Desconcentra; saca de quicio a novias y a jefes; alborota los nervios; genera disculpas como “es que seguro que no puedo ir a esa reunión”; hace que un tipo de 40 años o una señora de 50 se pongan a pegar laminitas en un álbum; acerca en un lenguaje universal al más connotado de los académicos con el más humilde de los mortales en una conversación que va desde el “eso no fue gol, doctor”, hasta “espere y verá que en el segundo juego nos desquitamos”.
Son cosas que solo hace el fútbol, o bueno, para ‘enfermarse’ más con la fiebre del momento, que solo hace el Mundial de Fútbol, un evento que se juega cada cuatro años y que desde 1998, es decir, hace 16 años, no tiene en acción a Colombia, una selección que aunque no ha tenido figuraciones importantes en los cuatro campeonatos que ha participado (solo en 1990 pasó a Octavos de final) siempre aguarda una esperanza, tan lejana como que un día existieron los dinosaurios, de levantar la copa del mundo.
La Fifa, que significa Federación Internacional del Fútbol Asociado, le dio la sede a Brasil para este 2014, país latinoamericano que no servía como anfitrión desde 1950, cuando se dio el tan sonado “Maracanazo”, final que le entregó a la selección uruguaya la copa de ese año, luego de derrotar 2-1 a los locales en un partido que aún lamentan los brasileños, los de ayer, los de hoy y los que todavía no nacen. ¡Qué dolor, muchachos!
Así, a partir del jueves 12 de junio de 2014 a las 3:00 p.m., la más grande de las naciones suramericanas podrá tomar revancha de aquella ocasión (ocurrida hace 64 años) con motivo del inicio de la vigésima edición de este certamen futbolero, que se extenderá hasta el domingo 13 de julio, día este último en el que millones y millones de televidentes en todo el orbe verán coronarse al nuevo campeón o, quizás, al mismo, si es que España logra mantener el cetro que ganó en Sudáfrica 2010. ¡La tienen bien brava!
¡El Mundial ya se juega desde 2011!
Lo cierto es que esta edición del Mundial de Fútbol se escenifica desde que por allá, en 2011, comenzaron las eliminatorias en varios continentes, lo que hace que lo que se dispute en Brasil sea la fase final de la cita orbital. En total son 32 las selecciones que llegaron hasta acá de 203 que tomaron la partida en las seis asociaciones afiliadas a la federación internacional.
Europa pone 13 oncenos; Suramérica aporta 6 (entre estas Brasil como anfitrión); África suma cinco equipos; y Asia, y la Concacaf (Centro, Norteamérica y el Caribe) entregan cuatro por asociación.
Oceanía, que únicamente cuenta con medio cupo por ser una zona geográfica con un discreto nivel futbolístico, no logró clasificar a su escuadra tradicional en los últimos años, Nueva Zelanda, seleccionado que perdió su cupo ante México en uno de los repechajes entre continentes. No obstante, Australia, que se instaló en la eliminatoria asiática desde hace varios años, llevará las costumbres de esta exótica zona del océano Pacífico.
Esta fase final comenzará, entonces, con los 32 cuadros que sobrevivieron a sus eliminatorias regionales (unas tan difíciles como las americanas y las africanas, otras tan fáciles como las europeas o las orientales). Estos conjuntos se dividirán en ocho grupos de cuatro equipos cada uno, de los que avanzarán dos por serie.
En el A estarán Brasil, Croacia, México y Camerún. En el B se medirán España, Holanda, Chile y Australia. En el C lucharán Colombia (¡sí, Colombia!), Grecia, Costa de Marfil y Japón. En el D la disputa será entre los poderosos Uruguay, Inglaterra e Italia, junto con Costa Rica. En el E se las verán Suiza, Ecuador, Francia y Honduras. En el F el paso lo pondrá Argentina ante Bosnia, Irán y Nigeria. El G tiene a Alemania, Portugal, Ghana y los Estados Unidos. Y el H cierra con Bélgica, Argelia, Rusia y Corea del Sur.
De cada grupo, como ya se dijo, pasarán dos a la siguiente fase. En total serán 16 las selecciones que avanzarán a los Octavos de final, donde los del A enfrentarán al B, los del C al D, los del E al F, y los del G al H. De estas confrontaciones solo sobrevivirán ocho a los Cuartos de final, y de esta apenas seguirán cuatro a las Semifinales, nivel de donde saldrán los dos finalistas y los dos que irán por el tercer lugar.
Y, tras un mes de puro estrés y de torear a cuanto amigo llamó a deshoras en plena disputa de un partido por penales, saldrá un campeón que, por cuatro años, se paseará por las canchas del mundo exhibiendo la gloria, la que solo han podido lucir Uruguay, Brasil y Argentina por América; y Alemania, Italia, Francia, Inglaterra y España por Europa. Entonces se acabará esta celebración pagana que, seguro, dejará mal a más de una relación y enredado a algún empleado al que descubrieron viendo fútbol al escondido en su PC, mientras sus compañeros le preguntaban de reojo si era verdad lo del gol en fuera de lugar o del empate en el último minuto.
Suerte, eso sí, a Colombia, que aunque no llegue a la final debe demostrar que cuenta con una generación ganadora que está para espantar los miedos que se arrastran desde que se empató 4-4 con la Unión Soviética en el 62 y 1-1 con Alemania en el 90, a los que se les sumaron la derrota de 1-0 ante Estados Unidos en el 94 y el timorato triunfo de 1-0 ante Túnez en el 98.
Éxitos a la selección nacional… ¡Y que se venga el Mundial!, que se juegue como el mundo lo espera y que escaseen, por favor, las llamadas de los amigos que se atraviesen en los penales.