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29 de febrero de 2012

Ese sueño de ciudad-región
2030  

 

El Plan Director BIO 2030 valora las características geografías del Valle de Aburrá para entender y orientar su propuesta, que apunta a dos escenarios: el río y la ladera.

• Un valle sostenible con corredores que integran movilidad, paisaje y medio ambiente son apuestas del Plan Director BIO 2030, una iniciativa en la que participó la Universidad, a través de Urbam.

• El Plan, que se socializó con la comunidad universitaria el jueves primero de marzo, tiene la mirada sobre el río y las laderas, debido a la oportunidad que ofrece el primero y al riesgo que determinan las segundas.

El río Medellín como el corazón de la vida urbana del Valle de Aburrá, ese mismo que se deja contemplar por las montañas, que son los pulmones.

Ese es el sueño del Plan Director BIO 2030 que, como lo dijo Alejandro Echeverri Restrepo, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT, es para construir entre todos: los municipios del área metropolitana, la sociedad y sus instituciones.

El Plan fue presentado, el jueves primero de marzo, a la comunidad universitaria, donde se expuso el objetivo que persigue esta iniciativa del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, el Municipio de Medellín y que coordina desde lo académico la Universidad, a través de Urbam.

Este pretende brindar herramientas para que los ciudadanos y los gobernantes avancen en el proceso de metropolización de Medellín, que contempla un medio ambiente armónico y viable, calidad de vida y condiciones ambientales sostenibles.

“Para que se llegue a esta metrópoli se requiere un nuevo enfoque en la planificación, la articulación de los planes territoriales para lograr impacto en el desarrollo de la región y la construcción de consensos sobre lo estratégico”, dijo el director de este centro.

Los ejes sobre los que se mueve BIO

Como todo plan, BIO 2030 es prospectivo. Y en honor a su apellido “director” selecciona lo que quiere trabajar. En ese sentido su orientación es dar pautas para que el Valle de Aburrá se conecte, y se articule a la región y a la nación.

Para esto busca su desarrollo a partir de dos ejes: medio ambiente y espacio público, y movilidad y transporte. El primero persigue el fortalecimiento de la riqueza natural del Valle de Aburrá que, más allá de ser un recurso ecológico, es un elemento destacado del paisaje y un factor que incide en la calidad de vida al integrarse con el espacio público.

Así, en la explicación ofrecida por el director de Urbam, la propuesta de BIO 2030 comprende la conformación de corredores estructurantes, que prestan servicios ambientales a la ciudad y que al mismo tiempo son ejes de espacio público; la construcción de áreas de encuentro y de corredores de movilidad.

De otro lado, el eje de movilidad y transporte le apuesta, entre otros, a la integración social de diferentes sectores de la ciudad, a través del fortalecimiento de las conexiones viales metropolitanas. Le da, además, prioridad al sistema de transporte público y busca mitigar los impactos asociados a las emisiones contaminantes, a la ocupación del espacio y a la seguridad vial.

Estos propósitos ya fueron conocidos por la ciudadanía y por los anteriores alcaldes del Valle de Aburrá, quienes, en noviembre de 2011, aprobaron por unanimidad el Proyecto de Acuerdo Metropolitano a través del que se adopta a BIO como norma obligatoria y como complemento a las Directrices Metropolitanas de Ordenamiento Territorial.

“Este es un camino que amplía el horizonte de planificación del  territorio en el que un desarrollo equitativo y equilibrado será realidad en 20 años”, concluye Alejandro.

 Río y ladera: dos escenarios estratégicos

Las propuestas de BIO se concentran en el río y la ladera, dos escenarios estratégicos de alto valor natural que definen el paisaje del Valle de Aburrá y exigen distintas formas de intervención en términos de ocupación.

En ambos existe una gran oportunidad de redireccionamiento de proyectos que contribuyan, en el caso del río, a aprovechar el paisaje, el espacio, los recursos naturales, así como a solucionar problemáticas de transporte; y, en el de las laderas, a disminuir los riesgos que conlleva el crecimiento urbano sobre estas.

“Estamos creciendo hacia afuera, hacia la parte alta y por eso la idea es aprovechar las oportunidades que nos ofrece el río Medellín y consolidar un borde urbano seguro y sostenible”, aduce Alejandro Echeverri Restrepo, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT.

Río

Este gran centro de actividades y hábitat es la columna vertebral del área metropolitana. Allí se asientan los 10 municipios que la conforman y se concentran a su alrededor infraestructuras de movilidad, procesos de urbanización, zonas para la renovación y el redesarrollo, y suelos suburbanos y de expansión.

Con este corazón metropolitano, como lo define la campaña de BIO que se realizó en 2011, se pretende fortalecer este recurso como un eje ambiental y de espacio público, sin que esto signifique desconocer su determinante incidencia sobre la movilidad de la ciudad.

Laderas

En estas la propuesta plantea contener el crecimiento que, poco a poco, se ha ido dando en sus terrenos y que la ha convertido en un territorio de altas pendientes, en el que prevalece el riesgo de sus suelos.

Por eso, es necesario ejercer un control del borde urbano, a través de la inclusión de áreas de protección ambientales de uso público, con grandes espacios institucionales y con el desarrollo de actividades productivas.

Así, a la vez se evita su expansión, se disminuye el peligro y se preserva su función ambiental, de espacio público y de paisaje.

 

Una construcción colectiva

El Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de la Universidad se ha vinculado con el respaldo técnico y académico de esta estrategia de sostenibilidad y desarrollo del Valle de Aburrá.

Esto es consecuente con la intención de la Institución de no quedarse solo con la transmisión de conocimiento, sino de contribuir en el desarrollo del entorno que la acoge. Así lo manifestó el rector Juan Luis Mejía Arango en la presentación de BIO 2030, realizada el jueves primero de marzo a la comunidad universitaria.

“El tema de las ciudades es medular en el desarrollo de las culturas modernas. En ese sentido Urbam es el agente universitario que emprende proyectos que le permite a EAFIT comprometerse y dejarle a la región conocimiento que redunde en su progreso”, apuntó el directivo.

BIO 2030 ha involucrado, también, la participación de otras instituciones como la Universidad Pontificia Bolivariana, la Universidad San Buenaventura, la Universidad Nacional, la Universidad Santo Tomás y la Corporación Universitaria Remington, todas con sus facultades de arquitectura.

Igualmente, expertos internacionales han prestado su colaboración para la elaboración de estas directrices.

Pero el reto a 2030 es una propuesta de todos los ciudadanos del Valle de Aburrá que involucra un compromiso con el desarrollo social y ambiental, y que se instaura como una construcción colectiva.