Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
Inicio de sesión
Universidad EAFIT
Carrera 49 # 7 sur -50 Medellín Antioquia Colombia
Carrera 12 # 96-23, oficina 304 Bogotá Cundinamarca Colombia
(57)(4) 2619500 contacto@eafit.edu.co
EAFITCanal de EstudiantesCanal de Estudiantes / NoticiasCanal de Estudiantes / NoticiasOpinión / Primavera no es un carro solar, es un símbolo

​Noticias / Opinión

25 de noviembre de 2012

Las opiniones publicadas en esta sección son responsabilidad de cada columnista, y no representan necesariamente el pensamiento y la visión de la Universidad EAFIT.
Primavera no es un carro solar, es un símbolo

Por: Andrés Arias Rosales, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería de Diseño de Producto.

 
Este fue el discurso que Andrés, en nombre de sus compañeros, ofreció en el homenaje que la Institución y EPM hicieron a los integrantes del proyecto Primavera, el 20 de noviembre.

Hace pocos meses estábamos todos trabajando arduamente en los talleres de EAFIT. El tiempo para mandar a Primavera a Australia se acababa y la moral empezaba a flaquear. ¿Si nos irá a dar el tiempo?, ¿si vamos a poder terminar? Trabajábamos día y noche, y algunos tuvimos que despedirnos de la casa, prácticamente, pero, aun así, las tareas pendientes parecían una meta casi inalcanzable.

De pronto, todo cambió. Era un martes a eso de las 2:00 a.m. y había más de 20 personas del equipo trabajando en los talleres. Teníamos que voltear un molde que parecía llegar a la tonelada en peso y nos dispusimos todos los presentes a una tarea que parecía imposible viendo que solo contábamos con la ayuda de un polipasto.

Manos a la obra, todos poniendo lo que quedaba de nuestras fuerzas siempre juntos, y un fuego cruzado de órdenes de coordinación. Hubo un momento de incertidumbre, incluso de miedo, pero cuando lo logramos voltear hubo gritos de triunfo y un sentimiento profundo de equipo. En ese momento supimos que teníamos un equipo grande, un equipo capaz de superar retos y, de ahí en adelante, no habría imposibles para Primavera.
 
Desde antes de entrar a este proyecto se nos advirtió que íbamos a tener que darlo todo de nosotros mismos, que íbamos a tener que trasnochar y que entrar al proyecto implicaba grandes sacrificios y riesgos. La verdad es que no fue fácil.

Era mucha presión y estrés. En Australia el calor superaba los 40 grados en ocasiones. Había nubes de mosquitos cuyo único motivo era meterse en nuestros ojos y boca, peligros en la carretera como varios pequeños tornados que presenciamos, canguros que se atravesaban en la vía en cualquier momento y era atemorizante enterarse de los accidentes que tuvieron personas de los otros equipos.

Sin embargo, los riesgos y los sacrificios resultan insignificantes cuando se encuentran con los logros personales, profesionales y académicos que supuso Primavera. Ir al otro lado del mundo a  representar un país entero con el primer vehículo solar de Colombia, codo a codo con equipos de las más renombradas universidades, fue sin duda la aventura de nuestras vidas.

Creo que nunca olvidaremos las acampadas en el desierto en mitad de la nada, el basto cielo de la noche australiana colmada de estrellas, el tener la oportunidad de hablar en persona con ingenieros de todo el mundo, las risas que compartimos y todos los momentos oscuros que superamos juntos.

Pero hubo un momento en especial que indudablemente me marcó y fue probablemente el momento más feliz de mi vida y fue cuando a través de un mar de incertidumbres logramos llegar a Adelaide faltando apenas unos minutos para que se cerrara el punto de control final.

La euforia llegó acompañada de ese amarillo, ese azul y ese rojo ondeando con los gritos de Colombia como música de fondo. Meses e incluso años de trabajo convergieron en ese momento en el que el tiempo se deshizo y todo era felicidad.

Los días vienen y se van, pero los momentos perduran por siempre disfrazados de recuerdos.

En el transcurso del proyecto no faltaron escépticos y varias veces oímos comentarios de “¿por qué hacer un carro solar, eso de qué le sirve a la gente si es solo para una competición?”

Fueron muchos los que cuestionaban por qué ir a la luna, a lo que respondió Kennedy: “Escogimos ir a la Luna en esta década, no porque sea fácil, sino porque es difícil, porque esta meta nos ayudará a organizar y medir lo mejor de nuestras energías y habilidades, porque este reto es uno que estamos dispuestos a aceptar, uno que no estamos dispuestos a posponer y uno que pretendemos ganar”.

El director de Solar Impulse, el primer avión solar que le dará la vuelta al mundo, solía mostrar una foto del avión y decir: “Esto no es un avión, esto es un símbolo”.

De la misma manera veo a Primavera, un símbolo de lo que es capaz de hacer un colombiano con pasión en su mente, un símbolo de que ya es tiempo de apostarle al desarrollo sostenible del país y que se acabó el paradigma de “ah claro, no ve que eso lo hicieron en Alemania”, o “Ah no es que para eso hay que estar en Estados Unidos”.