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2 de agosto de 2012

Más de 1.200 personas disfrutaron
de la Escuela de Verano

El campus eafitense y la ciudad fueron los escenarios en los que los asistentes recibieron clases. Las imágenes corresponden al curso Urbanismo social en Medellín. Ver más galerías en http://www.eafit.edu.co/escueladeverano/presentacion/Paginas/galeria-fotografica-2012.aspx

• En once cursos la Escuela de Verano reunió un total de 198 participantes. Esto sin contar los estudiantes que cursaron intersemestrales, que llegaron a los 837; y los que aprendieron idiomas, que alcanzaron los 182.

• Niños, jóvenes y adultos asistieron a las diferentes propuestas de este programa en los que se destacaron espacios como los de Urbanismo social, Derecho de las relaciones internacionales, Mi primera campaña de mercadeo y Proyecto cero.

Recorridos por la zona nororiental de Medellín, la comuna 13, el centro de la ciudad, el Parque Explora y el Jardín Botánico, así como charlas y talleres hicieron parte del curso Urbanismo social en Medellín: urbanismo, medio ambiente y sociedad, uno de los programas de mayor acogida este año en la Escuela de Verano, iniciativa que comenzó el 12 de junio y que finalizó el 31 de julio.

La buena convocatoria de este se debió, en parte, a su temática y a los diferentes formatos que se utilizaron para su desarrollo, entre los que se destacó un taller sobre los temas claves del urbanismo social que pueden ser replicables en otros contextos. Para el recuerdo de los asistentes también quedó la experiencia que se vivió con Roberto Monteverde, director del Instituto de Gestión de Ciudades de Rosario (Argentina).

Estos resultados, entonces, no son más que un ejemplo de lo que sucede este año con la Escuela de Verano y sus cursos intersemestrales, que se dictan durante la temporada de vacaciones de mitad de año, y que congregó en el campus y en la ciudad a participantes nacionales y extranjeros.

Esta iniciativa se diseñó para niños, jóvenes, estudiantes de pregrado y posgrado, y público en general. Para cada público se pensó en actividades que potenciaran las capacidades de los asistentes.
 
“Aprendí mucho, nunca pensé tener que diseñar, a mis 17 años, un mobiliario urbano, además de tener la oportunidad de conocer y de estar en la Universidad, y de apasionarme tanto por lo que realmente pienso hacer en mi futuro”, expresó Tatiana Caro Valencia, estudiante del grado once de la Escuela Normal Superior Antioqueña y quien participó en Proyecto cero, uno de los cursos que se plantearon para jóvenes.

Este utiliza una metodología de aprendizaje creativa y práctica, aprovecha experiencias y conocimientos que van de lo lúdico a lo científico, de lo tecnológico a lo social y ambiental, de lo creativo individual al trabajo en equipo, y de lo imaginativo a lo real y tangible para aquellos que quieren imaginar y crear.

La Escuela en cifras

De acuerdo con el balance de  2012, en los intersemestrales, que son los que cuentan con créditos para estudiantes de pregrado y de posgrado, se obtuvo un incremento significativo, pues se pasó de 431 participantes en 2010 y 731 en 2011, a 809 este año.

De estas clases, en las que los alumnos aprovechan las vacaciones para adelantar materias, las de mayor acogida fueron las de las ciencias básicas: matemáticas y cálculo, pero también las del Núcleo de Formación Institucional como Colombia y sus perspectivas de Desarrollo, y Ecología.

En cuanto a los cursos para niños, jóvenes y adultos, por su parte, la cifra alcanzó los 198 asistentes en los once programas. Es decir, un total de 1.217 personas disfrutaron de estos espacios académicos. “Estas cifras son el reflejo de cómo, en tan poco tiempo, se consolidó esta Escuela, que el año pasado recibió 38 estudiantes”, señaló Isabel Cristina Gómez Yepes, coordinadora de la Escuela de Verano.

De igual manera, en los programas dirigidos a otros públicos, se resaltan los de Derecho de las relaciones internacionales; Profesor virtual, en el que se fortalecieron las competencias en web 2.0. de 11 docentes de diferentes planteles educativos; y Proyecto Cero y Mi primera campaña de mercadeo, ambos pensados para estudiantes de bachillerato.

“Lo más importante es que la Universidad no se detiene, sino que todo el tiempo está en esa dinámica de ser abierta”, aseguró Isabel Cristina.

Y concluyó que, con estas iniciativas, también se quiere cumplir con la responsabilidad social de estar en un constante proceso formativo y de proyectar un turismo educativo en la ciudad, como por ejemplo el que se vivió en el curso de Urbanismo social, que se programó con el apoyo del centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam).

“Contamos con varios participantes de Monterrey (México). También hubo participantes de Argentina, Ecuador, Venezuela y Perú”, acotó Natalia Castaño Cárdenas, asistente de Urbam, curso que logró convocar a 40 personas, entre los que se encontraban 27 extranjeros y asistentes de las ciudades de Medellín, Bogotá y Cali y del municipio de Turbo, Antioquia.​​​​