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25 de julio de 2013

El reto de superar el primer día en la U

 

Los primeros momentos en la Universidad hacen parte del recuerdo de muchos alumnos. Algunos no tuvieron inconvenientes ni episodios que hoy son historias para contar, mientras que otros tiene ese día grabado en la memoria.
 

• El segundo semestre de 2013 ya inició y, con este, EAFIT le da la bienvenida a sus alumnos y a los nuevos eafitenses que ingresan a la Universidad para vivir una nueva experiencia.

• Algunos estudiantes le comparten al Canal de Estudiantes cómo fueron esos primeros días en la Universidad, en los que se encontraron con un nuevo estilo de vida; así como compañeros, lugares, formas de pensar y conocimiento por descubrir.

Luis Carvajal Osorio, estudiante del pregrado en Economía, ingresó a EAFIT en el primer semestre de 2012. En la inducción se sentía un poco perdido e intimidado, pues no conocía a nadie. “Algunos compañeros que tenía sentados al otro lado hablaban y hablaban con otros y yo, la verdad, me sentía nervioso”.

Esa sensación de incertidumbre que expresa Luis no es ajena a muchos alumnos. El ambiente que encuentran los estudiantes que pasan del colegio a la universidad en sus primeros días es un proceso en el que algunos se adaptan más rápido que otros. Sin embargo, luego de unas semanas la Universidad se torna más familiar.

Así lo dice Juan Luis Betancur Botero, estudiante de Mercadeo, quien afirma que los primeros días son un poco extraños. “Recuerdo que durante la primera semana hablaba poco con los compañeros, pero, mientras pasaban los días, me fui acercando a ellos y todo se hizo más agradable. Además, los profesores hacían dinámicas para familiarizarnos”.

El día que prepara la Universidad para que, de forma oficial, los nuevos estudiantes conozcan el campus, a sus profesores y sus compañeros de pregrado es uno de los momentos más esperados por los primíparos.

Felipe Monsalve Ochoa, estudiante de Derecho, expresa que “de la inducción recuerdo que todos los que estábamos cerca preguntábamos si era de tal o cual carrera, para ir formando grupos y no sentirse uno tan solo. Ese día fue divertido. Las actividades culturales y de integración que planeó la Universidad hacen que uno no se sienta tan extraño”.

Por su parte, Johana Hincapié Martínez, estudiante de Comunicación Social, no tiene una experiencia muy grata de este primer día. “Se me olvidó que tenía la inducción y no pude asistir. Al otro año fui, pero ya conocía las instalaciones, el pénsum de mi carrera, profesores y todos los demás espacios de la U”. 

Primera clase, primeros amigos

Aunque eso de hacerles bromas a los primíparos y ponerlos a buscar por todo el campus personajes y lugares ficticios ha entrado un poco en desuso en muchas universidades, no sobra ser cautos cuando no se conoce el territorio, pues si la pregunta acerca de la ubicación de un sitio se le formula a quién no conoce mucho la Universidad, la caminada puede durar un buen tiempo.

La primera clase es otro momento inolvidable. Ubicar muy bien el aula para no asistir a la cátedra equivocada, tratar de llegar temprano para no ser el último en entrar al salón, sentarse en un lugar donde se pase inadvertido y no hacer muchas preguntas ese día son algunas de las actitudes que los alumnos, concuerdan, ayudan a aminorar la timidez de ese primer día.

Y el contenido de la materia… seguramente no será el más conocido o, por el contrario, puede ser alentador al tratarse de un repaso de lo que se vio en el colegio.

Otro reto importante es no cerrarse ante las nuevas amistades, sean o no del mismo pregrado. Mariana Jaramillo Jaramillo, alumna de la carrera de Geología, dice que “la primera clase fue de edición textual, algo opuesto a mi carrera. Ese mismo día el profesor puso un trabajo en grupo en el que me reuní con personas de otras carreras. Fue bueno porque hice amigos y, hoy después de tres años, todavía hablo con ellos”.

Por estos días, cientos de eafitenses tienen sensaciones y experiencias similares a las que narran los compañeros de semestres anteriores. Al final, algunos no recuerdan qué pasó diferente ese primer día, mientras otros, recuerdan ese momento como una buena anécdota para contar en la que entrar al salón equivocado, sufrir bromas por ‘primíparo’ o quedarse aislado, incluso en la cafetería, ya son parte de su historia.