Margarita Zuluaga Esquivel
Colaboradora
Las razones que llevan a un emprendedor a comenzar su proyecto empresarial son claras desde el momento cero de la iniciativa: ejecutar sus propias ideas, incrementar sus ingresos, aprovechar las tendencias del mercado, perseguir un sueño… Podría haber mil y un motivos para ser empresario. Si la empresa es una pyme de los sectores comercio o manufactura puede presentarse un escenario que asusta a cualquier emprendedor: acumular facturas por cobrar y quedar ilíquido para pagar nómina o comprar materia prima. Lo tradicional sería acudir a un crédito con la banca, pero endeudarse para recuperar la liquidez financiera no es lo más óptimo.
“El estudio también ofrece posibilidades para que las compañías de factoring busquen profundizar en los otros sectores que no se vieron tan influenciados, pero tienen un alto potencial como son las microempresas”.
Todo este tema fue motivo de interés de dos investigadoras de la Universidad EAFIT: Judith Cecilia Vergara Garavito, profesora del Departamento de Finanzas, y Diana Carolina Guasca Chavez, magíster en Administración Financiera, para quienes resultó interesante revisar de manera particular una herramienta de financiamiento para las empresas antes mencionadas.
¿Si no es atractivo el crédito tradicional, qué otro recurso elegir cuando se requiere dinero con urgencia? El factoring fue la respuesta y la pregunta de investigación fue concreta en el sentido de cuáles son los factores que llevan a las empresas a optar por dicho recurso como fuente de financiación.
Para entender con facilidad qué es el factoring, la profesora Judith Vergara lo define como “un mecanismo de financiación mediante el que una empresa vende a un tercero (Factor) sus cuentas por cobrar, obteniendo liquidez a cambio de un precio que se paga sobre el valor global de dicha factura”.
En la práctica es un préstamo a corto plazo en el que la garantía es una factura de bajísimo riesgo.
Europa vio nacer el modelo
Parte de la investigación se dedicó a buscar la evolución del factoring en el plano internacional. Europa es el que más historia tiene, pues “a finales del siglo XVIII los productores ingleses, en especial de textiles que tenían problemas al exportar, crearon una figura para solucionar problemas de iliquidez recurriendo a factores, quienes eran personas que prestaban servicios en los lugares de destino de mercancías y realizaban adelantos sobre la exportación”, dilucida la investigación.
Europa tomó la delantera desde hace tres siglos mientras que en Latinoamérica el crecimiento del uso de esta herramienta fue bastante débil y básicamente por la escasa regulación sobre el tema. Mientras en Chile las operaciones de factoraje representan el 13 por ciento del PIB, en Colombia apenas tuvo su auge en 2008 con el surgimiento de la Ley 1231 o de Facturas.
La profesora Judith Vergara explica que desde “la reglamentación de la Ley 1231 de 2008, el factoring ha venido tomando fuerza en Colombia y la aprobación de esa norma introdujo cambios favorables al régimen de facturas colombiano, lo que potencializa su mejor uso por parte de las pequeñas y medianas empresas”.
Los cambios favorables que menciona la investigadora se refieren a que la norma permitió que se simplificaran los requisitos para que las facturas sean consideradas títulos valores, lo que valida su negociación. En el panorama latinoamericano, de los 20 países que conforman la región solo 47,61 por ciento realiza operaciones de factoraje y la razón es la normatividad implementada, tal como sucede en Colombia.
El negocio nacional
La investigación señala que solo 12 por ciento de las empresas de factoring se encuentran en Latinoamérica y, de ese porcentaje, hay 27 establecidas y vigiladas por la Superintendencia Financiera de Colombia. De ese grupo la que más participación tiene en el mercado es Factoring Bancolombia que, a propósito, facilitó la información para realizar el estudio de las dos investigadoras de EAFIT.
En la práctica, el factoring es un préstamo a corto plazo en el que la garantía es una factura de bajísimo riesgo.
Los datos suministrados por Factoring Bancolombia son el gran valor de esta investigación porque “al realizar una revisión bibliográfica de los determinantes del factoring, se encuentra que son inexistentes los trabajos que muestran evidencia empírica para establecer los determinantes que conllevan su uso, especialmente en economías emergentes como las latinoamericanas”.
En otras palabras, la mayoría de trabajos sobre el tema presenta enfoques teóricos porque no hay fácil acceso a las bases de datos de los usuarios de factoring, contrario a lo que se presenta en este trabajo por la información suministrada por Factoring Bancolombia.
La investigación se basó en características de las empresas como sector, tamaño, tipo de sociedad, si existe una relación entre el uso del factoring con el nivel de endeudamiento, el nivel de ventas y el Ebitda*. De una base de datos de 26.400 empresas se tomaron 568 que usan la figura del factoring con Bancolombia.
La Ley 1231 permitió que se simplificaran los requisitos para que las facturas sean consideradas títulos valores, lo que valida su negociación.
Del grupo de empresas estudiado la mayoría pertenece al sector comercio (grandes superficies) seguido por el de manufactura de insumos (farmacéutico).
Luego de plantear algunas hipótesis como que el factoring se usa en sectores donde la rotación de las cuentas por cobrar es mayor, se centra en compañías formalmente constituidas o toma más fuerza en las empresas de tamaño mediano con facturación creciente, las investigadoras llegaron a unas conclusiones.
Entre lo que concluyeron sobresale que “el factoring está apoyado en el sector, tipo de sociedad y tamaño, además de basarse en indicadores financieros que soportan la voluntad de buscar el factoraje”, señala Diana Guasca.
Para esta investigadora, estos hallazgos se constituyen en evidencia empírica para decir que el factoring es usado más por compañías de sociedad anónima y limitada, ya que los emprendedores son informales y no pueden acceder a esta figura por no contar con la suficiente formalidad.
Por último, los resultados del estudio permitirán que las compañías que ofrecen factoring en Colombia busquen profundizar en otros sectores que aún no han sido influenciados por esta herramienta.
Fuente: *Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation, and Amortization (Ebitda), que traduce: ganancias antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones.
Investigadores
Judith Cecilia Vergara Garavito
Ingeniera financiera, Universidad de Medellín, y magíster en Administración de Negocios, Universidad EAFIT. Candidata a doctora en Administración Estratégica de Empresas, Pontificia Universidad Católica del Perú. Profesora del Departamento de Finanzas de EAFIT e integrante del Grupo de Investigación Finanzas y Banca (Gifyb). Áreas de interés: Finanzas corporativas, Valoración de empresas, Generación de valor y Finanzas conductales.
Diana Carolina Guasca Chávez
Magíster en Finanzas, Universidad EAFIT.
En la actualidad es asistente comercial en
Factoring Bancolombia S.A. C.F.