Gimnasios, colegios, universidades, almacenes, hospitales, laboratorios, aeropuertos o empresas son algunas de las instituciones que disponen, como parte de su mobiliario, de una serie de casilleros para que sus empleados, usuarios o clientes guarden sus objetos personales. Un grupo de eafitenses decidió tomar este objeto cotidiano, transformarlo y convertirlo en un producto innovador que se ajustara con mayor eficacia a las necesidades las personas.
El resultado: un locker modular en plástico; con amplitud en el acceso; capacidad para almacenar hasta cascos de motocicleta; de fácil desarmado y limpieza; y ensamblable con otros casilleros de su tipo mediante una serie de uniones plásticas. Esa fue la idea con la que Juan David Guerrero Quintero y su grupo de trabajo obtuvo el Premio Nacional de Diseño Lápiz de Acero, en la categoría Diseño Industrial, el pasado 22 de mayo.
Se trató de un proceso de dos años y medio, liderado por este ingeniero de diseño de producto, y que contó con el apoyo del ingeniero mecánico Carlos Emilio Roldán Posada, y de la también ingeniera de diseño de producto Verónica Urhán Giraldo, también de EAFIT.
“El producto está enfocado a instituciones, empresas, colegios y gimnasios, pero también al hogar. Puede ser de utilidad para guardar juguetes, herramientas y otros utensilios, además son estéticos, funcionales y decorativos”, explica Juan David.
El eafitense, quien actualmente se desempeña como coordinador del Departamento de Desarrollos y Productos de Estra, afirma que este diseño era una asignatura pendiente, pues la compañía tenía desde hace varios años un producto similar en el mercado, pero más sencillo y pequeño.
“Ellos manifestaron la intención de evolucionarlo y nosotros comenzamos a trabajar de acuerdo con las necesidades de las personas, como amplitud en los espacios interiores, acceso, separación del contenido, comodidad, entre otros. De esta manera, integramos forma y función”, complementa el ingeniero y líder del proyecto.
Al ser de plástico, el locker modular no se oxida o se deteriora tan fácilmente como los casilleros metálicos. E, igualmente, cuenta con unos zigzags laterales que le dan a la pieza resistencia y le permiten soportar el peso de los compartimientos de arriba, sin doblarse, quebrarse o rajarse. El diseño y desarrollo de este proyecto contó, además, con la participación del Instituto de Capacitación e Investigación del Plástico y el Caucho (Icipc).
Para Juan David, el Lápiz de Acero obtenido es un reconocimiento al trabajo de las personas que participaron en el diseño, así como para la compañía Estra, que por primera vez fue nominada y ganadora de este premio nacional.
“También es publicidad y proyección para la compañía, y puede ayudar a reforzar e incrementar las ventas del producto, que se está comercializando desde el mes de octubre en los puntos de venta de la empresa”, asegura.
El ingeniero está convencido de que su formación en la Universidad aportó mucho para la consecución de este logro, especialmente al aportarle habilidades como el trabajo en equipo, la disciplina, la metodología, y la planificación, así como reforzando valores como la honestidad y la ética laboral, cualidades que siempre ha aplicado en su entorno laboral y en su vida.
La creatividad de Juan David explotó en EAFIT
A Juan David Guerrero Quintero sus estudios de Ingeniería de Diseño de Producto le transformaron la forma de ver y entender el mundo. Según este egresado, explotaron su creatividad, y potenciaron su voluntad de crear y aportar a las sociedades con productos que facilitaran las labores de las personas y les ayudaran a mejorar su calidad de vida.
Por eso, siempre fue un “encarretado” de las materias, especialmente de la asignatura Proyecto, que se ve en todos los semestres y de la que fue monitor en varias ocasiones. “También disfrutaba mucho de trabajar en equipo, de investigar, de meterme a los talleres a crear prototipos y de mostrar los resultados ante todo el mundo, en la Plazoleta del Estudiante”, recuerda.
El ambiente universitario, la carrera y la calidad de los profesores le permitieron desarrollar un profundo sentido de pertenencia, al punto de vincularse como docente de cátedra durante cinco años.
Juan David obtuvo su título en 2006 y complementó su experiencia profesional como diseñador de productos inyectados y termoformados en algunas compañías de la ciudad y, desde hace cuatro años, asumió la responsabilidad de recibir los proyectos de nuevos desarrollos y asignara los recursos en Estra.
En la actualidad, mantiene un fuerte lazo con su Alma Mater, no solo como docente de cátedra, sino desde la compañía que representa, especialmente en temas de investigación de mercados y análisis de diseño, con el Centro para la Innovación, la Consultoría y el Empresarismo, Cice.
También tiene pensado comenzar estudios de maestría e inglés en los próximos meses. “Con esta Institución el contacto es muy fuerte. Después de un año de receso, en el primer semestre de 2012 regresó a la docencia en EAFIT y espera seguir participando en este campo en el que, en sus palabras, puede seguir contribuyendo desde la transmisión de conocimientos.