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Estudiantes / Opinión / 02/04/2014

¿Y el sentido de pertenencia qué?

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Las opiniones publicadas en esta sección son responsabilidad de cada columnista, y no representan necesariamente el pensamiento y la visión de la Universidad EAFIT

​Por: Orlando Rafael Julio Olave, estudiante de segundo semestre de Ingeniería de Sistemas.​

​​Cuando ingresé a EAFIT sabía que entre el gran devenir de nuevas experiencias y conocimientos que tenía por recorrer, las que sin duda alguna  habrían de causar mayor impacto sobre mí serían aquellas que estuviesen implicadas directamente con el ámbito social.

No erré, la amabilidad de todas las personas que conforman la Universidad es un factor determinante para hacerse, en instancia, por lo menos un juicio positivo del nuevo complejo académico en el que habría de invertir gran parte de mi tiempo desde ese instante.

Había empezado la que es, en boca de muchos, la época más importante de la vida, el inicio de la adultez, la materialización del proyecto de vida que alguna vez me planteé.

Después de haber pasado un semestre en la ‘U’ y de haber cursado la mitad del segundo, me doy cuenta de que fue una falla trascendental el no haber  sido, desde el principio, parte activa de las Asambleas de Carrera, evento al que hace poco tuve la posibilidad de asistir.

Seguramente este pensamiento radica en la siguiente concepción: de haberlo hecho, me hubiese logrado apropiar antes de la idea que hoy me impulsa a escribir esta nota de opinión.

Pues bien, a pesar de todos los aspectos positivos que tenemos en nuestra Universidad, hay algunos factores conflictivos que nos permiten asegurar que tenemos, todavía, asuntos por mejorar. Hoy expongo el que es, desde mi perspectiva, uno de los más delicados: la falta de sentido de pertenencia a la Institución a la que pertenecemos.

Al finalizar la última asamblea me sorprende (casi tanto como el factor amabilidad) que muchos de nosotros los estudiantes, llamados a representar con orgullo las virtudes y aprendizajes que obtenemos en EAFIT, no hayamos, si quiera, asistido a un evento de una importancia semejante.

Y no solo lo expreso por el hecho de faltar a la asamblea, sino por lo que a raíz de esto es posible concluir: y es que a muchos no nos importa los temas que se debaten allí y, por ende, no estamos interesados en hacer parte activa de la vida universitaria (porque el que crea que la vida universitaria no es más que asistir  a clase y matricular los créditos, está en un error).

También se puede deducir que no existe por parte de los estudiantes, en un porcentaje importante, el deseo de progreso, en el que un alumno expresa sus problemas y propone soluciones, con el objetivo de seguir construyendo una universidad excepcional, donde todos progresivamente trabajemos para su constante crecimiento.

Hay varios hechos que son clara evidencia de la reiterativa demostración de falta de amor por nuestra Universidad por parte de algunos de estudiantes. Para empezar, es destacable que a pesar de la reciente restauración y mejora de las bicicletas de EAFIT, ya hay algunas en mal estado, producto del mal uso que se les da. A esto hay que sumarle que muchas bicicletas permanecen parqueadas en lugares no destinados para este fin, a pesar de que son varias las carteleras que revelan la normativa a la que deben de acogerse los usuarios.

Para hacer más evidente el inminente desacato de las normas que se establecen en el campus por parte de algunos de nosotros, expongo algunos acontecimientos que he divisado y que me permiten elaborar un triste juicio: hay una tendencia negativa (reflejada en varios aspectos) que compromete el bienestar general de los estudiantes en el campus, por ejemplo, el usar como pertenencia propia las mesas de tenis de mesa dispuestas en el coliseo de baloncesto en tiempos no estipulados (utilizar éstos espacios con raquetas y pelota propias no está permitido hasta después de las seis de la tarde).

Otros asuntos son el uso de las zonas de alimentación como lugares de estudio en horas de almuerzo, consumir alimentos tanto en aulas como en salas de estudio (como las de la biblioteca), el uso de  espacios indebidos para colocar carteles o panfletos (paredes y columnas de los bloques 33, 34, 35). Estas son algunas manifestaciones de ese estado de desacato al que me refiero.

No menos grave, es el hecho de que algunos de nosotros  hayamos optado por empañar el ambiente limpio de la Universidad arrojando las colillas de cigarrillo en zonas no idóneas (la plazoleta de Los Pimientos, los alrededores del pasillo Junín) aun cuando se disponen de lugares suficientes destinados para este fin.

Todas estas conductas nos permiten afirmar que existe una pequeña pero creciente actitud deplorable, que a pesar de los esfuerzos de EAFIT, continúa creciendo y que nos convoca a nosotros mismos, los estudiantes, a ser responsables de acabarla. 

Que el buen ejemplo del que me valí yo para comprender que en esta Institución el buen trato y la solidaridad son valores innatos del eafitense, sea la herramienta por medio de la que logremos restaurar, en nuestros compañeros, el amor que hemos de sentir por esta… nuestra Universidad.

Última modificación: 04/02/2015 17:23

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