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El aprendizaje hecho parque

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El Retiro, Rionegro, El Carmen de Viboral y La Unión son los municipios en los que los participantes de Global Design for Kids diseñaron parques infantiles.

• Un grupo de 20 estudiantes trabajaron durante dos semanas en el diseño de parques infantiles como parte de la iniciativa Global Design for Kids.​

• El proyecto, que reunió participantes de Australia, Dinamarca, Holanda y Colombia, buscó crear espacios que integren la diversión y el aprendizaje.

Sobre la maqueta, el futuro parque infantil del municipio de El Retiro luce bastante colorido. Hay un árbol en el centro, que se conecta con los lisaderos a través de unos pasamanos en forma de cadena de ADN y de ahí al resto de los juegos.

Una especie de “golosa” les permite a los niños saltar y experimentar diferentes sonidos de la escala musical a medida que avanzan. También hay fuentes de agua y un espacio para los padres desde el que pueden cuidar a sus hijos mientras disfrutan de juegos de mesa.

Este es solo uno de los cuatro diseños que hicieron parte de Global Design for Kids, una iniciativa liderada por estudiantes y docentes del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto, y que se llevó a cabo entre el 23 de julio y el 5 de agosto de este año como parte de la Escuela de Verano de EAFIT.

Que a los niños les gusta jugar no es un descubrimiento nuevo, pero hacer que ese tipo de actividades se conviertan en una experiencia de aprendizaje y diversión al mismo tiempo fue el reto que tuvieron los 20 participantes, entre los que estaban estudiantes de universidades de Holanda, Australia, Dinamarca y Colombia.

“La experiencia de trabajar con niños fue maravillosa, e igualmente la oportunidad de unir esfuerzos con estudiantes de diferentes países y culturas. Aprendí mucho de ellos y de mi carrera”, afirmó Jesper Habraken, de la Universidad de TUdelft (Holanda), durante la socialización de los proyectos, que tuvo lugar el 5 de agosto en el auditorio del bloque 19 (Edificio de Ingenierías).

Para aprender con los sentidos

Jesper hizo parte del grupo de El Retiro y, junto a sus cuatro compañeros, se trazó como objetivo que los niños pudieran divertirse con el uso de los sentidos y la imaginación, a través de experiencias con sonidos, colores y texturas.

Para eso, realizaron un trabajo intensivo de tres días en el municipio del Oriente antioqueño, visitaron el colegio, jugaron con los pequeños, reunieron las ideas y finalmente se sentaron a pensar el proyecto.

“Nos dimos cuenta de que los niños de El Retiro cambian fácilmente de actividades, les gusta sentirse retados, ser los mejores y tienen un vínculo muy estrecho con la naturaleza. Con esa información trabajamos”, comentó Sara Sánchez Restrepo, de octavo semestre de Ingeniería de Diseño de Producto de EAFIT.

Este mismo trabajo de campo lo repitieron otros estudiantes en los municipios de Rionegro, El Carmen de Viboral y La Unión, durante las dos semanas que duró el proyecto.

Juan Diego Ramos Betancur, uno de los gestores y coordinadores de Global Design for Kids, está convencido de que para los participantes está fue una oportunidad de aprendizaje académico y personal única, que les permitió desarrollar ideas innovadoras para beneficio de la comunidad.

“La realización de los parques no está en nuestras manos, pues depende de los intereses jurídicos, económicos y políticos de los municipios, pero creo que les dejamos ideas de muy alto nivel para que las desarrollen en sus mandatos”, enfatiza el docente.

Jackeline Arango Zapata, otra de las coordinadoras, afirma que fue un trabajo intenso y enriquecedor al mismo tiempo. “Aprendimos a trabajar con las diferencias culturales y a acoplarnos como equipo.  Ahora que podemos ver los resultados nos damos cuenta de que son los esperados y eso nos deja muy satisfechos”.

Una respuesta a las necesidades de cada municipio

Ubicado a tan solo 48 kilómetros de Medellín, Rionegro se ha convertido en un referente de desarrollo durante los últimos años, sin embargo, el río que lo atraviesa se ha convertido en un problema para la Alcaldía cuando se desborda e inunda las zonas aledañas.

Esta problemática fue la que inspiró al equipo conformado por Etienne Quak, Rikke Winther Sorensen, Verónica Restrepo Fergunsson y Adriana Díaz, para crear a Atlantis, un modelo de parque infantil que se integra al agua.

“Pensamos en este nombre por su similitud con la Atlántida, la ciudad mitológica que se hundió en el mar”, explica Verónica, de octavo semestre y agrega: “Nuestro objetivo principal es que sea un parque sostenible y a través de este quitarle a los niños el temor que le tienen al río, generar sentido de pertenencia con estos y crear un espacio para el goce de toda la familia”.

Tubos sobre el agua, molinos, caminos de obstáculos y juegos en los que pueden aprender cómo la energía mecánica puede ser transformada en música hacen parte de su propuesta.

Por otro lado, Elisa Toro Mejía y su grupo se encontraron en la vereda Chuscalito (del municipio de La Unión), para trabajar con una población afectada por los conflictos sociales. Se trazaron como meta crear una idea novedosa que atendiera a las necesidades de la región y contribuyera con los procesos de formación de los niños.

El grupo de seis estudiantes creó la metáfora de “El río de la vida” para diseñar un parque en niveles lleno de retos y desafíos infantiles. Una torre de llantas, un columpio gigante para varias personas y una estatua llamada “Paisamán”, que simboliza el espíritu trabajador del pueblo, fueron algunos de esos espacios pensados para la diversión de esta comunidad.

Diseños de alto nivel

El proceso de elaboración de la cerámica en El Carmen de Viboral fue la inspiración del cuarto y último grupo. La maqueta mostraba un  circuito de juegos novedosos que arrancaba con “el horno”, luego “el pocillo” y “la chimenea” y, finalmente, “el molino”.

“Lo que queríamos era incentivar a los niños a aprender de su cultura y su historia, al mismo tiempo que los ayudábamos a mejorar sus habilidades motoras y cognitivas”, explicó María Clara Ángel Villa, una de las estudiantes creadoras del modelo.

Así, con un reconocimiento a Juan Diego y Jackeline como coordinadores, y al grupo de monitores que apoyaron la propuesta; y con la invitación a seguir realizando este tipo de propuestas académicas se dio por terminada la socialización de los proyectos y, con esta, las dos semanas de investigación y trabajo de Global Design for Kids.​​