​¿Por qué los hombres lloran con el fútbol?

Autores:

Valentina Sanclemente Pérez, antropóloga, magíster en Estudios del Comportamiento.

Mariam Abisaad Janna, psicóloga, magíster en Estudios del Comportamiento.

Ilustraciones:​ Ricardo Macía.

I. El gol anulado que marcó a una nación

Desde antes del partido se sentía la tensión. Enfrentar a Brasil en su casa era difícil, muy difícil.

Los brasileros anotaron muy pronto, PERO SEGUÍAMOS CON LA FE INTACTA.

Hasta el minuto 65.

Tiro libre cobrado por James. El balón llega al centro del área. Quedó para Mario Alberto Yepes. Pateó al arco y gol. Un gooool. El del empate, la alegría, la euforia, los gritos, los abrazos. Luego llegó otro gol, pero fue anulado y al final perdimos 2-1.

En pocos momentos de la vida se siente cómo se unifica este país y también cómo luego se cae a pedazos otra vez.

Vi cómo se le llenaron de lágrimas los ojos a Checho Guzmán, un amigo ingeniero, ese histórico 4 de julio. Él mismo lo describió así: “Lloré en el momento en que se acabó el partido. Estábamos con mis amigos. ¡No puede ser verdad! Lloré al instante. Para mí fue muy duro”.

Quizá sea uno de los pocos días en los que él ha llorado.

II. Cancha y corazón: el partido emocional masculino

Así como el balón rueda por el campo, las emociones de los hombres encuentran en el fútbol una vía de escape y de expresión.

La tristeza por una derrota o los gritos por una victoria son expresiones auténticas que rara vez se permiten en otros contextos. Tal vez, cuando dejan salir lo que sienten no lo hacen exclusivamente por lo que están viviendo en ese momento, sino por todo lo que han venido guardando.

Y es que el fútbol refleja la lucha interna de los hombres con sus propias emociones, en un lugar donde lágrimas y gritos son bienvenidos, en un refugio donde la vulnerabilidad se viste de pasión.

No es el deporte en sí mismo lo que permite esta expresión emocional, sino la conexión con otros que comparten la misma pasión. Al estar rodeados de quienes se comportan de manera similar, los hombres se sienten seguros para expresarse libremente, y esto los lleva a crear una comunidad sólida y comprensiva.

Desde el principio de los tiempos, la sociedad ha moldeado a los hombres con una armadura de berraquera emocional. Algunos estudios recientes[1] hablan de la “crisis de desconexión" que muchos hombres enfrentan desde pequeños.

Esta desconexión se refleja en la tendencia a mentir sobre sus emociones: el 22 % de los hombres encuestados admite ocultar sus verdaderos sentimientos, más del doble de las mujeres (10 %).[2]

Entonces, el fútbol –y el deporte en general– actúa como una red de apoyo, un espacio donde la identidad y el sentido de comunidad se fortalecen.

La lealtad a un equipo y las experiencias compartidas con amigos y familiares brindan un entorno seguro en el cual la expresión emocional es aceptada y valorada.

[1] Way, N. (2013). Deep secrets: Boys' friendships and the crisis of connection. Harvard University Press.

[2] Mental Health Foundation. (2016). I'm Fine Campaign. Mental Health Foundation. https://ncps.com/blog/posts/i-m-fine-campaign

III. Estrategias​ e​​mocionales inspiradas en el fútbol

 

El deporte no solo hace evidente la capacidad de los hombres para sentir profundamente, sino que también invita a reconsiderar las normas tradicionales de masculinidad que los restringen.

Por eso, aquí identificamos algunas red flags dignas de revisar con el VAR. La siguiente es una guía para adentrarse al mundo emocional masculino y entender cuáles pueden ser algunos comportamientos que suelen presentar.[4]

Jugando en solitario: observa si se queda en la banca, evitando el juego en equipo y prefiriendo enfrentar sus problemas solo cuando normalmente no es así. Puede sentirse más cómodo evitando el contacto emocional directo y enfrentando sus desafíos en silencio.

Tomando el tiempo extra: presta atención si recurre al alcohol, drogas u otras sustancias como una forma de escapar de sus problemas emocionales. Como el jugador que quiere ganar tiempo, puede intentar prolongar la sensación de alivio temporal, pero eventualmente tendrá que verse la cara con el juego real.


El golpe directo al arco: verifica si hay cambios bruscos, como irritabilidad o agresividad, que podrían ser señales de malestar emocional subyacente. Esto quizá sea un intento de desahogo emocional, pero también tiene el potencial de ocasionar daños para él y los que lo rodean.

El balón desviado​: está alerta ante señales de falta de dirección o interés en la vida diaria, como descuido personal o falta de participación en actividades que antes disfrutaba.


El fuera de juego mental: escucha si habla sobre sentirse atrapado, sin encontrar una forma de avanzar. Frases como “no vale la pena", “todo es inútil" o “sería mejor si no estuviera aquí" pueden indicar que necesita ayuda rápida para volver al campo.

