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Unas primíparas con las pilas puestas 

El 18 de julio, Oriana Arias y María Andrea Ramírez ingresaron a los pregrados en Mercadeo y Psicología, respectivamente. Ambas dicen estar satisfechas con los contenidos abordados hasta el momento.

• Desde Valencia (Venezuela) y Pereira llegaron dos estudiantes para cursar sus estudios en los dos nuevos pregrados que hacen parte de la oferta académica de EAFIT.​

• Oriana Arias y María Andrea Ramírez tienen puestas todas sus expectativas en sus carreras de Mercadeo y Psicología, respectivamente.

Oriana Daniela Arias Flórez siempre creyó que lo suyo sería la ingeniería industrial y por eso se presentó a esta carrera en las universidades de Antioquia y Nacional. A ambas instituciones pasó. Sin embargo, días antes de comenzar el semestre académico decidió evaluar sus gustos y habilidades, y descubrió que sus intereses estaban encaminados hacia otro campo.

“Cuando estaba en el colegio me había interesado en el mercadeo e incluso le ayudaba con algunas encuestas a una cuñada que trabajaba en esa área. Eso fue alimentando una vocación que decidí aprovechar”, comenta.

Oriana dejó entonces su natal Valencia (en Venezuela) para buscar en otro país una opción de educación superior. Y, precisamente, uno de sus tíos, que se había radicado en Medellín, le ofreció la posibilidad de venir a realizar sus estudios universitarios. La venezolana no lo pensó dos veces y aceptó la propuesta.

Por otra parte, desde que estaba cursando su bachillerato en el Liceo Taller San Miguel, de Pereira, María Andrea Ramírez Tobón se dio cuenta de que quería encontrar una manera lógica de entender todas las cosas.

¿Por qué la gente pensaba tan diferente? y ¿cómo reaccionaban ante diversos sucesos que afectaban sus vidas? Eran dos preguntas que con frecuencia se le cruzaban por la cabeza. Eso, sumado a su habilidad para escuchar a los demás y el trabajo que realizaba como voluntaria ayudando a víctimas del desplazamiento en Colombia, le había generado cierta inclinación hacia el programa que eligió.

“Mi hermana mayor estudia Administración de Negocios en EAFIT. Ya había tenido la posibilidad de conocer la Universidad, recorrer sus instalaciones y asistir a algunos de sus eventos. Cuando supe que abrirían un pregrado en Psicología decidí que era aquí donde quería estudiar”, recuerda la eafitense.

Entonces, el pasado 18 de julio, Oriana y María Andrea comenzaron sus pregrados en Mercadeo y Psicología, dos nuevos programas que, desde el segundo semestre de 2011, hacen parte de la oferta académica de EAFIT. Ambas aseguran estar muy contentas y con todas las energías concentradas en los conocimientos que están adquiriendo.

Curiosa, observadora y ávida de conocimiento

Oriana se siente a gusto con su elección, con los contenidos, los docentes, los compañeros, el ambiente universitario y, sobre todo, con la perspectiva profesional que logra vislumbrar en este pregrado.

Para ella, cada uno de los conceptos es un nuevo descubrir: “En psicología y consumo hemos abordado contenidos como el neuromarketing y la teoría de los colores, lo que sin duda me permitirá aprender a conocer la mente del consumidor”, describe con emoción.

Mientras que de la asignatura pensamiento del mercadeo piensa que es necesaria para comprender cómo inició esta ciencia, cuál ha sido su historia y evolución, y hacia dónde apunta en la actualidad.

“Otras materias como economía, matemáticas y contabilidad también son fundamentales porque nos acercan al contexto de la industria, de la oferta y demanda, de los tipos de mercados, entre otros conocimientos que podemos aplicar cuando seamos profesionales”, asegura.

Oriana también desempeña algunas funciones en el grupo estudiantil Club de Mercadeo, al que ingresó a los pocos días de comenzar su carrera. “En la inducción nos presentaron esta posibilidad de realizar actividades extracurriculares y como el Club fue el que más me llamó la atención, los fui a buscar a su oficina, me entrevistaron y quedé seleccionada”, ahora se encuentra vinculada al área de logística y protocolo.

La nueva eafitense se siente conforme con las herramientas que le ha brindado la carrera, los profesores y la Universidad, pues ahora es una persona más curiosa, observadora y dispuesta a aprender cosas nuevas.

“Espero que todo esto me sirva para alcanzar mi meta de convertirme en una gerente de ventas en el futuro”, concluye, no sin antes manifestar que en el momento se encuentra muy ansiosa y a la espera de que entren en funcionamiento los nuevos laboratorios del bloque 26 y las cámaras Gesell.

No se cambia por nadie

María Andrea comenzó a asistir a las charlas informativas de la carrera de Psicología desde mucho antes de darse el inicio de clases. Allí, se pudo percatar de que se trataba de un programa muy sólido, con profesores experimentados, contenidos de calidad y laboratorios de alta tecnología.

“Ahora que estoy en primer semestre no me cambio por nadie. Las clases son muy entretenidas, y en estas siempre se generan discusiones y debates interesantes”.

El objeto de la psicología e historia de la psicología son dos asignaturas que le han permitido conocer la evolución de su carrera desde las primeras teorías, las propuestas de diferentes académicos, los cambios y el crecimiento que ha tenido.

“Si uno no conoce a fondo lo que está estudiando, no sabrá para donde ir profesional ni laboralmente”, apunta.

La futura psicóloga también resalta la labor que desempeñan los docentes, quienes no se limitan a dictar sus clases magistrales, sino también a generar metodologías o debates que faciliten la asimilación de contenidos por parte de los estudiantes.

“Ellos siempre están pendientes del proceso de cada uno y nos facilitan material o bibliografía extra en la que podemos apoyarnos para algún aspecto específico”, explica.

Aunque apenas lleva tres meses de clase, María Andrea ya tiene claro que su vocación está orientada hacia la psicología clínica. Si bien no descarta posibilidades como el trabajo social y las poblaciones vulnerables, afirma que prefiere atender los casos personalmente, tratar directamente con cada problemática, ayudar a cambiar la vida de las personas y especialmente, trabajar con quienes sufren de autismo.

De igual manera, se siente privilegiada de vivir en un ambiente pluralista en las aulas, donde comparte con jóvenes de su edad, empleados administrativos, personas casadas y padres de familia, con las que está segura de que puede complementar y enriquecer su proceso de formación.