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Universidad EAFIT
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Historia

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En los años noventa, con las puertas de la Internet de par en par, la nueva biblioteca de EAFIT se irguió como si dijera con orgullo que la muerte del libro se encontraba aún lejos. Nunca antes la Biblioteca llegó a tener tanta importancia como desde el momento en que se construyó en su nuevo espacio, sobre la antigua cancha de fútbol, cuyas obras se hicieron a lo largo de 1998 hasta inaugurarse en los primeros meses de 1999. El balance: una imponente edificación de 6.500 metros cuadrados, de varias plantas y con un diseño de la más fina sensibilidad arquitectónica. 

Una rápida retrospectiva del itinerario de la biblioteca antes de 1998 nos permite apreciar que, antes de la sede actual, la biblioteca ocupa lo que hoy es la Dirección Administrativa y Financiera y el Centro de Educación Continua (Bloque 29). Su sede durante más de dos décadas.

Es comprensible que la biblioteca de una Universidad como EAFIT, centrada en la Ingeniería y en las Ciencias Económicas, tuviera hasta entonces un carácter especializado y que su fuerte no fueran propiamente las áreas humanísticas, como tampoco los documentos y archivos de prensa. La primera biblioteca con que contó la Universidad en el sector de La Aguacatala, en el sentido locativo del término, fue el antiguo auditorio José Antonio Galán, demolido para construir lo que hoy es el bloque 18, sede de la Rectoría, el Centro de Informática y otras dependencias de la alta dirección. El José A. Galán, aula máxima hasta 1986, pasó a ser el actual Auditorio Fundadores.

En nuestra ruta hacia el pasado, los registros muestran que una primera biblioteca fue armada con el fruto de unas cuantas decenas de libros donados por empresas como Bavaria, o facilitados con ayuda de la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID). El primer rector en propiedad nombrado por la entonces EAF, Javier Toro Martínez, cuenta en su haber con la dotación de la primera biblioteca.

Los primeros libros para la naciente biblioteca se obtuvieron mediante un aporte especial del Punto IV. Se realizó una intensa campaña entre empresas de todo el país para lograr disponer de una biblioteca apropiada para la atención paulatina de los diferentes cursos. La primera contribución colombiana de libros se recibió de la empresa Bavaria.

Acorde con lo que representó el fuerte apoyo estadounidense en los orígenes de la Universidad, sumado a la precariedad nacional de una industria editorial –especialmente en obras académicas– la biblioteca original se componía de un grueso número de obras en inglés traídas de Estados Unidos, en algunos casos donados por los profesores que venían de este país, lo que imponía una berrera en la consulta para una inmensa mayoría de estudiantes: el idioma .

Pero algo salido de lo normal sucedió a finales del siglo XX: A finales de la década de los noventa, el entonces rector de la Universidad EAFIT, doctor Juan Felipe Gaviria, concibió la idea de construir un verdadero campus que reflejara la expansión intelectual de la Universidad hacia otras áreas del saber cómo la Música y las Humanidades. La Biblioteca sería el elemento guía, ordenador, rematando una gran plazoleta central que serviría de espacio socializador para profesores y estudiantes. 
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Se hizo una convocatoria donde concursaron los más prestigiosos arquitectos de la ciudad. Los ganadores fueron Carlos Julio Calle y Juan Fernando Forero. Ambos concibieron la Biblioteca como un gran templo dedicado al conocimiento. La escalera que inicia su ascenso en la plazoleta central, y que culmina de manera monumental en el tercer piso, al interior del edificio, simboliza el ascenso de la conciencia a través del conocimiento. La metáfora se multiplica en la distribución espacial del edificio, una serie de cajas dentro de otras, iluminadas desde la parte superior por un chorro de luz, y rodeado en la parte exterior por un espejo de agua. Al ser consultados, los libros emergen de los espacios interiores de la Biblioteca en el segundo y tercer piso, hacia la luz que rodea el edificio por sus cuatro costados, y en el primero hay un gran Centro de Artes donde se expone lo mejor del arte contemporáneo del país. 

