Santiago Higuita Posada
Colaborador
Una reinvención que llegó para quedarse es la conexión de los ecosistemas físicos de aprendizaje con los ecosistemas digitales, el campus presencial conectado con el campus digital, Claudia María Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT.
El año del aniversario sesenta de la Universidad fue también un año de reinvención, aunque esta llegó de manera inesperada. Como sucedió un siglo atrás con la gripe española —la mortal pandemia del siglo XX que obligó a la evolución del sistema público de salud—, en 2020 una nueva crisis sanitaria denominada covid-19 cambió la cotidianidad de la humanidad y decretó el confinamiento de la sociedad por varios meses, parando el gran motor de su economía y desafiando, esta vez, al sistema educativo a transformarse rápidamente.
En tan solo una semana, en medio de la contingencia global, EAFIT le hizo frente al desafío. Y su avance se debió al bagaje recorrido hacia la innovación educativa, el aprendizaje activo y a la apropiación en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) dentro y fuera de los espacios de aprendizaje, emprendida desde hace más de una década por la Institución a través de sus distintos planes de transformación pedagógica, lo que sin duda aportó a la adaptación ante la exigencia de los nuevos tiempos y las condiciones que impuso la pandemia.
En este camino, las directivas identificaron dos reinvenciones en una apuesta por la educación remota a través de las herramientas digitales: la primera fue migrar las clases de pregrado y posgrado a la virtualidad para la formación por medio de dispositivos digitales, como también ocurrió con la mayoría de instituciones educativas, de todo tipo, en el mundo.
A su vez, una segunda reinvención fue implementar una modalidad combinada que conectara los espacios de aprendizaje físicos con estos entornos digitales, donde se pudiera dar mayor excelencia a los programas de pregrado y posgrado con alto contenido práctico. También fortalecer los procesos de interacción entre profesores y estudiantes, y apoyar el aprendizaje colaborativo de los pares académicos.
“Una reinvención que llegó para quedarse es la conexión de los ecosistemas físicos de aprendizaje con los ecosistemas digitales, el campus presencial conectado con el campus digital”, asegura Claudia María Zea Restrepo, vicerrectora de Aprendizaje de EAFIT, experta en docencia y quien ha liderado iniciativas de innovación educativa como el Centro de Excelencia para el Aprendizaje.
La reinvención de la vida universitaria
Fueron varios los esfuerzos para afrontar la contingencia y las acciones que ayudaron a dar continuidad al aprendizaje, al descubrimiento y la creación, y a la proyección social de la Universidad. El primer paso fue digitalizar todos los servicios: no solo sus programas académicos pasaron a ofrecerse a través de plataformas como Teams, también los servicios administrativos, de bienestar universitario y su variada oferta cultural se trasladaron a las pantallas digitales.
“Los principales cambios a los que nos enfrentamos en marzo estuvieron relacionados con la continuidad de los procesos del descubrimiento y la creación desde la virtualidad. Específicamente, la continuidad de los proyectos de investigadores y estudiantes de posgrado que requerían ingresar a los diferentes laboratorios del campus para seguir sus labores de investigación. Así mismo, el equipo de formulación de proyectos se concentró en la formulación de propuestas para contribuir a la prevención y la mitigación de la pandemia generada por el covid-19 en Colombia, de las que cinco se encuentran actualmente en ejecución”, sostiene Mauricio Perfetti del Corral, vicerrector de Descubrimiento y Creación de EAFIT, quien destaca esta apuesta por la continuidad en momentos tan determinantes para la humanidad.
Desde las seis escuelas y las distintas dependencias universitarias, a través de diversas estrategias y acciones, se enfocaron todos los esfuerzos para reactivar la vida académica y cultural de la Universidad a través de la virtualidad, una oportunidad para adaptar la Institución a los nuevos tiempos y enfrentar los desafíos de cara a la innovación de los ecosistemas educativos.
La coyuntura de la pandemia permitió acelerar una de las metas estratégicas del Itinerario 2030, en la que se busca transformar el modelo educativo asegurando la calidad y la relevancia del aprendizaje a lo largo de la vida, la permanencia y el desarrollo de competencias en los estudiantes y docentes.
