Adriana Cooper
Colaboradora
Corría el año 2008 y a los cultivos extensos, en medio del aire húmedo de Urabá, llegó Valeska Villegas Escobar, investigadora, doctora en Biotecnología y docente de la Escuela de Ciencias de EAFIT. La intención era clara: reducir la carga química de los pesticidas utilizados en cultivos de banano. Un sentimiento de incredulidad ante el cambio apareció en algunos de los trabajadores y los responsables.
Convencida del poder de biopesticidas y la biofertilidad, siguió un proceso que después de mostrar rigor y consistencia obtuvo la confianza de agricultores, empresarios e investigadores. Los resultados ya se ven en otros lugares del Urabá antioqueño como Apartadó y Carepa. El propósito inicial de aumentar la efectividad y reducir los peligros de ciertas sustancias químicas para la naturaleza y las personas involucradas se logró y se trasladó también a cultivos de flores en el Oriente antioqueño y a otros de flores, café y tomate en los que se realizan ensayos.
Además de lograr un cambio en las ideas de los productores y los encargados de los cultivos, la profesora Valeska menciona otro aspecto vital: la formación de estudiantes en niveles variados de pregrado y posgrado. Más allá de los conocimientos naturales y esperados en biología, aprenden de los procesos de una investigación desde la fase inicial hasta acciones finales o más avanzadas como obtener una patente. Agrega que los éxitos alcanzados en este campo han sido posibles gracias al apoyo otorgado por la Universidad desde diferentes unidades. Su caso es un ejemplo sobre cómo una investigación trasciende el laboratorio, involucra a estudiantes, mejora el ambiente, vincula a la empresa y crea vínculos con el exterior. Y es que, en este caso específico, se desarrollan pruebas de fertilizantes con organizaciones en Estados Unidos.
A lo largo de seis décadas, EAFIT ha dispuesto de espacios de investigación y de práctica para sus estudiantes. Esta imagen de los años 60 muestra los talleres de entonces. Foto: Gabriel Carvajal.
“Queremos consolidar el ecosistema de conocimiento en el que se articulan los sistemas de descubrimiento y creación con los de aprendizaje e innovación, bajo el propósito de generar nuevo conocimiento que transforme y aporte al enriquecimiento de la ciencia y al bienestar humano”, Mauricio Perfetti.
Descubrimiento y creación
La investigación eafitense le apunta a crear y a transformar, tanto que hace unos años, con el surgimiento de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación, se le dio un impulso a este eje misional de la Universidad y que ahora con el Itinerario EAFIT 2030 busca, entre otros temas, consolidar una comunidad científica de científica de excelencia mediante el fortalecimiento del sistema de descubrimiento y creación, y el desarrollo de las agendas de conocimientos. EAFIT también se fortalece cada vez más como una Universidad de docencia con investigación, recorrido en el que ya suma varios años.
Mauricio Perfetti Del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de la Universidad, resalta la existencia actual de 44 grupos de investigación —de estos más del 70 por ciento en las máximas categorías del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación— y el propósito para esta década que comenzará. “Queremos consolidar el ecosistema de conocimiento en el que se articulan los sistemas de descubrimiento y creación con los de aprendizaje e innovación, bajo el propósito de generar nuevo conocimiento que transforme y aporte al enriquecimiento de la ciencia y al bienestar humano". Para esto, los grupos interactúan para pasar abordar fenómenos que, por su naturaleza, requieren ser abordados desde un enfoque holístico, a través del trabajo colaborativo y transdisciplinario.
EAFIT tiene el 73 por ciento de sus grupos de investigación en las categorías más altas de Colciencias
El Vicerrector enfatiza en que hoy no es posible un aprendizaje que no haga uso de la ciencia. “También es vital lograr que la creación esté asociada a los procesos de descubrimiento. Para ello, trabajamos en la consolidación de 13 agendas de conocimiento que combinan algo importante: las capacidades de investigación de la Universidad, la trayectoria de los grupos y los investigadores, y las tendencias en la generación de nuevo conocimiento y desarrollo tecnológico con mayor alcance a nivel internacional, regional, nacional y local”.
