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Bosques para leer y libros para perderse en ellos 

El año internacional de los bosques es el tema que la Universidad retoma para el ciclo de literatura de viajes Libros para perderse en el bosque, que se realiza todos los martes y que irá hasta noviembre.

• Las historias de El rey Arturo, El mago de Oz y Robin Hood; y autores como Ann Radcliffe, Charles Dickens, Nathaniel Hawthorne y José Eustasio Rivera, entre otros, estarán en el ciclo de literatura de viajes.

• Todos los martes, entre las 6:30 y 8:30 p.m., la periodista Lina María Aguirre, apelará a la literatura para encontrar las maravillas del mundo de los bosques.

Las imágenes muestran orillas de caminos que están atestadas de hojas secas y otras acabadas de caer, sombras que juegan a hacer figuras, elementos indescifrables que se cruzan al pasar del viento y, en lo alto, árboles que se inclinan como personas adultas dejando caer sus ramas sobre sí mismos en un intento de volver a sus raíces para comenzar desde cero.

Esta es una de las descripciones que escucharon los asistentes, el martes 20 de septiembre, en una de las sesiones del ciclo de literatura de viajes Libros para perderse en el bosque, que tiene lugar todos los martes a las 6:30 p.m. en el auditorio Fabricato.

Bajo un ambiente expectante y calmado, las cerca de 30 personas, escuchaban las palabras lentas y contundentes de la periodista Lina María Aguirre Jaramillo, quien narraba pasajes literarios de un bosque que aparece como el entorno en el que tiene lugar la historia del libro El país de los abetos puntiagudos, escrito en 1896 por Sara Orne Jewett, una de las autoras invitadas del ciclo, que comenzó el 6 de septiembre y que irá hasta el primero de noviembre de 2011.

Y como en esta, en todas sus sesiones la periodista, directora de ciclo, dibuja con palabras el impacto que causan estos singulares y simbólicos lugares del planeta, en la vida de algunos autores que han encontrado en estos una belleza extraordinaria que alimenta su creación artística.

Este encuentro apela a lecturas como las de El rey Arturo, El mago de Oz y Robin Hood; y a autores como Ann Radcliffe, Charles Dickens, Nathaniel Hawthorne, Alfred Wallace, Peter Matthiessen, James Fenimore Cooper y José Eustasio Rivera.

“La idea es conformar una presentación que sea muy amigable con un público muy diverso, donde tanto una persona con un conocimiento literario o crítico, y también quien no lo tiene, se sientan bienvenidos a estos programas”, cuenta Lina, quien es periodista, egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana; con Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra en España; e investigadora en temas como la literatura anglosajona, medios, ambientalismo, ciencia y tecnología.

Para ella, la relación de estas personas con la naturaleza les sirve de excusa y de contexto para hacer sus narraciones, historias de caminantes enigmáticos, brujas y seres ermitaños, hombres sabios y paisajes que invitan al peligro, a la aventura, al refugio, a la pérdida y al hallazgo.

“El bosque en la literatura es un sitio donde hay un tránsito, una transformación. Es un lugar para encontrarse con lo interior y las letras que lo citan se escriben en un lenguaje enriquecido por expresiones que son usadas para definir fenómenos naturales, especies de flores o nombres de árboles, por ejemplo”, afirma.

Una excusa para viajar

Este año se celebra el año internacional de los bosques, por eso surge la propuesta de la Universidad que vincula y explora la relación entre estos y la literatura, pues, según Lina, “son escenarios muy fecundos como fermento literario”.

Por esto, se ha venido realizando una serie de preguntas que invitan a pensar a los asistentes cuál es su relación hoy con los bosques, ese patrimonio que está siendo deforestado, degradando la vida del planeta.

“En Colombia estamos alejados de estos lugares y el conocimiento que tenemos es pobre, por eso la invitación es a recorrerlos, a vivirlos y luego a escribir lo percibido”, indica.

Y es que, como lo dice la directora del ciclo, cada vez que se empaca una maleta y se sale de viaje, se abre una disposición personal a lo nuevo, a lo distinto, incluso cuando se trata de sitios donde ya se ha estado.

Por eso, otra invitación que surge es a viajar, a maravillarse con los bosques, a sembrar la necesidad de cuidarlos, de preservarlos y de replantear la relación de las personas con su entorno natural.

De la misma manera, María del Rosario Escobar Pareja, coordinadora del Área de Extensión Cultural, rescata el ciclo de literatura de viajes como uno de los más significativos por su conexión con temas actuales que atraen a públicos de todas las generaciones.

“Lina hace una selección de libros de viajes para destacar ese lugar que es el bosque y que ha sido tratado por el psicoanálisis, la literatura infantil, la literatura fantástica, los ambientalistas, y hasta en la mitología y la poesía”, señala.

Mucho para escoger

El ciclo de literatura de viajes nace en 2005 por un interés de la Universidad de ampliar su propuesta cultural a las personas interesadas en distintos temas, en este caso, los viajes y la literatura.

En 2008 se tuvo la oportunidad de asistir al ciclo Eligiendo la carretera literaria, en 2009 a Ocho siglos en Cambridge y en 2010 al titulado La naturaleza misma del viaje.

“La literatura de viajes es rica, basta, fecunda, llena de variantes y que sigue recreándose internacionalmente. Es un género muy variado, que se nutre de la ficción, del periodismo, de la crónica, de la biografía, de experiencias personales, todo en la idea de plasmar la experiencia de viajar, conocer algo distinto, atreviéndose a ver qué hay más allá de lo cercano”, asegura Lina.

La programación de este ciclo de 2011 trae cada martes nuevos relatos que afinarán el oído y las manos de curiosos y académicos, de literatos y amantes de la naturaleza, y de viajeros que, como Sara, encuentran incluso en fragmentos de árboles que caen al suelo, una firme convicción de que los bosques están plantados en nuestra conciencia cultural.

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