Aportes y aprendizajes
A pocas semanas de declarada la epidemia global que obligó al cierre de las instituciones educativas, la reinvención de EAFIT desde todas sus áreas y departamentos se puso en marcha a través de las herramientas digitales. La Universidad inició así una transformación que le permitió enviar a la sociedad un mensaje de confianza y de esperanza.
Un ejemplo fueron las distintas iniciativas que se adelantaron desde sus seis escuelas: la Escuela de Administración actualizó sus conocimientos para los egresados de acuerdo con las nuevas exigencias del mundo; la Escuela de Ingeniería adelantó investigaciones sobre fuentes renovables de generación de energía; la Escuela de Humanidades presentó un libro de experiencias institucionales para pensar la crisis; la Escuela de Derecho realizó un trabajo interdisciplinario para avanzar en la responsabilidad civil de la inteligencia artificial; la Escuela de Economía y Finanzas desarrolló investigaciones para la toma de decisiones sobre la distribución de recursos y la reapertura económica; y la Escuela de Ciencias adelantó proyectos enfocados en prevenir, diagnosticar y mitigar la evolución de covid-19. Estas fueron solo algunas de las propuestas que se realizaron desde las unidades académicas.
De igual manera, varias dependencias se transformaron para dar continuidad a sus actividades desde la virtualidad: Extensión Cultural, el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, la Editorial EAFIT, la Universidad de los Niños y el Programa de Semilleros de investigación. Desde la Vicerrectoría de Descubrimiento y Creación, además, se lideró una serie de conversaciones con el Comité de Investigación, investigadores, estudiantes y expertos para la publicación del documento Descubrimiento y creación para el futuro. Una reflexión para la incertidumbre.
“Desde el comienzo de esta contingencia económica y de salud pública, pusimos al servicio de la comunidad y los gobiernos nuestro saber y creatividad. Nuestros equipos de investigación, por ejemplo, rápidamente construyeron modelos que juntaban la epidemiología con la parte macroeconómica para poder simular los efectos de las políticas alternativas de aislamiento o apertura, y esto ayudó a guiar las decisiones de los gobiernos locales y nacionales”, destaca César Eduardo Tamayo Tobón, decano de la Escuela de Economía y Finanzas de EAFIT en uno de los muchos aportes durante esta reinvención universitaria.
Parte de los aprendizajes obtenidos durante este año fueron, precisamente, en el desarrollo de nuevas competencias digitales, además de la renovación de las experiencias de aprendizaje en entornos tecnológicos, lo que se combina con las nuevas formas de evaluación. Los programas de pregrado, posgrado, educación permanente e idiomas vivieron esta misma metamorfosis.
“El segundo semestre demandó un mayor esfuerzo por la necesidad de mejora de los entornos y experiencias de aprendizaje, transformación de los procesos de evaluación, puesta en marcha de nuevos servicios en los ecosistemas digitales e implementación de modalidades combinadas para fortalecer la experiencias presenciales, sincrónicas y asincrónicas de aprendizaje”, señala la vicerrectora Claudia María Zea.
¿Cómo vivió la reinvención universitaria?
“Se respondió muy rápidamente, pues en dos semanas habíamos vuelto a la nueva realidad. Los estudiantes respondieron mucho mejor de lo que esperábamos, en especial, los de Saberes de Vida que pensamos que se iban a demorar demasiado. Lo más difícil fue para los profesores, pasar de lo presencial a lo remoto de un día para otro. Los aprendizajes son muchísimos; la adaptación de los seres humanos y las nuevas posibilidades que hay para aprender”. Luis Fernando Rendón Cortés, director de Educación Permanente.
