de espacios blancos. A raíz de la transición de la televisión análoga a la televisión digital, se abre un espectro completo donde puede correr conectividad de wifi de gran distancia. Y eso fue lo que instalamos. No hay regulación para el uso del espectro análogo de espacios blancos. Afortunadamente, en ese momento, tenía de ‘conspirador’ conmigo a Diego Molano, el ministro de Tics. Nos tardamos dos años en pasar la legislación para usar el espectro de espacios blancos.
¿Qué tipo de sugerencias entregarán al Gobierno Nacional y la sociedad colombiana?
La apuesta de la misión anterior de sabios fue la transformación de la educación, absolutamente esencial. Hay un gran esfuerzo por tratar de producir los mejores pensamientos y cómo transformar a Colombia, de ser una industria de economías extractivas a pasar a una industria que apunta al conocimiento. Somos uno de los países más desiguales del mundo y, desde ese punto de vista, apuesto que como los Estados Unidos fueron a la Luna, Colombia debe hacer algo similar. No digo ir a la Luna, pero con ese nivel de claridad. He hecho una propuesta muy concreta: que Colombia para enero del año 2031 pase del número 86, al número 25 en Producto Interno Bruto por ciudadano. Si lo logramos, transformamos el país.