Rafael González Toro
Colaborador
América no volvió a ser la misma desde esa primera mirada. Ese 16 de julio de 1799 –bajo la óptica del naturalista Alexander von Humboldt y de su amigo, el botánico Aimé Bonpland– las costas de Cumaná se abrieron como el más hermoso de los tesoros ante sus ojos.
Una maravilla tropical que Humboldt describió en una carta a su hermano Guillermo y en la que trató de consignar esa catarata de acontecimientos que vivía en el Nuevo Mundo: “Corríamos como locos de aquí para allá, sin poder hacer claras observaciones porque al coger algún ejemplar raro lo dejábamos cuando veíamos a su lado otro todavía más curioso”.
Ese fue el comienzo, en tierra firme, de esa expedición que partió el 5 de junio de ese año desde La Coruña, en la corbeta Pizarro, con el aval de Carlos IV, y que –repleta de maletas y costosos instrumentos científicos– le hizo frente a la incertidumbre de los mares y a corsarios y piratas.
Así se empezó a gestar el verdadero descubrimiento de América, muy lejos de ese golpe de suerte que tuvo Colón. Bajo el riguroso estudio de Humboldt y su curiosidad infinita, el continente que era solo visto y aprovechado por las riquezas de su subsuelo, como lo demandaba la Corona Española, empezó a tener su real importancia. Así, con esta mirada científica, el explorador prusiano complementó otros estudios que lo antecedieron desde La Condamine, los discípulos de Linneo y las expediciones botánicas.
“El aporte de la obra fue ver a un Humboldt diferente desde Colombia”: Jhon Mesa Mendoza.
Muchos hallazgos, que luego tuvieron gran repercusión, dejó ese lustro que duró su viaje por el Nuevo Mundo, que además de lo que en la actualidad es Venezuela también los llevó por Cuba, Colombia, Perú, México y los Estados Unidos. Se destacan dos momentos: uno en el que desde Cumaná va hacia el Orinoco, en donde logró demostrar la existencia del brazo Casiquiare, que une las cuencas del Orinoco y del Amazonas, que ya lo intuía La Condamine. Y el otro: comprobó que no existe el Lago Parime –conocido como el último Dorado– y empezó a elaborar todo el concepto de la nueva ecología moderna al pasar por el Lago de Valencia y ver los efectos que tenía su desecación debido a los impactos causados por los humanos.
Pero la llegada a la entonces Nueva Granada (en 1801) le generó la visión de otro mundo que transformaría la concepción de la geografía y la cartografía que había hasta el momento. Primero, en el paso por el Magdalena, después al subir a los 2.630 metros sobre el nivel del mar de Bogotá y, más tarde, el cruce del páramo del Quindío. Ahí Humboldt empezó a consolidar su teoría de la geografía de las plantas, es decir, que en el trópico el ciclo de la naturaleza no depende de las estaciones, sino de los pisos térmicos.
Con la llegada a la Nueva Granada, Humboldt empezó a consolidar su teoría de la geografía de las plantas, es decir, que en el trópico el ciclo de la naturaleza no depende de las estaciones, sino de los pisos térmicos.
Esto y mucho más de la obra de Humboldt es lo que entrega a los lectores la Humboldtiana neogranadina. Una detallada, rigurosa, minuciosa y completa colección de cuatro tomos (6 libros) que vio la luz en agosto de 2018 tras ocho años de trabajo reconstruyendo una cartografía sobre el científico en siete países y que se convierte en uno de los proyectos editoriales más importantes publicados en los últimos años en el país.
Logro de seis universidades
Para Alberto Gómez Gutiérrez, autor y editor académico de la publicación, el aporte de esta obra es doble: por un lado, pone a disposición del público, de manera ordenada y unificada, una gran cantidad de fuentes primarias humboldtianas sobre la Nueva Granada, normalmente difíciles de obtener.
Por otro lado, permite descubrir el velo sobre una importante generación de científicos neogranadinos y colombianos, quienes han permanecido sumergidos en la historia patria centrada en batallas y sucesos no científicos.