“Afrontamos un desafío cultural como equipo, pues durante casi 30 años enseñamos idiomas de manera presencial. Por lo tanto, debimos creernos ser capaces de hacerlo de manera remota e igualmente dar continuidad a la operación y a los procesos administrativos, lo que fue un proceso muy bonito. Fue procurar que el proceso de enseñanza-aprendizaje de los idiomas continuará siendo efectivo aún mediado por la tecnología. Para nuestra población de niños debíamos ser lo suficientemente creativos para cautivarlos a través de los dispositivos tecnológicos y, en la medida de lo posible, evitar que sus padres o acudientes tuvieran que asistirlos durante la clase”. Juan Esteban Ruiz Jaramillo, director de Idiomas. “Los principales cambios a los que nos enfrentamos en marzo estuvieron relacionados con la continuidad de los procesos del descubrimiento y la creación desde la virtualidad. Específicamente, la continuidad de las actividades de los semilleros de investigación, tanto de quienes necesitaban ingresar al campus para desarrollar sus investigaciones en los diferentes laboratorios como para quienes requerían formación en metodologías activas, con el fin de convertir la virtualidad en un espacio propicio para el trabajo colaborativo entre los integrantes de los semilleros. Esto último también se vio reflejado en la planeación de la cuarta edición de la Feria de Semilleros que se realizó por primera vez en modalidad virtual”. Sara Vélez Zapata, coordinadora de Semilleros.
“En la cuarentena el reto ha sido desde el punto de vista de presupuesto para mejorar toda la gestión. El tema de vivir la experiencia de cómo funciona una empresa o una escudería. Eso es uno de los puntos más fuertes del programa Kratos, porque no solamente están trabajando en los subsistemas técnicos los ingenieros, sino personas de otras disciplinas que pueden empezar a trabajar juntas. La multi-disciplinariedad y el trabajo en equipo comienza a agregar valor a cada una de sus profesiones”. Simón Echeverry Gómez, director de Mercadeo Programa Kratos.
“La Universidad enfrentó la pandemia con acciones que permitieron la continuidad de sus procesos misionales y la estabilidad para las personas. La creación de los tres Comités en donde se toman decisiones importantes y trascendentales para cuidar la vida y la salud de todos los que hacemos parte de la Universidad fue un acierto indiscutible, así como la aceleración del teletrabajo en la figura de trabajo en la casa. Podrían ser los cambios más significativos, entendiéndolos como rápida y exitosa adaptación a unas circunstancias que no esperábamos”. Luz Amparo Posada Ceballos, directora de Desarrollo Humano-Bienestar.
“Una de las ventajas de la virtualidad para los representantes fue que nos permitió acercarnos más a los estudiantes. Si bien con las asambleas de carrera escuchábamos todas las problemáticas, con los retos que estaban pasando en la Universidad pudimos acercarnos más. Y no simplemente para escuchar su realidad, sino para ver cómo los podíamos apoyar. Nos unimos con tantos estudiantes que estaban pasando dificultades; estudiantes que no tenían conectividad, computador o sus ambientes no eran los mejores para continuar con sus estudios. Hubo una unión que me llena de orgullo”.
Laura Hernández Vélez, representante estudiantil 2019-2020.
Avanzando en el Itinerario 2030
La coyuntura de la pandemia permitió acelerar una de las metas estratégicas del Itinerario 2030, en la que se busca transformar el modelo educativo asegurando la calidad y la relevancia del aprendizaje a lo largo de la vida, la permanencia y el desarrollo de competencias en los estudiantes y los docentes, todo esto inspirado en la integridad, la diversidad y la sensibilidad social.
De acuerdo con la Vicerrectoría de Aprendizaje, con los ajustes curriculares realizados este año se inicia una aplicación masiva de un nuevo modelo educativo centrado en el aprendizaje del estudiante, con experiencias pedagógicas que se ofrecen en múltiples modalidades como es el caso del programa Kratos.
De esta manera, la Universidad se convierte en uno de los referentes en innovación educativa para la transformación que experimenta el país. Este trabajo, en medio de la pandemia, se ha consolidado en el Laboratorio de Innovación Educativa en Educación Superior (CoLab), creado junto al Ministerio de Educación.
Así, EAFIT le dio continuidad a la vida universitaria y acompañó a sus diferentes grupos de interés, en especial a estudiantes, profesores y empleados, en un momento difícil de la historia de la humanidad.
Así se disfrutan las clases en el actual sistema de alternancia
Los estudiantes y los profes de la U continuaron sus actividades académicas, unos en sus casas y otros en el campus como parte del piloto de retorno seguro y responsable. En este contenido algunos eafitenses cuentan cómo han aprovechado cada una de estas modalidades.
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