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25 de octubre de 2012

Una ciudad que se transforma

Medellín crece sin pausa y se identifica como un lugar a imitar. La foto corresponde al parque biblioteca La Ladera.

• La capital antioqueña ha tenido importantes cambios desde las décadas ochenta y noventa. Ahora se muestra como un referente de transformación urbana.

• Las nuevas generaciones ven en la educación y la innovación una de las principales transformaciones. Un avance, según los expertos, que fue sembrado con la renovación política de la ciudad.

Medellín es una urbe inquieta. Desde que empezó a crecer, a tejer dinámicas industriales, culturales y arquitectónicas no ha hecho pausas. Ese deseo de transformación constante la ha llevado a una ruta de crecimiento que le ha permitido madurar diferentes etapas.

Es la educación uno de esos motores que, al integrar otros componentes, ha posibilitado que la ciudad sea reconocida como innovadora. Esa es la característica que resalta David Puerta Hernández, estudiante de Administración de Negocios . “El cambio histórico que ha influido en mi generación ha sido la administración de Sergio Fajardo, porque contribuyó a la educación de la ciudad creando parques bibliotecas y dejando de lado cosas que no beneficiaban a la comunidad”, dice.

Juan Camilo Escobar Villegas, docente del Departamento de Humanidades, considera que la historia de la ciudad se mueve de forma permanente. “Medellín hace parte de las ciudades modernas, lo que se considera el espíritu de racionalidad, cálculo, planificación, progreso económicoy orden cultural en torno al avance de las ciencias, las artes y la cultura”.

Y agrega: “La educación se convirtió en el eje que ha marcado el cambio histórico de Medellín”. Así, este es uno de los elementos que se destaca en la actualidad, como eje fundamental para continuar en la ruta de la industria con el valor agregado de la innovación.

Ante esto, Johanna Londoño Morales, estudiante de Ingeniería de Diseño de Producto, indica que con los parques bibliotecas se ha dado un gran avance, “porque se ha podido llegar hasta lugares donde no había tanta educación. Para mí ese es el cambio más significativo”.

Estefanía Giraldo Quintero, alumna de esta misma carrera, destaca que, además de la educación, en la innovación me parece que se ha avanzado mucho. "También con medios de transporte como el Metrocable, además de mayores espacios para transitar en bicicleta y todo lo que se ha hecho para ayudar al medio ambiente”.

Estas transformaciones son temas que se han reforzado de acuerdo con los intereses que determina cada generación. La educación es la apuesta de futuro mientras, por ejemplo, en los inicios de los años setenta, la mirada estaba en lo cultural, un factor que incluso fue determinante para la realización del festival musical de Ancón, al que llegó una multitud de jóvenes con propuestas de cambio.

Narcotráfico, otro capítulo

En Medellín no se puede olvidar la década de los ochenta, un capítulo que marcó la historia de la capital antioqueña. “Es la famosa década del cartel de Medellín. En ese momento la ciudad sufre las consecuencias de un crecimiento urbano descontrolado y, al mismo tiempo, se da el auge de un negocio para una población que no tiene muchas oportunidades, lo que se convierte en una excelente alternativa entrar en este. Ese negocio trae como consecuencia la violencia”, recuerda el docente Juan Camilo.

El impulso innovador e industrial no se pierde a pesar de esta situación. La mentalidad de trabajo riguroso continúa y se abre lugar a la creación literaria, artística y científica. Es, en ese momento, una ciudad que despierta y fortalece el interés por lo cultural. 

Santiago Ospina Ríos, alumno de Ingeniería de Producción, tiene presente esa década por lo que le han contado sus parientes. Él resalta que “la lucha contra el narcotráfico ha mejorado a través de los años, porque antes se veía que esto permitía una mayor manipulación de la ciudad, mientras que ahora los ciudadanos asumen un rol distinto y se reconoce lo negativo de este tráfico. Algo que se ha logrado en la lucha de las autoridades contra esta problemática”.

De otro lado, Medellín ha buscado ser reconocida, tener un papel protagónico dentro de la historia del país. Por eso, se notan los cambios constantes, dados por un carácter pujante.

Adicional a eso, Mónica Zapata del Valle, estudiante de Administración de Negocios, plantea que, sin desconocer los avances en educación, “el principal cambio histórico ha sido en lo arquitectónico porque es evidente que la ciudad se ha expandido”.

Por su parte, el profesor Juan Camilo considera que la ciudad, en la última década, asiste a administraciones de unas nuevas élites políticas, que han dado un giro a las tradicionales administraciones bipartidistas clásicas.

“Eso le da a Medellín una nueva cara al iniciar el siglo XXI. Incluso, frente al mundo, porque se convirtió en una ciudad en la que el desarrollo urbano, la planificación, la manera de afrontar las crisis son de interés para los alcaldes y planificadores de otros lugares del mundo”.

También, el crecimiento industrial de Medellín es un detalle clave dentro de su historia, un elemento que lo acompaña en las diferentes décadas. Y más positivo aún es que las generaciones actuales reconocen que las autoridades obran de manera acertada contra el lunar que afectó la historia de la capital antioqueña: el narcotráfico.
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