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Una mirada a 10 años de experiencias

Concentrada y pensativa, Carolina Giraldo Herrera retrocede 10 años atrás para evocar el recorrido de un camino que comenzó en 2005, cuando llegó a la Universidad de los niños para ser tallerista; un lugar en el que cumplió el sueño de mezclar sus pasiones: el diseño, el teatro y la educación, para ponerlas al servicio de niños y jóvenes.

Hoy, como asistente de formación de talleristas, Carolina sigue trazando su camino en la Universidad de los niños, programa al que ha aportado en su crecimiento y transformación y que, como dice ella, ha logrado consolidar grandes aprendizajes. 

Arriesgarse a conversar con niños

"¿En qué momento se me ocurrió que podía guiar un grupo de niños para construir conocimiento?", era la pregunta que le daba vueltas a Carolina el primer día de taller de la Universidad de los niños. Creía firmemente que un niño tiene muchos conocimientos, y se cuestionaba en lo que ella les podría brindar; le parecía muy exigente.

​Cuando llegó al auditorio y vio tantos niños, sintió miedo. Sin embargo, esa sensación comenzó a desvanecerse en medio del disfrute de sus conversaciones con los primeros participantes del Programa. Ese día, Carolina se dio cuenta de que los talleres respondían a las necesidades cognitivas y emocionales de los niños, lo que se reflejaba en el desarrollo de las actividades. 

Desde ese momento, supo que eso era lo que quería hacer, una vocación que se negaba a dejar. Había descubierto una manera de fusionar el diseño, el teatro y la educación; para ella, llegar a la Universidad de los niños significaba cumplir un sueño. 

Ese miedo que sintió al llegar al auditorio se fue transformando en una fuerte conexión y coincidencia emocional con el primer grupo que acompañó. Cada vez que se encontraban, todos sentían una profunda alegría de estar juntos de nuevo. Aún hoy, siguen conservando esa complicidad.

 

Talleristas apasionados

"Los primeros años fueron de pasión, poníamos pocos límites", recuerda Carolina sobre los talleristas de 2005. Todas sus energías estaban puestas en el Programa y disfrutaban cada experiencia por lo que sucedía con los niños y por los propósitos que tenían con el proyecto que se estaba gestando. 

Toda su capacidad y conocimiento creativo de recién graduados estaban puestos en la Universidad de los niños. Se trataba de un interés y compromiso genuino por el Programa. "Nos podíamos quedar haciendo materiales hasta las 2 de la mañana y era un plan", cuenta. 

 

Estimular la curiosidad

Para Carolina, ser tallerista en 2005 significaba la oportunidad de volver un sueño realidad y la posibilidad de compartir con los niños un conocimiento que, desde el hacer, los llevara a la comprensión. 

Hoy, sus aprendizajes en el Programa le han permitido construir una definición más sólida: "Significa despertar el interés de otros por algo que yo sé. Se trata de generar estímulos para que el niño decida, por sí mismo, acercarse a un conocimiento y transformarse como ser humano. Ser tallerista también es un proceso que nos cambia como guías y sujetos". 

 

Ser testigo de 10 años de aprendizajes

La pasión y el desbordamiento de emociones que estaban presentes hace diez años se han transformado, afirma Carolina. Hoy, esos sentimientos le han dado cabida a procesos de reflexión, que han permitido organizar el saber que la Universidad de los niños ha ganado, para comprender qué significa un programa que tiene el interés de poner en conversación el saber con niños y jóvenes. 

"Antes teníamos intuiciones, ganas y pasión; en este momento, estamos comprendiendo, a través de 10 años de experiencia, cómo hacer las cosas". Ejemplo de estos aprendizajes son la consolidación de sus cuatro principios metodológicos: la pregunta, la conversación, el juego y la experimentación; y los argumentos para afirmar que la investigación es una herramienta para comprender el mundo. 

Contar con un equipo crítico ha sido un ingrediente esencial para el crecimiento del Programa. Aunque para Carolina tener la capacidad para transformarse y moldearse no ha sido fácil, al mirar en restrospectiva siente emoción de saber que todos los esfuerzos han valido la pena.

Última modificación: 07/10/2015 15:03