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Y la nota fue: ¡excelente!​

Daniela (la tercera de izquierda a derecha) abrió puertas con sus aportes a las propuestas planteadas por el equipo de trabajo de salud mental de la Secretaría de Salud de Medellín.

• Daniela Muñoz Vélez, alumna de Comunicación Social, fue reconocida, entre 76 estudiantes, como la mejor practicante de excelencia de la Alcaldía de Medellín por sus aportes al equipo de trabajo de salud mental de la Secretaría de Salud.

• Este reconocimiento, más allá de ratificar la calidad de la educación eafitense, se convierte en una experiencia que ella misma ha denominado gratificante y enriquecedora por el vínculo que logró con la comunidad.

Hablar de sustancias psicoactivas, drogadicción, intentos de suicidio y violencia sexual, entre otros temas, no es fácil. Pero en la Secretaría de Salud del municipio de Medellín es más que una necesidad, un reto, pues se trata de socializar con la comunidad las acciones que el equipo de trabajo de salud mental adelanta para que esta se apropie de las problemáticas, aprenda y tome decisiones.

Y esta tarea fue encomendada, en su práctica profesional, a Daniela Muñoz Vélez, estudiante de Comunicación Social de la Universidad, labor que desde el primero de febrero de 2011 y por todo el semestre la desafió a generar información de este equipo de trabajo, difundirlo y hacerlo visible a la comunidad medellinense.

Eso era lo que ella desde un principio quería: trabajar en el sector público, un campo al que muchos estudiantes, como ella misma dice, no se le miden por lo que implica el trabajo de campo con las comunidades y con los ciudadanos.

“Yo no quería postularme a prácticas en empresas privadas, quería trabajo de campo, salir, conocer gente, interactuar con diferentes personas y por eso esperé las convocatorias de las empresas del Estado y finalmente quedé seleccionada en la Alcaldía”, comenta.

Desde que inició su labor, a diferencia de otros practicantes, no contaba con un tutor o un jefe con su misma profesión que la guiara frente a los asuntos que en esa materia se debían atender.

“Cuando empecé, mi jefe, que es médico, me dijo: `hay que hacer visible a la ciudadanía todo lo que hacemos en esta unidad´, pero no había un lineamiento general o criterios para trabajar, ni un cómo, ni un marco de referencia”, dice Daniela.

Esta situación fue la que le permitió hacer propuestas desde cero. Con sus conocimientos propuso crear estrategias de comunicación para hablar a la comunidad de los logros y resultados que esta área de la Secretaría de Salud adelantaba.

Su énfasis en cibermedios fue uno de los insumos que le aportaron en la construcción y sostenimiento del micrositio de salud mental. De igual forma, con el tiempo las propuestas avanzaron y era común verla en ruedas de prensa, en eventos comunitarios, redactando boletines, involucrando, a través de las redes sociales, a la comunidad y asistiendo a reuniones en las que debía aportar soluciones desde la comunicación, entre otros asuntos.

“Fue un trabajo de mucha libertad y confianza. A pesar de que aprendí por muchas de mis propias iniciativas, considero que el objetivo de hacer noticia de lo que se hacía fue muy importante y más si se tiene en cuenta que la salud mental es una prioridad en estos momentos para la Secretaría y para la comunidad”.

Un mérito para EAFIT

Mostrar esos resultados y hacerlo de una manera novedosa, didáctica y proactiva fue lo que le permitió estar entre las nominadas a mejor practicante de excelencia, un reconocimiento que entrega la Alcaldía al mejor practicante (hombre y mujer), al final del semestre.

Y el 29 de julio, en la ceremonia de clausura, Daniela fue nombrada entre 76 practicantes, entre los que se encontraban cuatro estudiantes más de EAFIT (todos nominados), como la mejor practicante de excelencia del primer semestre de 2011, un logro que no solo premiaba sus esfuerzos, sino que ratificaba la calidad educativa de EAFIT.

“Desde que comencé a trabajar en la Alcaldía, cada mes hacían evaluaciones de nuestras actividades. Al final, debíamos entregar un informe general de lo que fue nuestro trabajo. Eso, sumado al concepto del tutor sobre nuestra labor, era lo que determinaba quién sería el ganador”.

Daniela piensa que el mayor regalo fue el haber conocido a muchas personas. Su ganancia, como expresa, fue más que lo aprendido en lo profesional, las relaciones que tejió y el que esa mención habla muy bien de la Universidad.

“Los estudiantes tenemos mucho que aportar a la comunidad, hay muchas cosas por hacer, es muy gratificante ver cómo lo que haces beneficia a otros. Y lo más importante antes de aceptar trabajar en este tipo de organizaciones, es estar convencidos y enamorados del sector público, ya que es trabajo por y para la gente de la ciudad”, concluye.​​