Dos años, tres idiomas y un sinfín de experiencias en Asia hacen parte de la mochila con la que Mateo Jiménez Posada, estudiante de Derecho, regresó a Colombia luego de hacer su práctica en el Lejano Oriente.
Lo que inició como un viaje de idiomas terminó en una experiencia mucho más enriquecedora que perfeccionar mandarín en China.
“El primer país al que llegué fue Malasia y, de ahí, hice una parada por diferentes naciones de Asia como Vietnam, Camboya, Tailandia, Singapur... Un recorrido inolvidable”.
Más que una práctica
El viaje que Mateo emprendió fue una aventura de largos kilómetros. “Fui profesor de inglés de cerca de 1.100 niños en Shanghái. Esa enseñanza fue enriquecedora, ya que en China el aprendizaje del inglés no es tan amplio como se pueda pensar”, cuenta Mateo.
Este aprendizaje lo hizo posponer el regreso, pues “ingresé a la Taiwan National Normal University a perfeccionar el mandarín en tiempo completo. Esa era la primera intención de mi viaje a Asia”, expresa el eafitense.
Sin embargo, se presentó la oportunidad de realizar la práctica en la empresa compreloenchina.com, ubicada en la ciudad de Guangzhou, al sur de China, una compañía de importaciones en la que aprendió sobre sourcing trading y negocios, algo muy diferente a su carrera, pero que le aportó muchos conocimientos sobre este campo del saber.
La cultura, la gente, la comida y la arquitectura de las ciudades que Mateo visitó son otras de las cosas inolvidables que el eafitense se trajo tras su paso por Asia. Desde los platos exóticos hasta la tradición de iniciar una comida de negocios con tres copas de vino blanco hacen parte de los recuerdos con los que regresó del Lejano Oriente.
“Después de obtener mi grado en la Universidad, la idea es regresar a China, ya que me dejaron las puertas abiertas para volver. Esa es una cultura que me dejó muy impresionado y una oportunidad que no se puede desaprovechar”, concluye.