El Departamento de Desarrollo Estudiantil es el encargado de acompañar y orientar a los estudiantes nuevos en esta etapa inicial de su vida en la Universidad.
• Cada semestre un nuevo grupo de estudiantes asume, por primera vez, la vida universitaria. Este es un periodo de transición en el que los alumnos acogen otra serie de responsabilidades y de compromisos.
• El manejo de los horarios de clase, la exigencia académica o el reconocimiento de las nuevas instalaciones físicas son algunos de los asuntos que se presentan los primeros días.
En los primeros días de clase, Johan Hestiven García Gómez tuvo algunos inconvenientes con el usuario y contraseña de su correo institucional. El alumno, de primer semestre de Administración de Negocios, no sabía qué hacer. Sin embargo, algunos compañeros y un integrante del grupo estudiantil Tutores le indicaron a dónde dirigirse y cómo solucionar su problema.
Y es que el reconocimiento del campus y de algunos de los servicios que ofrece la Institución es una de las situaciones que enfrentan los llamados “primíparos” en su proceso de adaptación a la vida universitaria.
“Uno llega de un colegio donde conoce a los profesores, compañeros, así como las instalaciones y los procedimientos, y se encuentra con un nuevo lugar, que tiene otro ambiente y otras dinámicas. Es algo difícil al comienzo, pero con tiempo se puede superar”, afirma el estudiante.
Para Sara Moreno Osorio, psicóloga del Departamento de Desarrollo Estudiantil, adscrito a la Dirección de Desarrollo Humano-Bienestar Universitario, el caso de Johan se presenta, en otros alumnos, cada seis meses con el inicio de un nuevo semestre académico.
Según la profesional, este es un proceso de transición muy importante en el que se requiere de la actitud estudiante.
“Los ‘primíparos’ son una población muy diversa. Vienen de diferentes regiones, colegios, estratos económicos, costumbres y hasta gustos musicales, lo que es muy positivo para su formación”, explica Sara.
Según Sara, ellos cuentan con una ventaja y es que no llegan completamente desorientados, gracias a herramientas como internet, los dispositivos móviles y las nuevas tecnologías que permiten que la información les llegue.
“Otros han hecho parte de programas como la Universidad de los Niños, los cursos de idiomas, las vacaciones recreativas o vienen de colegios muy cercanos a EAFIT. Esto les permite estar más familiarizados con la Universidad”, señala.
Ese es el caso de Antonio Toro Quijano, quien tuvo la oportunidad de adelantar la materia de dibujo para la creación en la Institución, mientras todavía se encontraba cursando el último grado en el Colegio Montessori.
“EAFIT y mi colegio me ofrecieron la oportunidad de realizar una pasantía que, además de aportarme conocimientos, me permitió conocer el campus y algunos aspectos de la vida universitaria. Por eso el cambio no fue tan duro”, asegura el estudiante de primer semestre de Ingeniería Mecánica.
Antonio, sin embargo, reconoce que todavía se está adaptando frente al manejo de aspectos como la exigencia académica y los horarios de clase.
Nuevo en la U, nuevo en la ciudad
De otro lado, Michelle González López además de enfrentarse a esta nueva etapa, también tuvo que aprender a desenvolverse en una ciudad que no es la suya. Hace solo 15 días dejó su natal Montería para dedicarse a sus estudios de Ingeniería Física en EAFIT… y no ha sido tan fácil como pensaba.
“Vivir sola implica responsabilidades como administrar el dinero, levantarme temprano para cumplir con los horarios y aprender a valerme por mí misma. A eso hay que sumarle que debo seguir el ritmo de las clases y las materias por más complicadas que sean. Estoy segura de que por ahora es difícil, pero va a ser un aprendizaje muy importante”, dice.
En este sentido, para Sara Moreno, el rendimiento académico es otra de las experiencias que deben sortear los estudiantes de primer semestre, en especial, en lo referente a las opciones de evaluación y las oportunidades.
“En el colegio existen diversas formas de evaluación, hay tiempo para comprender un tema y diferentes oportunidades de recuperarse. En la universidad solo se cuenta con 16 semanas en las que hay cuatro opciones de evaluación que, en la mayoría de los casos, son exámenes”, complementa.
Ser “primíparo” tiene sus ventajas
La psicóloga del Departamento de Desarrollo Estudiantil enfatiza en que se debe partir del principio de que las instituciones de educación superior reciben a personas adultas, que responden por su asistencia a clase y que no necesitan estar bajo una constante supervisión, lo que confirma que el proceso de inserción a la universidad puede variar, dependiendo del grado de compromiso y responsabilidad de cada uno.
Para aminorar un poco los efectos que este momento de la vida puede causar en algunos alumnos, el Departamento de Desarrollo Estudiantil ofrece una serie de actividades y programas para acompañarlos durante esta transición y que incluyen, por ejemplo, una inducción para familiarizarse con el campus y algunas normas básicas de convivencia, así como un acercamiento a sus carreras específicas.
Otros beneficios a los que pueden acceder los nuevos eafitenses son la consulta académica y psicológica, la asesoría en técnicas de estudio, la orientación vocacional y los cursos de apoyo: aprender técnicas de estudio y desarrollo de la creatividad para la solución de problemas. Todos estos están enfocados en facilitar esa integración a la vida universitaria y a mejorar el rendimiento académico de esta población.