Para Juliana Villegas Cuadros, jefa de Proyectos de la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación, iniciativas como las mencionadas anteriormente, y que resaltan el aporte de la Universidad a generar preguntas y respuestas a retos de la sociedad —lo que es una constante en la historia eafitense— son posibles gracias a diversos factores. “La Institución está enfocada en ser una Universidad de docencia con investigación y en crear alianzas con el sector productivo para que aporte resultados a la sociedad”. Explica que para lograrlo los grupos de investigación participan de forma constante en las convocatorias de organismos nacionales como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCiencias), y forman alianzas o redes con instituciones internacionales.
El interés por aplicar la investigación básica a los procesos de la sociedad también se ve en el trabajo de profesores como Juan Carlos Duque Cardona, de la Escuela de Ciencias, quien después de estudiar los procesos de comportamiento de las ciudades en temas como el empleo o la seguridad se convirtió en consultor de entidades locales e internacionales, tanto que en la actualidad lidera, desde EAFIT, un proyecto mundial de desarrollo de ciudades denominado Peak y que se hace en alianza con universidades de primer nivel en el mundo como Oxford. A él se suma la experiencia del profesor Santiago Correa Vélez, de la Escuela de Ingeniería e investigador de prótesis craneales de titanio, y cuyo proyecto en esta área ha obtenido varias patentes.
Si se revisa la historia de la Universidad, los hechos lo demuestran: la investigación existe desde sus comienzos. En 1964, EAFIT creó el Centro de Investigaciones Académicas y en 1965 realizó su primera publicación en una revista científica.
A estas historias se suman las de profesores como el biólogo Juan Fernando Díaz Nieto, del Departamento de Ciencias Biológicas, y quien participó en la Expedición Colombia BioAnorí realizada en 2018 e impulsada por Colciencias. En esa ocasión se descubrieron más de 14 especies nuevas de animales y plantas en un bosque húmedo tropical ubicado en el Nordeste de Antioquia. Un aspecto importante de este proceso fue la participación de 10 excombatientes de la extinta guerrilla de las Farc que trabajaron junto a los científicos.
Expedición Colombia Bio Anorí presentó tesoros ocultos de la biodiversidad antioqueña
Entre los desafíos por abordar, Juliana Villegas menciona la obtención de financiación para investigación básica, esa que se lleva a cabo inicialmente sin fines prácticos inmediatos y como su nombre anuncia, se convierte en la base de proyectos aplicados. También destaca la importancia de mantener los niveles actuales de excelencia y habla de la calidad de los grupos de investigación que, como lo mencionó el Vicerrector, están en las máximas categorías de MinCiencias.
La de EAFIT es una investigación aplicada que le apunta a generar preguntas y respuestas para beneficio de la sociedad. Un ejemplo de esto es el proceso de más de una década con el Metro de Medellín. Foto: Róbinson Henao.
A través del tiempo
Si se revisa la historia de la Universidad, los hechos lo demuestran: la investigación existe desde sus comienzos. En 1964, EAFIT creó el Centro de Investigaciones Académicas y en 1965 realizó su primera publicación en una revista científica. Las páginas de su historia también cuentan que en 1968 desarrolló un estudio de valorización solicitado por el Municipio de Medellín y dirigido por el profesor Andrew Barta con el propósito de mejorar procesos considerados “ineficientes, pesados e improcedentes”. En 1978 había realizado 92 investigaciones en áreas como mercadeo, contabilidad, auditoría, producción, organización, economía y administración pública. Los resultados de esos estudios se aplicaron a instituciones públicas y a empresas de la región.
Esta imagen muestra cómo se investigaba décadas atrás, cuando la investigación en EAFIT apenas se consolidaba. Foto: archivo.
La primera unidad de investigación fue el Centro de Asesoría y Consultoría que funcionó hasta 1997. Con el fin de esa década quedó clara la clave de la supervivencia de los centros educativos: el conocimiento generado. A partir de entonces y con este ítem como norte, las relaciones con los sectores productivos se fortalecieron a través de los grupos de investigación hasta el punto de ofrecer asesorías y consultorías basadas en las diferentes áreas del conocimiento. Con la llegada del nuevo milenio, el protagonismo e importancia del profesor investigador se dirigió hacia los grupos.
En su Plan de Desarrollo 2006-2012, EAFIT adoptó un modelo de investigación ya mencionado, el de universidad de docencia con investigación. Este aplica a aquellas instituciones donde la generación de conocimiento y una docencia de alta calidad se convirtió en prioridad. En el siguiente Plan de Desarrollo, 2012- 2018, la premisa fue consolidar este eje y se lograron resultados positivos que confirmaron la capacidad de la Institución para responder a este desafío.
