Primero la hoja de vida, luego la entrevista, siguieron las pruebas psicotécnicas y, finalmente, llegó el momento de la visita domiciliaria.
Fueron las etapas por las que pasó Juan Manuel Uribe, abogado de la Universidad EAFIT, al aspirar a un cargo en una reconocida empresa del país. En esta última fase se buscó confirmar su identidad ya que, según afirma, la visita fue hecha por una compañía de seguridad que, además de los datos personales, indagó sobre antecedentes judiciales, multas de tránsito y asuntos profesionales de la familia.
Marcela Úsuga Espinal, estudiante de último semestre de Negocios Internacionales en la Institución Universitaria Esumer, también vivió la experiencia de una visita domiciliaria, solo que en su caso se trataba de un proceso de admisión para la práctica profesional.
La estudiante recuerda que la persona que la entrevistó hizo un análisis de los espacios de su hogar y preguntó a sus familiares sobre su personalidad, sus cualidades y sus defectos.
¿Para qué una visita domiciliaria?
Pero… ¿Cuál es el real objetivo de las visitas domiciliarias?, ¿es por seguridad?, ¿el propósito es evaluar el estrato socioeconómico? o ¿hay otras intenciones?
Diego Zapata Ramírez, investigador judicial y poligrafista de Selección Global SAS, empresa que otras compañías contratan para desarrollar este tipo de procedimientos, expresa que la finalidad de esta fase es incrementar el nivel de seguridad en el proceso de selección y clasificación del personal, al conseguir información valiosa y oportuna que permita tomar decisiones más acertadas y, así, minimizar los riesgos.
Natalia Sierra Gómez, especialista en psicología organizacional que ha llevado a cabo visitas domiciliarias para empresas como Avianca, Comcel y Coomeva, se refiere a otros objetivos.
“También se busca conocer la calidad y el nivel de vida, y las relaciones del aspirante en su hogar. Preferiblemente estas visitas se hacen con todos los integrantes con los que conviva el futuro empleado, ya que observar su comportamiento con la familia es fundamental”.
Ambos entrevistados coinciden en cuatro aspectos que se evalúan en estas visitas: la información de identidad de la persona, la dinámica familiar, la situación económica y el estado de la vivienda.
El investigador de Selección Global SAS agrega un punto a la evaluación que algunas compañías solicitan y es el relacionado con la influencia de grupos delincuenciales. “Con ello se verifica si el empleado, o algún miembro de su familia, pertenece o colabora de alguna manera con grupos de delincuencia común u organizada”.
Y confirma que en muchos casos se hace una evaluación del aspecto socioeconómico, pero no en el sentido que se cree.
Al respecto, explica: “Sí se tiene en cuenta el aspecto económico, ya que no es normal que un aspirante que soporte toda la carga económica de la familia, tenga en su residencia muebles y enseres que no van acorde con su salario o estén por encima de su capacidad de adquisición. Por ejemplo, si encargo del manejo de una caja menor a una persona con una vida económica desordenada, voy a tener más riesgo”.
Por su parte, el egresado Juan Manuel Uribe cuenta que, según su experiencia, esos filtros se usan para descartar gente desordenada, pero a su sentir en estos no influye la situación económica.
Ser honesto
La honestidad durante una visita domiciliaria es fundamental, como dice el abogado eafitense. “Así no sea lo que mejor lo haga quedar a uno, las empresas investigan y se pueden dar cuenta de lo que no es verdad”.
En la misma apreciación coincide Marcela Úsuga, al comentar que es mejor mostrarse a sí mismo con tranquilidad, exponiendo cada aspecto de su vida con autenticidad. Aunque claro, también es importante tener en cuenta algunas recomendaciones. El día, por ejemplo, que esta joven tuvo la visita domiciliaria tuvo un cuidado especial con la presentación personal de cada uno de los integrantes de la familia y el arreglo de la casa.
Y sí, en definitiva, decir la verdad es la principal recomendación para que los aspirantes tengan en cuenta en todas las fases de un proceso de selección, pues las empresas, además de querer contratar a buenos profesionales, también quieren que su equipo de trabajo esté integrado por excelentes seres humanos.