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18 de julio de 2012

Esos memes que caricaturizan todo

Con formas definidas o con trazos dispersos, estos dibujos logran comunicar algo que se difunde como un virus en las redes sociales.

• Desde hace algún tiempo los memes se tomaron las redes sociales y se burlan de todo: de los despistes, las equivocaciones, las preguntas obvias, las situaciones cotidianas y hasta de la situación económica de un país.

• Su fácil creación y difusión ha facilitado la popularidad de estas “caricaturas sociales”. En la actualidad, hay un sinnúmero de páginas y aplicaciones que permiten a cualquier usuario recrear su propio meme.

Desplazarse desde el cuarto hasta la cocina con la intención de realizar algo y olvidar cuál era el motivo inicial, o buscar un objeto desesperadamente y encontrarlo en el lugar más obvio son hechos que en la vida cotidiana le suceden a muchas personas.

O ¿quién no ha formulado una pregunta en la que la respuesta es evidente?, ¿quién ha realizado una imprudencia en público o ha comentado el último capítulo de la telenovela, programa de moda con sus compañeros de clase? Estas y otras divertidas situaciones son caricaturizadas en redes sociales como Facebook y Twitter.

El mecanismo empleado es una serie de caricaturas, rostros animados, expresiones o fotografías intervenidas con efectos, con los que se realiza una representación iconográfica o se captura la esencia de un momento o circunstancia específica.

Los usuarios de estas plataformas los llaman memes y han ganado mucha popularidad durante los últimos años entre los más jóvenes. Es el caso de Gabriel Jaime Ramírez Gómez, estudiante de octavo semestre de Administración de Negocios y coordinador del grupo estudiantil TVU, quien afirma que se han convertido en una alternativa diferente de diversión y humor.

“Son sátiras, imágenes sarcásticas o chistes sobre diferentes situaciones. Uno las ve todo el tiempo en las redes sociales. Algunas son políticas, otras sobre los estereotipos de alguna profesión o carrera, e incluso están las que se burlan de cosas muy simples que le suceden a uno. Es algo muy gracioso”, comenta el eafitense.

Según el estudiante, la popularidad de estas imágenes radica en el hecho de que muchas personas se sienten identificadas porque han pasado por alguna de estas experiencias.

“Además ninguna marca se ha apropiado de ellos, sino que es algo público, libre, social y tienen un lenguaje que muchas personas pueden entender”, ratifica Gabriel.

Si se trata de una definición más técnica, el meme es un producto social de efecto masivo que se difunde de manera viral,  a través de las plataformas virtuales y redes sociales. Un fenómeno que comenzó con los videos más populares de Youtube, y luego fue adaptado a una versión más sencilla y fácil de compartir.

Así lo explica Manuel Gómez Rueda, community manager del Área de Información y Prensa de la Universidad, y quien considera que ha sido tal el impacto de estos dibujos, que se han convertido en íconos de las expresiones reales de las personas.

“Los emoticones no lograban hacer eso, porque eran simplemente un listado de sentimientos como llorar, reír, guiñar uno ojo, entre otros, mientras que los memes son los íconos de situaciones reales a las que se enfrentan las personas”.

Según Manuel, este lenguaje se adapta a los diferentes usuarios virtuales, mientras que con los emoticones, era el usuario quien tenía que adaptarse a las opciones disponibles.

Cada vez más consumidores y productores

Durante una rueda de prensa que ofreció el basquetbolista chino de la NBA Yao Ming, uno de los fotógrafos capturó con su lente la expresión de felicidad del deportista. La imagen se masificó y se convirtió en un suceso mediático.

En esta se ve una especie de risa sarcástica o de indiferencia ante ciertas situaciones jocosas, estúpidas o absurdas, y actualmente este dibujo acompaña un gran número de memes.

Como este existen otro tipo de situaciones caricaturizadas como la famosa “Ay sí, ay sí”, que se usa para burlarse de los presumidos.

También está el meme de “True story”, en el que un hombre sosteniendo una copa de vino acepta las situaciones que habitualmente se salen de las manos y terminan afectando a una persona; o el “No me digas”, utilizado para ridiculizar las preguntas, respuestas, frases o acontecimientos demasiado evidentes.

“La lista de memes es bastante amplia y los hay sobre actualidad, política, deportes, realities de televisión e incluso con contenidos sexuales. Van desde lo más simple como puede ser una caída en la calle, hasta lo más profundo como la situación económica de España”, puntualiza el Manuel Gómez.

El community manager de EAFIT añade que en las redes sociales el consumidor no solo adopta un papel de lector, sino también de creador potencial de estas imágenes, por lo que se convierte, en sus palabras, en un “prosumidor”.

“Son los mismos usuarios quienes adaptan las situaciones o los otros memes y los transforman, los mejoran o los copian, y para eso existen miles de aplicaciones y páginas para que las personas los hagan”, expresa.

Si bien Gabriel Jaime no niega el propósito humorístico de estos usos virtuales, aspira a que, en el futuro, puedan ser analizados y debatidos desde la academia.

“Sería muy interesante analizar su impacto, tal vez desde una perspectiva antropológica, comunicativa o social, que muestre cómo las personas se apropiaron de ellos y la manera en que pueden cambiar nuestra forma de comunicarnos”, concluye.