Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co
EAFITCanal de EstudiantesCanal de Estudiantes / NoticiasCanal de Estudiantes / NoticiasInstitucional-Academia / En estos lugares se vive la cultura de la autorregulación

Noticias / Institucional-Academia

14 de marzo de 2012

En estos lugares se vive la cultura de la autorregulación  

Diferentes conductas en las calles, en centros de estudio, en vehículos de transporte público evidencian que hay comportamientos que se adoptan más allá de las normas.

• En algunas ciudades del país y del exterior son evidentes los comportamientos adecuados en espacios como bibliotecas, medios de transporte, sitios públicos o lugares cotidianos.

• Suiza, Japón, España o Canadá son algunos de los sitios en los que los estudiantes han tenido la posibilidad de experimentar de cerca estas conductas que se basan en el respeto.

Camila Soto Peláez era una adicta a su Blackberry. Sacaba su celular en clase o en medio de una conversación, y siempre estaba pendiente de los mensajes, las conversaciones o las llamadas. Pero eso fue antes de su viaje de intercambio a España, donde aprendió otros comportamientos.

Esta estudiante de séptimo semestre de Comunicación Social llegó a Madrid en 2011 para cursar un semestre académico en la Universidad Camilo José Cela y, durante su estadía, pudo percibir como dichos comportamientos eran rechazados por la sociedad.

“Usar el celular en medio de una clase o interrumpir una conversación, así sea casual, para revisar un mensaje está muy mal visto y es considerado una falta de respeto, de atención y de educación”, comenta Camila.

Según ella, esta experiencia internacional le permitió ser más consciente y respetuosa con las personas con las que comparte sus clases o con quienes conversa en un momento de esparcimiento, incluso afirma que ya no es tan “adicta” como antes.

“Uno no se da cuenta y piensa que porque está en un salón con 40 personas al profesor no le importa que uno esté pendiente del Blackberry, pero es algo que puede llegar a incomodar”.

Como ella, muchos otros estudiantes de EAFIT han tenido la oportunidad de viajar a diferentes países, ya sea como parte de una pasantía académica, por vacaciones u otros motivos. En esos contextos han podido conocer cómo se percibe la cultura del respeto en el metro, en espacios públicos, en centros de estudio u otros lugares cotidianos.

“En las bibliotecas los usuarios no conversan entre ellos y la gente tiene muy claro que hay otros espacios para reírse o hacer chistes. Si uno levanta un poco la voz, siempre hay una persona que te llama la atención y te pide silencio”, explica Camila.

Si de otros espacios se trata, Támara Piedrahita Seifert, estudiante de quinto semestre de Economía, se pudo dar cuenta de la prudencia que existe en Suiza entre peatones y conductores.

“Es impresionante. Si una persona pone el pie en la cebra, de inmediato el tráfico se detiene y le da paso para que cruce, porque el peatón tienen prioridad en las vías”, dice esta joven, quien aspira a que algún día en Colombia se pueda vivir este ambiente de respeto y que el ejemplo suizo se convierta en un referente.

Un asunto de autorregulación

Además del aprendizaje en términos académicos, Alejandro Mesa Tabares se trajo otras experiencias de Japón. Durante los ocho meses que vivió en el país nipón se convirtió en un gran observador de su cultura, y en ocasiones se sorprendió con los comportamientos y actitudes de estos ciudadanos.

“A los mayores se les respeta mucho; a los docentes se les llama por su apellido; y en el metro se cede el puesto a quienes lo necesitan y no se toma asiento en las sillas para personas en situación de discapacidad en los buses, aunque estén disponibles. Y, sin darse cuenta, uno empieza a adaptarse a esta forma de ser”.

Estas conductas, según el estudiante, son acciones naturales para ellos, pero el extranjero las percibe de inmediato, asunto que le permite caer en cuenta de que se trata de una actitud de autorregulación que cada individuo adopta con convicción y que, al sumarse, tejen esa cultura.

“Los japoneses son muy respetuosos entre ellos en su trato cotidiano y esto también se ve en la calle, por ejemplo, las personas que se transportan en bicicleta solo lo hacen por los sitios donde está permitido, y si van a cruzar por una vía, lo hacen con su medio de transporte bajo el brazo”, comenta Alejandro.

Algo parecido vivió Daniela Sterling Vélez, de primer semestre de Ingeniería de Diseño de Producto, quien cuenta que en los supermercados de Canadá las personas son pacientes y muy organizadas, y los mayores tienen prioridad en las filas.

Para algunos en Medellín también se pueden percibir estas conductas. Así lo expresa René Ordosgoitia Mohadie, del pregrado en Economía, quien asegura que desde que llegó a la ciudad para cursar sus estudios ha tenido buenas impresiones.

“Acá la gente es muy consciente del cuidado de su ciudad. Nadie tiene que decirle a otro que la mantenga limpia, sino que todo el mundo procura llevar las basuras a sus recipientes. En Cartagena, mi ciudad, falta trabajo en ese aspecto y eso se ve reflejado en calles y algunos espacios públicos”.

Estos eafitenses han podido vivir de cerca estos cambios, han comparado, han admirado y han adoptado para su cotidianidad, sin importar el lugar donde estén, algunas conductas. Lo hacen convencidos de que deben hacer parte de la conciencia y no necesariamente de una imposición.

Y claro. Estos comportamientos son parte de la invitación que el Centro Cultural Biblioteca Luis Echavarría Villegas hace a sus usuarios.​​