Noticias / Actualidad

11 de abril de 2012

Dime dónde te haces y te diré de qué carrera eres

Cerca a sus bloques o por simple esparcimiento en grupo, muchos estudiantes eafitenses tienen su lugar favorito para pasar sus ratos libres.

• Estudiar, conversar, descansar y comer son algunas de las actividades que realizan los estudiantes en sus descansos de clase. Muchos de ellos se ubican en lugares específicos de la Universidad, según sus pregrados.

• Es común ver, por ejemplo, a los de Administración en El Tejadito, a los de ingenierías en los CAI, a los de la Escuela de Ciencias y Humanidades por el bloque 38 y a los de Música en Los Pimientos.

EAFIT es un ecosistema con diferentes nichos y cada carrera de la Institución tiene sus puntos de encuentro particulares. Son lugares que con el tiempo se han vuelto reconocibles y tradicionales para las distintas generaciones de estudiantes.

Es ese el caso de los CAI, cercanos a la cafetería central, sitio frecuentado por los estudiantes de ingeniería. Allí, entre hojas de talleres, morrales, el portátil y una gaseosa está Santiago Ospina Ríos, estudiante de Ingeniería de Producción.

“Yo antes estudiaba Administración y me mantenía más por el lado de El Tejadito. Desde que me pasé a Ingeniería me mantengo más por acá, y no es por la cercanía a los bloques de estudio, sino porque las personas con las que uno se mantiene están siempre por acá, es algo como de manada”, dice el alumno.

Por los bloques de ingeniería los estudiantes aprovechan las mesas y las sillas de concreto, ubicadas entre los edificios, para hablar. Allí se mantienen los de Ingeniería de Procesos, Geología, Ingeniería Civil e Ingeniería de Diseño de Producto, y todo por la cercanía a los laboratorios.

La zona de kioscos, cerca del bloque 18, es uno de los lugares con más movimiento de la Universidad. Se pueden ver personas de distintas carreras, así como docentes y empleados administrativos.

En la Universidad Parque muchos espacios han cambiado y han comenzado a atraer la atención de los estudiantes. Uno de estos es el comprendido entre el bloque de Administración y el bloque 3, un lugar que antes solo era de paso, pero que ahora ofrece un paisaje de ceibas, espigas y un pequeño lago.

Allí, recostada en un árbol está Daniela Vélez Vélez, de Ingeniería de Diseño de Producto. “Yo suelo hacerme en el bloque de Ingenierías y en las cafeterías, pero me gustan más los espacios callados. Es la primera vez que me hago aquí y me encantó, es rico y me concentro más fácil”, dice.

Detrás de Daniela, entre los bloques 26 y 27, también puede verse varios grupos de amigos que se sientan en círculos sobre la grama y otros, al fondo, en las mesas de madera entre los guaduales. Son espacios que todavía no han sido apropiados por ninguna carrera, pero donde llegan los estudiantes que gustan de espacios más tranquilos, rodeados de naturaleza.

Al salir del Centro de Educación Continua (CEC) se escucha un clarinete, se ve a un alumno con una guitarra, se distingue la voz de un estudiante de canto que está leyendo unas partituras, mientras lleva el ritmo con los pies. Los de Música tienen una sala muy grande, abierta y cubierta por árboles: el Patio de Los Pimientos.

Juan Camilo Yepes Acevedo, estudiante de Música, dice que frecuenta las áreas alrededor del bloque 30 y la cafetería El Tejadito. “Más que todo por la vida social, todos los amigos de la carrera se mantienen por acá, además por la comodidad, porque es un espacio relajado para estar y si uno va a ir a estudiar está cerquita”.

De este lugar se avanza a “los trillizos”, que son los bloques 33, 34 y 35. Por ahí está sentada Susana Ramírez Vélez, estudiante de Derecho. A ella le gusta ese lugar porque “hay zonas verdes, es como relajado, la gente es tranquila y muchos estudiantes de derecho tienen las clases aquí, entonces se ve gente conocida”, apunta.

Una voz resalta entre las demás en El Tejadito. Hay un joven de pie ante su grupo de amigos y relata una anécdota de una clase. Aunque El Tejadito es el nombre de solo uno de los negocios que conforman la zona de cafeterías del extremo norte de la Universidad, con este se identifica toda la zona.

Manuela Pineda Toro, de Negocios Internacionales, está también allí, conversando con otros dos estudiantes de Mercadeo. Le gusta hacerse por ahí por la cercanía a los negocios de comida. “Hay cositas para picar. No es almuerzo, sino como ‘parvita’”.

Cae la tarde sobre el campus y, sin importar el lugar en dónde se esté, se oyen frases de despedida como “te lo mando por correo” o “hágale pues, nos vemos mañana”.

Sea por tradición, por gusto o por la sensación de estar en grupo, cada carrera y cada estudiante halla su espacio en la Universidad para pasar las horas cuando no se está en clase. ​