La idea de recopilar, complementar y publicar la Humbodltiana neogranadina surgió en 2010 tras ofrecer el curso del Semestre alemán que programó la Pontificia Universidad Javeriana, momento en el que Alberto Gómez, director del Instituto de Genética Humana de dicha universidad, tuvo la oportunidad de coordinar, junto con el filósofo Guillermo Hoyos Vásquez, el encuentro Los hermanos Humboldt en Colombia.
Después sucedió otro hecho sin precedentes en el país. Seis universidades –EAFIT, Javeriana, Externado, Los Andes, del Rosario y el Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa)– aunaron esfuerzos investigativos, editoriales y económicos para hacer esta colección realidad, lo que evidencia la relevancia de su temática y el rigor con el que fue elaborada.
“Esta obra también es un homenaje a Guillermo, el hermano mayor de Alexander von Humboldt, quien es el padre de la universidad investigadora contemporánea”, afirma Juan Luis Mejía Arango, rector de la Universidad EAFIT, para quien es un hecho muy diciente que seis universidades colombianas se unan para dar a conocer este trabajo, lo que “tiene un valor muy grande: pasar de una red de universidades a una universidad en red”.
“Esta obra también es un homenaje a Guillermo, el hermano mayor de Alexander von Humboldt, quien es el padre de la universidad investigadora contemporánea”: Juan Luis Mejía Arango.
El rector de EAFIT, además, resalta la labor de Alberto Gómez Gutiérrez y Nicolás Morales Thomas, de la Javeriana, quienes “fueron el alma y el nervio” de este proyecto y sin quienes “esta obra no hubiera sido posible”.
Metodología y curaduría
La metodología de trabajo se dividió, por un lado, en recolectar fuentes de manera continua durante ocho años, tanto en archivos como en soportes impresos y digitales; y, por otro lado, en una edición permanente.
El modelo de compilación de la obra se centró en dos ejes: primero, una crónica detallada de los encuentros y hallazgos de Humboldt y Bonpland en su paso a paso por los territorios de la Nueva Granada, así como por los nodos parisino y berlinés que estableció el científico prusiano a su regreso a Europa en 1804 y hasta su muerte en 1859. Segundo, una selección de trabajos específicamente neogranadinos de Humboldt y Bonpland en diferentes dominios de la ciencia relativos a la Nueva Granada.
La curaduría de la Humboldtiana neogranadina fue dirigida por el genetista Alberto Gómez, con revisiones por parte de expertos elegidos también por él. Al cerrar el trabajo, la obra fue remitida a una revisión formal por pares anónimos en la Universidad de los Andes, quienes dieron su concepto y aval para la publicación.
Cuatro tomos
El primer tomo de la obra está dividido en dos volúmenes y compila los apuntes y encuentros de Alexander von Humboldt, entre 1800 y 1859, con personajes neogranadinos. Los tomos dos y tres publican los textos científicos y sociales del naturalista sobre la Nueva Granada. El tomo cuatro contiene mapas, dibujos, pinturas, grabados, medallas e imágenes de esculturas y cerámicas. La publicación la completa un sexto libro o índice que no está numerado.
Para Nicolás Pinel Peláez, profesor del Departamento de Ciencias Biológicas de EAFIT, como muchos de esos trabajos del explorador prusiano se publicaron en diferentes idiomas y no estaban a disposición de toda la comunidad hispanohablante, esta publicación editada en castellano es una contribución para que las comunidades científicas y los hispanohablantes en Latinoamérica, y concretamente en Colombia, puedan acceder a la obra que desarrolló el explorador.
La publicación, además, está acompañada con comentarios y ensayos analíticos sobre los trabajos de Humboldt en el contexto de su tiempo y en el actual, lo que ayuda a entender cómo se han desarrollado esas perspectivas planteadas por el científico.
Por su parte, Jhon Mesa Mendoza, coordinador editorial de la Javeriana y de la Humboldtiana neogranadina, sostiene que el aporte de este trabajo fue “ver a un Humboldt diferente desde Colombia”.
Relación de Humboldt con Antioquia
A pesar de que Humboldt no estuvo en Antioquia, su paso por la Nueva Granada dejó una gran influencia en lo que hoy es el departamento. Desde las coordenadas que dio en Nare, que le sirvieron luego a José Manuel Restrepo para hacer el primer mapa científico de Antioquia, hasta la emoción que le produjo al alemán la noticia del descubrimiento de platino en una mina en Santa Rosa de Osos.
