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Agencia de Noticias / Junio 2011 Salcedo Ramos y Villegas, descubridores de lo sorprendente

Noticias 2011
Cultura / 17 de junio de 2011

Salcedo Ramos y Villegas, descubridores de lo sorprendente


Alberto Salcedo (izquierda) y Juan Miguel Villegas en la charla del miércoles 15 de junio en EAFIT.

• Los periodistas Alberto Salcedo y Juan Miguel Villegas disertaron alrededor del tema Crónicas de papel y relatos virtuales en Café Generación de El Colombiano.
• Durante la charla, cumplida el pasado miércoles en EAFIT, los cronistas, desde sus frentes, se refirieron a la experiencia con las letras y a esa pasión por narrar.

Salcedo con lo suyo, Villegas con lo de él. El uno con Diomedes como testigo, el otro con Pinocho como escudero. Al costeño lo siguen sus libros, sus historias; mientras que al paisa lo acompañan sus microrrelatos, lo que no es noticia.

Y es en el periodismo, en ese viejo oficio de narrar la realidad, donde ambos personajes se cruzan, sea con letras impresas o virtuales, sea con papel de por medio o con plataformas web en la mitad.

Alberto Salcedo Ramos, cronista y escritor, y Juan Miguel Villegas, uno de los fundadores de la Agencia Pinocho, se encontraron. Fue en la Universidad EAFIT donde citaron a ambos periodistas para conversar alrededor del tema Crónicas de papel y relatos virtuales.

El Café Generación, tradicional tertulia del periódico El Colombiano, los sentó en el auditorio 125 del bloque 38, donde, con el apoyo de la Corporación Otraparte, se le dio vía libre a la creatividad de dos relatores alejados de los lugares comunes y muy cercanos a lo sorprendente, a lo que causa impresión.

Horacio Quiroga, Héctor Rojas Herazo, Daniel Samper, Eduardo Galeano, Roberto Arlt, Gay Talese, Juan Villoro y Julio Villanueva, entre algunos autores, también llegaron hasta el lugar, de hecho Salcedo y Villegas los hicieron pasar para que compartieran con los asistentes durante la conversación del miércoles 15 de junio.

Oficio: cronista, escritor, microrrelator

Beatriz Mesa Mejía, editora de la revista Generación del periódico El Colombiano, moderó la charla y, de entrada, preguntó a ambos por esos recuerdos de la infancia que los remitía a las historias. Alberto, por ejemplo, se fue hasta su pueblo, Arenal en el departamento de Bolívar, donde evocó sus épocas de fisgón y sus comienzos como narrador de historias.

Al hoy reconocido escritor le impresionó desde niño el poder de la palabra, de hecho veía que quien contaba un cuento tenía la atención de muchas personas. También, de manera jocosa, comentó que por andar tratando de mirar cosas de adultos se ganó un pisotón en una feria, lo que tampoco bastó para matarle su curiosidad.

Para el bolivarense, indagado sobre algunas claves para comenzar en este oficio, toda persona que quiera incursionar como contador de sucesos debe forjarse leyendo a los maestros, a quienes se debe frecuentar, inclusive citó al argentino Martín Caparrós, que alguna vez comparó la ridiculez con el muchacho que quiere escribir pero no lee.

Durante parte de su intervención, Salcedo estableció que existen dos tipos de literatura, una de ficción y otra de no ficción.

En la primera, anotó, el autor crea las tramas y los universos. Por el contrario, en la segunda, el periodista trata de descubrir en la realidad hechos sorprendentes, asombrosos y que sobrecojan. “Un escritor de ficción crea lo sorprendente y un escritor de no ficción descubre lo sorprendente”.

Y refiriéndose a temas en los que intervino como narrador, indicó que la clave está en saber mirar. “Es que a un contador de historias no le pagan tanto por lo que escribe sino por lo que mira, el truco del cronista está en la mirada”.

Agregó, para complementar este punto, que la crónica se resume en mirada y voz. “La mirada para ver más allá y la voz para tener un carácter en las cosas que se cuentan, es decir, que alguien te lea y sepa que es tu voz la que está sonando”.

A su vez, Juan Miguel Villegas, uno de los fundadores de la Agencia Pinocho, habló de su relación temprana con los cuentos que le leían de niño y de la decepción que vivió cuando encontró, al empezar a estudiar comunicación social, que, en su opinión, el lenguaje del periodismo era como una especie de máquina que producía información, pues rara vez encontraba un relato entretenido en las páginas de un periódico.

No obstante, se encontró luego con los profesores Juan José Hoyos y Patricia Nieto y así comenzó a explorar la crónica. “Me dijeron, entonces, que el buen periodismo es el que está cercano a la literatura”.

No hay que inventar nada

En palabras de Salcedo, existen trabajos periodísticos que pueden lograrse en tres días, mientras que, citando su caso, La eterna parranda de Diomedes le llevó muchos años.

Así mismo, cuando se le preguntó si en Colombia la gente lee poco, aseveró que es un error de los medios querer conquistar a todos los lectores. “Hay que asumir que existe gente que no quiere leer. Lo que se debe pensar es en ser honesto con lo que se cuenta”.

Aseguró, además, que la realidad colombiana tiene elementos festivos y cómicos, y que, si la realidad da ese tipo de elementos, no hay que inventar nada. “La idea es preguntar por lo incómodo, es como se decía en un granero en mi pueblo: pregunte por lo que no vea”.

En cuanto a lo que hace Juan Miguel Villegas con la Agencia Pinocho, el periodista comentó que lo que empezó como un juego con un amigo se convirtió en algo serio.

Así, alguna vez mientras se cepillaba los dientes, pensó en quién podría interesarse si él se aporreaba con el cepillo. De forma inmediata escribió el hecho y siguió poniéndole atención a sucesos cercanos, a los que ni en la familia interesaran.

“Dijimos: llevemos esto a como si fuera noticia de primera plana. Para eso nos valimos de las redes sociales y empezamos a romper las reglas, tarea en la que llevamos dos años”, afirmó acerca de su agencia de microficción periodística, la que a él y a sus compañeros los lleva a la calle en búsqueda de historias relacionadas con la mejor maduración de un mango o si es común que alguien pare de montar en bicicleta para comprar ropa.

Y al referirse al éxito de su producto, Juan Miguel insistió en que nunca escucharon a quienes los llamaron poco serios y quienes afirmaron que su idea se acabaría pronto. “Las cosas se agotan si uno las deja agotar, y en todo este tiempo hemos recurrido a estrategias diferentes para mantenernos vigentes”.

Al final, Salcedo Ramos señaló que quien quiera escribir un libro debe sentarse y escribirlo, tema para el que no deben tenerse rodeos sino decisión. Y Villegas, con el ejemplo de su agencia, enfatizó en que una de las claves de un buen narrador es la claridad, en la que también debe estar inmiscuido el estilo.

La velada, de esa manera, terminó, sin embargo, el auditorio quiso seguir escuchando a dos cronistas que se la han jugado por innovar y por encontrar siempre lo sorprendente.

Mayores informes
Juan Carlos Luján Sáenz
Área de Información y Prensa EAFIT
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