Las valoraciones positivas de Pepa Pombo, la reconocida diseñadora de modas bogotana, permitieron que, el pasado 22 de mayo, durante la XVI entrega de los premios Lápiz de Acero, David Raigoza Jiménez, ingeniero de diseño de producto de EAFIT, se llevara el galardón en la categoría de vestuario y accesorios.
El egresado eafitense obtuvo este reconocimiento gracias a su trabajo innovador en el campo de la joyería, donde diseñó una colección compuesta por collares, aretes, anillos, pulseras y brazaletes, e inspirada en Pepe y Matilda, los primeros hipopótamos que hubo en la Hacienda Nápoles (Puerto Triunfo, Antioquia).
“Se trata de un desarrollo en joyería a partir de la ingeniería inversa y el prototipado rápido. Básicamente lo que hice fue deconstruir la escultura de un hipopótamo y volverla a reconstruir con una escala 3D. Luego se realizaron a mano los ajustes finales, con el apoyo de la Fundición Gutiérrez y Cía S.A.”, explica el eafitense.
El gusto de David por el diseño de accesorios comenzó mientras cursaba su pregrado y desarrolló, como parte de su trabajo de grado, dos anillos en fundición de acero con las mismas metodologías empleadas en su colección posterior.
“Aunque soy ingeniero de formación, encontré un nicho importante en la joyería y me apasioné por el tema. Como emprendimiento es controlable y no se necesita mucha inversión”, confirma.
De esta manera, el ganador del Lápiz de Acero decidió darle continuidad a esta labor con su marca Pepe y Matilda, creada hace poco más de un año y con la que se dedica a la creación de diseño inspirado en la microescultura y con materiales tan diversos como el bronce, la plata, el oro y los aceros.
Su empresa, como el mismo lo define, es un intento por mezclar la joyería de autor con los procesos industriales, en la que reduce ideas a piezas pequeñas y únicas a partir de líneas temáticas.
La metodología y disciplina de un diseñador de joyas
Aunque la ingeniería no era su primera opción de formación profesional, David Raigoza Jiménez siempre tuvo clara su vocación hacia el diseño, la misma que lo llevó a elegir el pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto y que se evidenció a lo largo de su carrera con la creación de diferentes productos.
“En el tema de joyería tuve que buscar mucha información por fuera. La Universidad me proporcionó muchos de los medios, y me aportó la metodología, la estructura, la disciplina y las metodologías para hacer realidad mis ideas”, manifiesta.
En la actualidad, la prioridad del egresado es aprovechar la visibilidad que tiene un premio como el Lápiz de Acero para posicionar los productos, darlos a conocer y comercializarlos, y espera que, de igual forma, el reconocimiento le abra puertas internacionales para realizar proyectos futuros.
“Acá en Colombia la joyería todavía no está muy bien posicionada, por lo que hay que buscar otras posibilidades en diferentes partes del mundo”, indica y señala que para cumplir con esta meta espera seguir contado con el apoyo de la Universidad y de la Fundición Gutiérrez y Cía S.A.
En cuanto a su vínculo con la Institución, David mantiene el contacto con los diferentes profesores de su pregrado, con quienes retroalimenta constantemente sus conocimientos sobre ingeniería inversa y
prototipado rápido.
Una relación que lo mantiene constantemente en la órbita eafitense y que él mismo define como una excelente amistad con la Institución.
Otros reconocimientos
Alejandro Echeverry Restrepo, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT, también fue otro de los ganadores del Lápiz de Acero, por el diseño del Edificio de Ruta N.
El compromiso medioambiental y la capacidad e inserción en la ciudad fueron elementos que el jurado consideró al momento de otorgarle el galardón a este proyecto, que compitió con otros cinco en la categoría de Diseño Arquitectónico.
Alejandro también compartió este premio con el arquitecto Émerson Marín y manifestó que este tipo de reconocimientos son importantes, no solo para quienes integraron el proyecto, sino para la política pública de la ciudad y los esfuerzos entre la Alcaldía de Medellín y la empresa privada.