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13 de marzo de 2013

La cama contra las úlceras   

 

Estas iniciativas se convierten en evidencias del aporte de la academia al sector productivo y a la solución de necesidades de la comunidad. La imagen corresponde al prototipo construido en 2010.

 

• La Superintendencia de Industria y Comercio le otorgó al Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño una patente por modelo de utilidad a la Superficie dinámica para el tratamiento y la prevención de úlceras en la piel.

• La iniciativa, que tardó tres años en patentarse, busca beneficiar a las personas con movilidad reducida, mediante un sistema que opera sobre la superficie en la que se apoyan y evitan la aparición de problemas en la piel.

Este es el panorama: la población mundial es cada vez más anciana. Está en aumento el número de personas que viven solas y cada día se tiende a depender más de la tecnología.

Ante esta hipótesis y, teniendo como referente la aparición de enfermedades que dificultan la movilidad a muchas personas, Santiago Correa Vélez, del Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño (Grid), encontró un campo de acción muy amplio para uno de los productos que creó el grupo: la cama antiescaras o Superficie dinámica para el tratamiento y la prevención de úlceras en la piel.

“Se trata de una solución para mejorar la calidad de vida en personas con esta dificultad”, manifiesta el investigador que, con sus compañeros de equipo, se dio cuenta de que era posible evitar, por lo menos en parte, las consecuencias de la inmovilidad en las personas.

Y este prototipo logró que la Superintendencia de Industria y Comercio le otorgara, mediante la resolución 00720 que se entregó el 23 de enero de 2013, una patente como modelo de utilidad.

Gracias a esta innovación, quienes deben permanecer en cama por mucho tiempo, debido a inconvenientes de salud, podrán prevenir posibles enfermedades causadas por la quietud permanente.

Este sistema, ante la ausencia de movimiento en el cuerpo, permite que este lo realice la cama. De esta manera, pueden realizarse procesos como el de la oxigenación y la circulación normal de sangre y tejidos, lo que no solo mantiene la piel sana, sino que detiene la aparición de heridas o úlceras.

Sus novedades principales son el uso de dos tipos diferentes de movimientos: el de transferencia, que hace una especie de balanceo de la persona, tal como si estuviera en una cuna; y el de trendelemburg que permite aliviar el reflujo y los problemas de circulación sanguínea.

“Tiene los movimientos de espalda y de piernas, empleados en este tipo de modelos de uso médico, y también cuenta con masajeo ondulatorio, para aliviar y disminuir la aparición de las úlceras”, explica Alejandro Velásquez López, investigador del proyecto y docente del pregrado en Ingeniería de Diseño de Producto.

Es la novena patente

Santiago tuvo la idea después de observar y estar en contacto permanente con el sector de la salud. Así empezó a pensar en la solución, una estructura móvil ascendente y descendientemente que permitiera calibrar la altura y diera un respiro a los pacientes.

La creación inició en noviembre de 2007 y, con esta, la Universidad ya cuenta con nueve patentes: seis por modelo de invención y tres por utilidad. La idea ahora es comercializarla y continuar mejorándola, pues ya realizaron una segunda versión, mucho más sofisticada y fácil de fabricar, que en el momento se encuentra en proceso de patente.

El camino para patentar el producto fue largo, pero fue todo un aprendizaje. Así lo relata el profesor Alejandro, quien recuerda que la idea de proteger la creación nació en un taller sobre redacción de patentes.

“El proceso empezó en 2009, ellos nos presentaron la inquietud sobre la solicitud de patente, entonces empezamos a conversar sobre la novedad del producto y realizamos todo el examen inicial de patentabilidad. Incluso, vimos la cama en varias oportunidades”, recuerda Paula Rivera Montoya, jefa del Departamento de Contratos y Convenios, experta en propiedad intelectual y derechos de autor.

También realizaron un estudio de mercado apoyados por el Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo (Cice), para conocer las posibilidades de mercado y la magnitud del impacto en la sociedad.

Santiago dice que el mercado de las ideas es bastante promisorio. Por eso, su grupo de investigación continúa trabajando en el tema de la innovación y, por el momento, tiene tres patentes en trámite, con desarrollos que solucionarán asuntos específicos, ya sea en la industria o en la vida cotidiana de las personas.

Iniciativas como estas ratifican el aporte de la academia al sector productivo y a la solución de problemas del entorno. “Esto confirma que la Universidad contribuye con la creación de nuevo conocimiento, que va por el camino de la innovación y de la creación de diferentes productos comerciales”, asegura Félix Londoño González, director de Investigación de la Universidad.