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16 de febrero de 2012

¡Esto es un derecho
humano, señor juez!

 

Los alumnos, que ahora cursan sexto semestre de Derecho en EAFIT, estuvieron acompañados de la profesora Paola Carrillo. Es la tercera vez que la Universidad participa en este evento.

• Andrés Ordóñez Buitrago y Diana Carolina López Rodríguez ganaron, con argumentos y dominio del tema, el segundo lugar en el IX Concurso Universitario de Derechos Humanos, realizado a finales de 2011.

• Además de la placa y la mención como mejor orador en el caso de Andrés, los estudiantes podrán cursar una especialización en esta área y desarrollar una pasantía en la Defensoría del Pueblo de Medellín.

Como en una sala de audiencias de las altas cortes pasaron los cinco participantes que llegaron a la final del noveno Concurso Universitario de Derechos Humanos, organizado en Bogotá por la Defensoría del Pueblo con el apoyo del Programa de Derechos Humanos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).

Andrés Ordóñez Buitrago y Diana Carolina López Rodríguez, de sexto semestre de Derecho de EAFIT, eran dos de los finalistas en esta competencia académica que busca, cada año, impulsar el estudio de los Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario en las instituciones de educación superior de Colombia y que convocó, desde mayo de 2011, a cerca de 73 universidades de todo el país, de las que 65 presentaron memorial escrito.

Pero fueron 24 las instituciones que pasaron a la fase oral. En esta última etapa, realizada en septiembre del mismo año, 12 universidades asumieron el rol de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y las otras 12 el del Estado.

“Para presentar el memorial escrito nos tocó estudiar mucho sobre derecho laboral, un tema que, hasta el momento, no habíamos aprendido en profundidad en el pregrado. En la final del concurso defendimos, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la vulneración al derecho de libertad sindical y de asociación de 150 enfermeros vinculados por medio de una cooperativa de trabajo asociado”, cuenta Andrés, que también ganó mención como el mejor orador del concurso.

De otro lado estaba la Universidad Javeriana de Cali con tres participantes que, como Estado, sustentaron la negación de la libre asociación de estos individuos.

Con este segundo lugar, estos alumnos podrán realizar una pasantía en la Defensoría del Pueblo de Medellín como una forma de desarrollar sus habilidades en este órgano público. De igual forma realizarán, cuando ellos lo definan, la especialización en Derechos Humanos en la Universidad Militar Nueva Granada, institución anfitriona del evento.

La placa de reconocimiento y un fondo bibliográfico sobre derechos humanos quedaron en manos de EAFIT.

Ganaron por sus argumentos

Derechos colectivos y sindicales en las empresas. Ese fue el tema propuesto para esta edición del concurso. El propósito de ambos roles (Estado y Comisión Interamericana de Derechos Humanos) era el de emplear las técnicas usuales en entrenamiento en cortes, a partir de este caso hipotético.

Aunque Diana reconoce que al principio no tenían mucha idea de cómo enfrentarse al tema, dice que el apoyo de la Universidad, de los profesores, y el esfuerzo de ella y de su compañero fueron fundamentales para ganar el segundo lugar.

“Estudiamos e investigamos por nuestra cuenta, en vacaciones nos comunicábamos por chat a diario. También muchos docentes nos asesoraron en el tema laboral, en derecho administrativo. Lo demás requería de hacer una buena argumentación, pero hacerlo intachablemente”, dice la estudiante.

Y, pese a que muchos participantes apelaron, como es común en estos eventos, a la memoria y a recitar las frases ya consignadas en el documento de sustentación, Diana y Andrés fueron un poco más lejos.

“Nosotros memorizamos, pero también utilizamos las herramientas de argumentación. Nos metimos en el papel de defensores e investigamos el tema a fondo para tener muchos recursos e información que fue clave en la exposición”, explica.

Los estudiantes, que se enfrentaron ante un grupo de jueces en una audiencia simulada, lograron manejar los nervios, dominar la presión que ejercían los jueces, atender con determinación las preguntas y, como ellos mismos lo dicen, hablaron con propiedad y asumieron posiciones que, en la vida real, no comparten. “Pero de eso se trata, de convencer así no estemos, en el fondo, muy de acuerdo”, expresa Andrés.

Más allá de las menciones, de los reconocimientos y de los premios, lo aprendido y lo vivido fue lo mejor para estos alumnos. “Nos dimos cuenta de que esta área del derecho es muy bonita, demanda mucho compromiso con la sociedad y es muy gratificante defender a los que más lo necesitan”, concluye Diana.​​