No se trataba sólo de tener un espacio con las especificaciones más modernas y los ojos puestos a futuro sino de una biblioteca informática y digital. El cambio era más dramático, puesto que se imponía transformar ese imaginario urbano de que EAFIT era “un parqueadero con Universidad”. En esto fue crucial la nueva edificación, porque a partir de este nuevo eje, los parqueaderos comenzaron a desplazarse hacia los extremos norte y sur.

Para conformar ese espacio era necesario trabajar en el tráfico vehicular dentro de la institución, pues hasta el momento EAFIT había sido tomada casi totalmente por el automóvil. Se desplazaron entonces los parqueaderos hacia la periferia y se conformó una espina dorsal de movimiento peatonal –uniendo todos los elementos constitutivos del campus– que se convirtió, al llegar al sitio donde se pensaba construir la biblioteca, en una plaza muy importante para la colectividad universitaria. 

La inauguración oficial fue en mayo de 1999: uno de los acontecimientos más fastuosos que haya vivido la Universidad a través de su historia. Justo es decir que la Institución ofrecía a su entorno, por primera vez, un símbolo cultural como punto de contacto con los usuarios internos y externos, y logró así consolidar un vínculo más estrecho con la ciudad.

En el transcurso de varias semanas la nueva edificación, a partir de ese momento la más importante en términos físicos y espirituales de todo el campus universitario, recibió diversas visitas, tales como los estudiantes de arquitectura de la UPB, quienes fueron guiados por los arquitectos artífices. En días posteriores, como símbolo de que la alegría era de la ciudad, fueron programadas visitas para los gestores culturales, periodistas culturales y bibliotecólogos de la ciudad.

Los estudiantes de diferentes programas, ante la pregunta: “¿cómo definiría el nuevo edificio?”, se expresaron con adjetivos simples como “espectacular”, “moderno”, “impactante”, hasta expresiones como: “el hermano del Edificio Inteligente”, “conocimiento para el nuevo milenio” y “un edificio con visión futurista”.

Para sumarse al nuevo banquete de la cultura, el Centro de Artes hizo su primera exposición con el maestro Juan Antonio Roda, titulada “La lógica del trópico”, presentada por primera vez en Colombia y que había sido expuesta en Washington, y un año antes (1998) en Expo Lisboa. La obra del maestro Roda estuvo expuesta por espacio de un mes.

El despliegue artístico no fue sólo de puertas adentro, como parte de los festejos se dio al servicio la escultura El Ágora en un sector aledaño a la entrada principal de la biblioteca y anexo al nuevo parque llamado Plaza del Estudiante, el cual hace las veces de antesala a la escalera de ingreso. Y en la noche del 27 de mayo se presentó el Concierto de Flauta y Arpa de Mozart;  interpretado por una orquesta que se conformó para la ocasión con artistas del Departamento de Música de EAFIT y de la ciudad, y por los solistas búlgaros invitados Kiril Grosdanov (flauta) y María Grosdanova (arpa).

El concepto de la edificación está basado en la idea de ofrecer a la comunidad universitaria y a la ciudad una biblioteca que pareciera una biblioteca. “Los arquitectos se basaron en un aspecto fundamental: rescatar la identidad de la construcción en su carácter de edificio tipológico”.  El arquitecto Carlos Julio Calle lo explicó en los siguientes términos: Una de las cosas más graves que ha sucedido en la arquitectura es la falta de identidad de los edificios, los cuales se han vuelto absolutamente ambiguos. En este momento es fácil ver un parqueadero que se parece a un edificio de apartamentos, o una iglesia que se parece a un hangar, o un conjunto habitacional que se parece a una fábrica.  

Nota:
​Esta reseña sobre la Biblioteca Luis Echavarría Villegas fue realizada por el profesor de la Universidad EAFIT Juan Carlos López Déz  y el Grupo de Historia Empresarial. Se publicó por primera vez en el libro conmemorativo: "Universidad EAFIT 50 años, 1960 - 2010.
Última modificación: 10/12/2019 12:19