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Y estos son los creadores
Estas bicicletas se acomodan hoy, gracias al trabajo del semillero I+D Producción, a espacios reducidos en los que antes era imposible guardarlas.
• La idea de crear una bicicleta plegable fue para el semillero I+D Producción, más que un proyecto de investigación, una forma de dedicarle tiempo a lo que más les gusta.
• Manufactura avanzada fue la materia que cursaron los estudiantes de diferentes carreras de ingeniería y en la que emprenden proyectos que les permiten desarrollar su creatividad.
Santiago Gil Durán, estudiante de décimo semestre de Ingeniería de Producción, llega todos los días a sus clases en bicicleta. Desde Robledo, el barrio en el que vive, recorre un trayecto de cerca de 30 minutos.
Pero para él, más allá de contar con un excelente medio de transporte, amigable con el medio ambiente y que le economiza tiempo y dinero, es la oportunidad para practicar uno de los deportes que más le gusta.
“Siempre he sido gomoso con esto, ya tengo cinco bicicletas en las que hago deporte o me dedico a arreglarlas y a organizarles cositas”, comenta.
Así como él, otros cinco estudiantes comparten su gusto por este vehículo. Sebastián Madrid, por ejemplo, y quien también cursa el mismo pregrado, tiene en arriendo unas bodegas donde funciona una ensambladora de bicicletas, asunto que lo ha mantenido cerca de estas permitiéndole conocer todos los pormenores de su elaboración, armado y reparación.
Estos acercamientos fueron los que los motivaron a hacer parte del semillero I+D Producción, en el que estudiantes de distintas carreras como las ingenierías de Diseño de Producto, Mecánica y de Producción participan de proyectos innovadores como el de las bicicletas plegables.
“Me pareció interesante esta propuesta que busca implementar este medio de transporte como complemento a la movilidad en el Metro de Medellín”, dice Sebastián.
Un trabajo en equipo
Con Santiago y Sebastián trabajaron Thalia Castro, Eliana Ramírez, Diana Restrepo, Manuel Pérez, además de otras personas que siempre han colaborado.
Aulas de clase y laboratorios fueron los lugares para poner a volar la imaginación. Allí estudiaron a los usuarios potenciales, investigaron las posiciones del cuerpo más adecuadas para conducir este vehículo, verificaron los materiales y el proceso de manufactura, y revisaron los planos para su construcción. Todo, teniendo en cuenta las tendencias modernas que apelan a los espacios reducidos.
Sebastián afirma que el trabajo en equipo fue clave para lograr el resultado. En su concepto las cargas estuvieron bien distribuidas. “Algunos armábamos, otros hacían en proyecto escrito, a veces salíamos a conseguir piezas. Yo nunca había armado una bicicleta ni había pintado una”.
Aunque para ellos la asignatura manufactura avanzada, que es en la que se desarrollan los proyectos, ya terminó, el proceso, para algunos, continúa a través del semillero I+D en Producción.
“Poder estar desde la concepción de la idea hasta el producto final es muy bueno y más al saber que lo que se está haciendo puede generar un aporte a la sociedad”, apunta Santiago.
Es tanta la pasión de este eafitense por las bicicletas que en este momento desarrolla un proyecto de grado que consiste en la construcción de un marco para estas en fibra de carbono.
A dos años de haber comenzado el proyecto de las bicicletas plegables han sentido el apoyo constante de la Universidad hacia el semillero. Aunque ya muchos de los estudiantes están por graduarse, en la actualidad, algunos de ellos desarrollan una iniciativa para la creación de un vehículo agrícola llamado Armo.
Pero, en otras facetas de sus vidas, estos vehículos siguen haciendo parte de su día a día. “Cuando me preguntan por qué me gustan las bicicletas yo digo que es como cuando uno se enamora de una mujer, que no se tiene un por qué, simplemente algo les vi que me encantó”, concluye Santiago.