El pase final: está atento a comportamientos autodestructivos, como conductas de riesgo o hablar sobre querer hacerse daño. Como una asistencia cerca del área, estos comportamientos pueden poner en peligro su bienestar y necesitar intervención inmediata para evitar consecuencias graves.

Reconocer estas alertas puede llegar a ser de gran utilidad para la prevención de enfermedades a futuro y para reducir el riesgo de situaciones de peligro.

Así como en el fútbol, la vida puede ser un terreno en el que las emociones se expresan libremente y se celebran en comunidad.

[4] Las conductas base de estos comportamientos están tipificadas en la Asociación Americana de Psiquiatría. (2013). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Asociación Americana de Psiquiatría.

Esta guía fue construida como elemento complementario del trabajo de grado de la maestría en Estudios del Comportamiento, en el que se realizó una intervención comportamental para aumentar la intención de expresar las emociones en hombres en la ciudad de Medellín.
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Ver​ trabajo de grado

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Guía cotidiana del habitante urbano para reducir los impactos del cambio climático

Colombia es altamente vulnerable a los impactos del cambio climático. De hecho, todos los municipios del país presentan algún tipo de riesgo por este fenómeno, y regiones como la baja Amazonia, el sur de la Orinoquía y buena parte de las principales ciudades capitales de las regiones andina y Caribe evidencian riesgo climático muy alto.​​

En el país, las variables que más contribuyen a elevar el riesgo están directamente asociadas con nuestra vida urbana.​

Incluso, es posible afirmar que la capacidad para responder a los retos que nos impone el futuro dependerá de la manera en la que habitemos las ciudades.

Esta guía presenta algunas opciones sencillas, viables y prácticas que pueden mejorar nuestra vida en la ciudad y llevarnos a tomar decisiones que contribuyan a proteger los sistemas naturales que soportan nuestro día a día.​​​​​​

1. Combo transportador

Perder el tiempo en embotellamientos o filas interminables para encontrar un sitio de parqueo es cosa del pasado. Ahorra tu tiempo y dinero caminando o viajando en bici de manera cómoda y segura con este combo de infaltables. Si tu lugar de estudio o trabajo está cerca, usa estos modos de transporte para tus desplazamientos. Casi la mitad de los viajes que se realizan en auto en el valle de Aburrá son a distancias menores de 5 km.[1] En bici, esto sería un trayecto de aproximadamente quince o veinte minutos. ¿Te imaginas cómo lucirían nuestras ciudades si las personas decidieran dejar su auto en casa y tomar nuestro combo transportador cada mañana?

​[1]Área Metropolitana del Valle de Aburrá (2017). Encuesta de Movilidad Origen y Destino 2017. 

 

2. ​Procesa-residuos

En el valle de Aburrá se producen mensualmente 72.904 toneladas de residuos sólidos residenciales, lo que equivale, aproximadamente, al peso de unos 48.000 automóviles. De esa cantidad, el 61 % es materia orgánica,[2] recolectada y transportada 57 km hasta el relleno sanitario de La Pradera. El procesa-residuos es la respuesta que quizá no estabas buscando, pero te permite gestionar de manera autónoma tus residuos orgánicos desde la comodidad de tu apartamento y sin generar malos olores. Necesitas tres baldes de pintura de 20 l, una tapa para uno de los tres baldes, ocho tuercas con sus arandelas y una familia de lombrices rojas californianas.

[2] Universidad Nacional de Colombia, Cornare, Corantioquia y Área Metropolitana del Valle de Aburrá (2012). Plan de Ordenación y Manejo de la cuenca del Río Aburrá [POMCA].

 

3. Jardín doméstico

Una solución tan simple como un jardín podría ser la respuesta para adaptarnos a las temperaturas cada vez más extremas que estamos viviendo. Transformar el frente de tu casa o tu balcón en un espacio verde es la mejor contribución a la biodiversidad local, a la resiliencia de tu ciudad y a la vida barrial (¡hasta tus vecinos se sentirán más cómodos al caminar!). Trata de incluir vegetación nativa de diferentes tamaños y con diferentes funcionalidades (puedes buscarlas en el catálogo virtual de flora del valle de Aburrá).[3]

​[3]https://catalogofloravalleaburra.eia.edu.co/selector

 

4. Atrapa aguaceros

El aumento de la frecuencia y la intensidad de las te​mporadas lluviosas[4] es una oportunidad para gestionar mejor este maravilloso recurso y reducir la presión sobre los sistemas hídricos que garantizan su provisión en nuestros hogares. El atrapa aguaceros es un dispositivo de recolección de agua lluvia que puede ser construido en casa con materiales e instrumentos muy básicos, como un recipiente plástico con tapa, un taladro, un grifo, un bisturí y un trozo de polisombra.

[4] Universidad Nacional y Área Metropolitana del Valle de Aburrá (2018). Informe de formulación del Plan de Acción ante el Cambio y la Variabilidad Climática del Área Metropolitana del Valle de Aburrá – 2019-2030.

 

Texto:

Juliana Gómez Aristizábal, coordinadora de proyectos de Urbam, EAFIT.

Ilustraciones:​

Luis Miguel Ocampo Marín,líder gráfico y de contenidos de Urbam, EAFIT.​

 

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