Así, después de mirar la historia y los aportes en estas seis décadas es posible decir que la investigación en EAFIT se consolida a través de un sistema rizomático en el que interactúan los diferentes actores que participan en los procesos de descubrimiento y creación de la Universidad. El camino empieza con la Universidad de los Niños donde sus participantes fortalecen la curiosidad, despiertan el gozo intelectual, y favorecen el pensamiento crítico. A este programa le siguen los semilleros de investigación que son comunidades de aprendizaje en las que sus integrantes adquieren motivaciones, saberes conceptuales, herramientas e interacciones sociales para profundizar en las vocaciones, los conocimientos y las habilidades disciplinares. Finalmente, se encuentran los grupos de investigación en los que participan investigadores y estudiantes de posgrado para generar nuevo conocimiento que transforme el entorno y consolidar los procesos de formación de talento humano de alto nivel.
El trabajo de este grupo de investigadores diverso está apoyado por lugares que hacen posible su labor. Además de la investigación formativa está el Centro de Laboratorios, los espacios de investigación, los laboratorios (adecuados con equipos y materiales de vanguardia) y el nuevo Edificio de Ciencias que consta de 13.600 metros cuadrados propicios para realizar investigación. Como lo dijo el rector Juan Luis Mejía, en este lugar la investigación tendrá identidad propia. Este edificio resume un poco la esencia de la investigación en la Institución: un proceso en continuo movimiento que se afianza y responde a las necesidades del entorno cercano y del mundo. Salas de proyectos, salones para pedagogía especializada y 54 laboratorios son algunos de los espacios que tendrá este lugar y cuya entrega coincide con el aniversario número 60 de EAFIT.
Evolución en 12 lustros
Una de las personas que ha visto la evolución de EAFIT en este campo ha sido el docente Juan Diego Jaramillo Fernández, profesor emérito de la Universidad adscrito a la Escuela de Ingeniería. Al respecto cuenta que varios espacios universitarios han sido vitales para estos avances como es el caso de los laboratorios. “Su papel es protagónico en todas las áreas de las ciencias naturales debido a que han permitido contrastar los modelos teóricos con la experimentación, pilar fundamental del método científico. Los laboratorios y la experimentación que se hace en estos sugieren los modelos teóricos y después los corroboran o los descartan. Sin experimentación y verificación no hay investigación”.
Sobre lo logrado hasta ahora y los desafíos por afrontar, afirma que EAFIT es muy buena en investigación aplicada y en la generación de nuevas tecnologías basadas en el conocimiento de los fenómenos naturales. El número de patentes conseguidas hasta ahora indican una fortaleza en este campo.
En toda Colombia existen diversos ejemplos de cómo la investigación eafitense trasciende los laboratorios. Foto: Róbinson Henao.
Finalmente, EAFIT fija su atención en este ítem, de cara al futuro y a la consolidación del Itinerario EAFIT 2030, en las trece agendas de conocimiento, enfocadas en tecnologías convergentes como nano, bio, info y cogno y la industria 4.0; Agrotech; Ciudades inteligentes; Ambiente, biodiversidad y sistemas naturales; Ciencias básicas; Salud; Estudios económicos y empresariales; Creación, cultura y arte; Energías sostenibles; Estado, construcción pacífica, convivencia y posacuerdos; Estudios del comportamiento y cambio social; Ciencias del aprendizaje; Estudios de gestión, organizaciones, mercados, individuos y entornos. Estas agendas son un mecanismo de articulación y promoción de la convergencia entre investigadores y grupos de investigación, que permiten generar nuevo conocimiento para conectar el descubrimiento y la creación con los principales retos, fenómenos y desafíos de la sociedad y, a su vez, priorizar y orientar la agenda de investigación de la Universidad.
Todo esto unido a las tendencias mundiales y locales permite pensar que la investigación y la creación en EAFIT avanzan hacia un futuro donde la colaboración y la solidaridad son atributos esenciales de la ciencia y ponen de precedente la rigurosidad que implica superar los propósitos individuales para trascender a un descubrimiento y creación con una mirada local en diálogo con la global. De esta forma, cobra vida la visión de la Universidad, pues es la expresión misma de unir propósito con conocimiento y forjar humanidad y sociedad.