Después de sufrir una traumática experiencia, Vega decide encerrarse como una ermitaña en su apartamento y abstraerse de su familia, de sus amigos y de su realidad. Sin embargo, la aparente tranquilidad que experimenta se ve interrumpida por una serie de visiones, sonidos y presencias siniestras que se van intensificando hasta llevarla a un desenlace inesperado.
Esta es la trama de Al final del espectro, una película de suspenso colombiana que se estrenó el 15 de diciembre de 2006, y que alcanzó, no solo una gran acogida entre el público, sino comentarios positivos por parte de la crítica.
Detrás de los guiones y la producción de esta pieza cinematográfica estuvo el trabajo de Carlos Esteban Orozco Posada, un egresado eafitense que desde principios de la década de 2000 se abrió paso, junto a su hermano Juan Felipe, en el mundo del séptimo arte.
Se graduó como ingeniero de sistemas, pero lo suyo siempre fue el cine. Lo supo desde que era un niño y vivía en la ciudad de Montería. “Hacía mucho calor y había pocas opciones para divertirnos, entonces pasábamos días enteros viendo películas de todo tipo, sobre todo extranjeras”, recuerda.
Carlos Esteban menciona que en una ocasión pudieron ver
Rodrigo D, no futuro, del director Víctor Gaviria y quedaron convencidos de que en Colombia se podía hacer cine de calidad.
Y eso fue precisamente lo que quisieron lograron con
Al final del espectro, al punto de que la actriz norteamericana Nicole Kidman y los Universal Studios se mostraron interesados en comprar los derechos y rodar su propia versión.
Después del éxito con esta primera película, Carlos Esteban fue contactado por el canal Fox para escribir los guiones de su serie
Tiempo Final, e igualmente escribió uno de los capítulos de
Sin Retorno, por el que fue nominado a un premio India Catalina.
En la actualidad, en compañía de su hermano y Alejandro Ortega Cano (egresado eafitense de Economía) trabaja en Sanantero Films, una productora a través de la que quieren seguir cumpliendo el sueño de hacer lo que llaman “el cine que les gusta ver”.
“Mi hermano fundó Paloalto Films, pero eran demasiadas personas y decidimos separarnos para tener el control creativo. Desde aquí trabajamos con directores nacionales e internacionales, diseñamos los cortos de otras producciones y realizamos las nuestras”, cuenta Carlos Esteban.
A través de esta ya han logrado estrenar dos exitosas películas y en el momento se encuentran trabajando en tres proyectos externos.
Pequeñas voces,
Póker, la película de
El cartel de los sapos,
La hora cero, y
Todos tus muertos son algunos de los filmes que cuentan con el sello de Sanantero Fims y de este egresado.
De los computadores a las cámaras
Antes de apasionarse por el cine, Carlos Esteban quería dedicarse a las ciencias básicas y al campo de la computación. Por eso dejó Montería en 1997 y se trasladó a Medellín para cursar su pregrado de Ingeniería de Sistemas en EAFIT.
Durante su época de estudiante se desempeñó como monitor en diferentes áreas y dependencias de la Universidad como el Departamento de Música y el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas, hasta que se fue a realizar su semestre de práctica profesional en el Grupo Nutresa (antes Nacional de Chocolates).
“Regresé a la Universidad y me vinculé al grupo de investigación en Informática Educativa y después me fui de intercambio a Pensacola (Estados Unidos), para trabajar en un proyecto sobre sistemas de modelación del conocimiento”.
Durante su estancia en el país norteamericano empezó a combinar la escritura de su tesis de grado con la del guión de
Al final del espectro. En aquel momento su hermano estaba creando la primera productora, leyó el material y le gustó.
Pero la idea tenía que madurar un poco más. El eafitense obtuvo su título como ingeniero de sistemas, trabajó durante algunos años con el sector público y como docente de varias cátedras en EAFIT.
Finalmente, en 2005, comenzaron a trabajar en el rodaje de la película, gracias a un estímulo económico del Ministerio de Cultura y, desde entonces, han sido años fructíferos en términos de producción cinematográfica, primero como Paloalto Films y ahora con Sanantero Films.
“En la ingeniería de sistemas te enseñan a modelar, a diagramar, a programas y a resolver una cantidad enorme de problemas. Esa formación ha sido de gran ayuda para mi desempeño como guionista y productor”, explica.
Su carrera, dice, le aportó rigurosidad, le permite pensar en toda la estructura, así como en los detalles de cada película para hacerla entretenida y mantener al público expectante hasta el final.
Esa técnica de trabajo la utilizó también durante la construcción del guión de
Saluda al diablo de mi parte, la más reciente creación de este colectivo de cineastas. Al principio querían una cita sencilla y pequeña, pero el proyecto se creció, contrataron un actor internacional y finalmente la estrenaron en agosto de este año.
También están trabajando en los guiones en inglés de dos películas; una de suspenso y la otra de ciencia ficción, que esperan empezar a rodar el año entrante en Estados Unidos para tratar de entrar directamente en el mercado internacional.
Carlos Esteban no descarta la posibilidad de establecer alianzas en el futuro con la Universidad, especialmente con el pregrado en Comunicación Social, y de esta manera beneficiar a los estudiantes que tengan su misma pasión por hacer cine.