Revelando nuestro propósito
Es muy exigente el espíritu de esta comunidad de conocimiento llamada EAFIT porque desde sus orígenes ha sido convocada para dar respuesta a las demandas de su época.
En 1960, nuestra Universidad nació para responder a la pregunta por el desarrollo económico de la región al tener como tarea la formación de los líderes y los gestores que la dinamizarían.
Con el transcurrir del tiempo este compromiso se hizo más determinante al convertirse en un espacio multidisciplinar que hizo del humanismo y la ciencia cimientos esenciales para la búsqueda del desarrollo en todas sus dimensiones: humanas, sociales, económicas y ambientales.
El valor que nos hace únicos ha sido la capacidad de leer los entornos; y de conectarnos con las preguntas esenciales de la sociedad, a través de la conversación permanente con organizaciones de todos los sectores: social, público, empresarial, académico, cultural y cívico, procurando construir soluciones a los mayores desafíos desde la formación, la investigación y la transferencia de conocimiento.
Esta característica no es tan frecuente en todas las universidades y en cambio es de manera insistente reclamada por la sociedad. En nuestro caso se nos reconoce el poder innovador de nuestros graduados, la capacidad generadora de soluciones de nuestros docentes e investigadores, y el ser una plataforma que permite a nuestros estudiantes cultivar su intelecto, cultura y humanidad, y a la vez prepararlos para responder a su proyecto profesional, particularmente desde la indagación, la reflexión y el liderazgo.
Hemos sido capaces, a través de estos 61 años de trayectoria institucional, de capitalizar también los aprendizajes que la región y la ciudad han obtenido, conectándonos con los sistemas públicos locales, antes tan ajenos a nuestro origen y que hoy son parte de nuestra agenda de trabajo e interacción. Somos reconocidos como actores incidentes en el diseño y construcción de políticas y en la operación de sistemas de valor público. Esto ha emergido por nuestra capacidad de construir soluciones para ámbitos complejos.
En cada espacio de EAFIT se respira inspiración, acción transformadora y formación temprana en el liderazgo, a través del ejercicio y el impulso de los grupos estudiantiles, semilleros de investigación y de las experiencias profesionales que permiten a los jóvenes conectarse con el mundo desde el aula y fuera de esta. Esto se hará aún más fuerte ahora que nuestro proceso de transformación curricular ubicará las competencias, los proyectos y los retos como movilizadores del aprendizaje. Nuestra Universidad está diseñada para ser un campus que integre conocimiento y práctica, un espacio abierto a la creación, a eso que puede entenderse como conocimiento aplicado, y provoca e invita al emprendimiento.
Toda esta, la que ha sido nuestra historia, es la clave para responder a ciertas preguntas: ¿Qué nos ha hecho diferentes y únicos? ¿A qué le ha otorgado valor la sociedad sobre nuestro ejercicio como Universidad? Y también nos hace reflexionar sobre el futuro, sobre la tarea que nos corresponde, ¿qué Universidad debemos crear para cuál sociedad? Y atender así a un llamado que nos hacía la profesora Beatriz Restrepo Gallego en su texto
Reflexiones sobre educación, ética y política:
“La responsabilidad de la universidad de aportar a la solución de los problemas de todo orden de la sociedad es ineludible”.
EAFIT, imaginando el futuro
Imaginarnos comienza por reconocernos en la esencia y pensarnos desde el presente sobre la construcción del futuro a partir de dos preguntas claves: ¿Quiénes somos? y ¿Para qué hacemos lo que hacemos?
¿Quiénes somos? un tejido de conexiones y capacidades
Una manera que hemos encontrado para definir quién es EAFIT es entenderla como un tejido profundo de conexiones y capacidades que hay que cultivar, y cómo ese hilo se teje desde sus estudiantes, sus profesores e investigadores, los colaboradores, los graduados y también desde las organizaciones porque estas están en el centro de nuestra tarea y hacen parte del proyecto profesional de quienes nos eligen para su proceso de formación.
¿Para qué hacemos lo que hacemos?
La construcción de este tejido que es la Universidad debe obedecer en primera instancia a la defensa de una educación liberal que inspire vidas e irradie conocimiento para forjar humanidad, y un proyecto científico que invite a la tecnología y a la innovación. Pero todo esto no tendría sentido sin un propósito superior: generar valor y desarrollo. Esto significa aportar al bienestar sostenible de las personas, las organizaciones y la sociedad.
Potenciar nuestras capacidades
Una organización es ante todo la sumatoria de sus capacidades y esto sí que se ha hecho fundamental en estos tiempos que nos han desafiado no solo por las consecuencias de la pandemia, sino por el clamor general de una transformación de la educación.
Para esto se hace necesario fortalecer lo que nos hace únicos y diferentes, crear ecosistemas más potentes y de mayor impacto, y ofrecer dinamismo y agilidad a la Universidad.
Como parte de este camino hemos avanzado en temas importantes como:
- La adaptación pedagógica y tecnológica para responder a la reactivación y el retorno a clases.
- La transformación de procesos operativos tecnológicos de gran alcance como Epik y demás componentes del ecosistema digital para el aprendizaje.
- La revisión de procesos claves, como el modelo del gobierno corporativo, el Estatuto Profesoral, algunos reglamentos y procedimientos, y el Núcleo de Formación Institucional (NFI).
- La reactivación del Plan Maestro para que la experiencia en el campus se conecte más con lo ambiental y la aplicación de saberes.
- La exploración de nuevas áreas de conocimiento entre estas las ciencias de la vida y el cuidado, las tecnologías aplicadas y la educación virtual.
Nuestra conversación está viva
La estrategia de una organización es el resultado de su hacer cotidiano, de sus conversaciones, de sus preguntas. En esta reflexión hemos podido compartir parte de la esencia del quehacer de nuestra Universidad que se constituye en nuestra propuesta de valor a la sociedad. Seguimos buscando respuestas y planteándonos nuevas preguntas: ¿Qué Universidad para qué sociedad? ¿Qué Universidad para qué tiempos? ¿Qué líderes para qué sociedad?
El camino que tenemos por delante es enriquecedor, como esos viajes en los que es posible admirar el paisaje, conversar con las personas que nos encontramos, descubrir que los senderos se bifurcan y que tenemos nuevas posibilidades. No es un viaje a toda velocidad por una autopista de seis carriles, es un recorrido para entender e interactuar con lo que nos rodea.
Los invitamos a hacerlo juntos, porque ese movimiento de ideas, preguntas y transformaciones es el que nos permite soñar y ser muchas otras cosas: las que queramos imaginar y hacer realidad.
INSPIRA CREA TRANSFORMA
El propósito de nuestra educación
Claudia Restrepo Montoya
Rectora de la Universidad EAFIT