“Además, está muy marcada la relación del científico prusiano con muchos jóvenes antioqueños de la primera mitad del siglo XIX que no podían entrar a Francia, ya que no les reconocían el pasaporte de la Nueva Granada y gracias a él pudieron entrar a ese país”, indica el rector Juan Luis Mejía.
En 2019 se conmemora el aniversario 250 del nacimiento de Alexander von Humboldt.
Otro hecho –acota el rector de EAFIT– es “la cercanía con Francisco Montoya y Manuel Antonio Arrubla, quienes fueron a negociar el segundo empréstito de la República y entraron en contacto con Humboldt para que él les ayudara a comprar los instrumentos y la biblioteca para fundar la primera Escuela de Mineralogía en 1825”.
Por todas estas razones, el trabajo colaborativo logrado en esta obra y el rigor con que se realizó queda planteado que en un futuro cercano hay que explorar esas relaciones de Humboldt con Antioquia. Ese es el reto. Y en ese cometido la Humboldtiana neogranadina es un punto de partida.
Una obra fiel al espíritu de Humboldt
Fiel al espíritu de Humboldt, esta obra contó con un trabajo colaborativo interdisciplinario en el que participó un selecto grupo de expertos, además del editor Alberto Gómez, como el rector Juan Luis Mejía Arango, Frank Holl, Jorge Humberto Peláez Piedrahita, S. J.; Pablo Navas Sanz de Santamaría, Germán Rey Beltrán, Henry Bradford Sicard, Hernando García Martínez, Jorge Tomás Uribe Ángel, Santiago Díaz Piedrahita, Pedro Ortiz Valdivieso, S. J.; Mauricio Nieto Olarte, Jorge Arias de Greiff, Margarita Serje de la Ossa, Vicente Durán Casas, S. J.; Carl Henrik Langebaek Rueda, José Manuel Restrepo Abondano, Luis David Prieto Martínez, Jaime Eduardo Bernal Villegas, Fernando Salazar Holguín, Fernán Vejarano Alvarado y Juan Carlos Henao Pérez.
La participación de seis rectores de universidades privadas, de profesores nacionales y extranjeros con obra ya publicada sobre Humboldt, del subdirector científico del Instituto Alexander von Humboldt y de los expertos editoriales, configura un grupo interdisciplinario que valida la amplitud de mirada que se logró en la Humboldtiana neogranadina, expresa el genetista Alberto Gómez.
Este trabajo editorial deja a las universidades una red estrecha de contactos con investigadores de Alemania, Suiza, España, Francia y los Estados Unidos, que se reforzará con encuentros académicos sucesivos que se potenciarán durante 2019, año en que se conmemora el aniversario 250 del nacimiento de Alexander von Humboldt.
El editor de la obra:
Alberto Gómez Gutiérrez
Biólogo y microbiólogo, Universidad de los Andes; doctor en Bioquímica (opción en Inmunología), Universidad de París (Francia). Es profesor y director del Instituto de Genética Humana (Facultad de Medicina), de la Pontificia Universidad Javeriana. Es Premio Nacional de Ciencias Alejandro Ángel Escobar 2011, en la categoría Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, por el trabajo Patrones de identidad genética en poblaciones contemporáneas y precolombinas.
Es miembro correspondiente de: Academia Nacional de Medicina de Colombia, Academia Colombiana de Historia y Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn). Además, es miembro de la Sociedad Colombiana de Historia de la Medicina.
Ha escrito, entre otros, los libros Al cabo de las velas: expediciones científicas en Colombia, siglos XVIII, XIX y XX (ICCH: 1998); Scientia Xaveriana: Los jesuitas y el desarrollo de la ciencia en Colombia (PUJ: 2009); A impulsos de una rara resolución: el viaje de José Celestino Mutis a la Nueva Granada, 1760-1763 (URosario-PUJ: 2010); La Expedición Helvética (PUJ-Colciencias: 2011). Es uno de los investigadores que más ha estudiado, en diferentes países y por varias décadas, la obra de Alexander von Humboldt.