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Innovación y desarrollo tecnológico Skip Navigation Linksinnovacion-competitividad Innovación estancada: Colombia tiene un rezago que frena su competitividad

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EDICIÓN Nº 1 / Abril

Artículo

Innovación esta​ncada: Colombia tiene un rezago que frena su competitividad​


Los análisis internacionales de los últimos años revelan que Colombia no ha logrado avances significativos en productividad e innovación, aspectos fundamentales para competir con otros países y sociedades. Los retos se encuentran en áreas como la generación de conocimiento y productos creativos, así como el desarrollo de capital humano.​​​​

 


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Actualmente, Colombia enfrenta una situación inquietante en términos de innovación y competitividad. Para incidir en este panorama desde los diferentes actores de la sociedad, es crucial conocer las perspectivas internacionales y los análisis de expertos sobre las causas de este estancamiento en áreas que representan pilares vitales para el progreso económico y social de un territorio, así como las posibles rutas a seguir.​

La pobreza y la baja generación de ingresos están estrechamente relacionadas con la capacidad de competir con otros países, un asunto que solo se puede fortalecer mediante la innovación. El ingreso medio colombiano es de aproximadamente 6.000 dólares, pero se afirma que una nación es desarrollada si alcanza los 30.000 dólares. Para ilustrar la brecha, Estados Unidos tiene un ingreso medio de 78.000 dólares, por lo que el reto para Colombia es grande, pero ¿cuál es la situación actual?​

Cada año, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual mide el pulso a la innovación de 132 países mediante 80 indicadores. Los resultados se presentan en el informe del Global Innovation Index, el cual, en los últimos cinco años, ha mostrado que Colombia ha experimentado un deterioro en su desempeño general, aumentando la distancia que lo separa de los líderes en innovación.​​

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​​​​La capacidad de innovar ha sido la principal fuente de riqueza de las sociedades en los últimos 200 años. En Colombia, cerca del 38 % de la población vive por debajo de la línea de pobreza. La innovación y la competitividad representan los medios para conseguir el bienestar de las personas, ya que, ​si una sociedad es capaz de transformar su conocimiento en soluciones, podrá competir con otros y participar en el mercado global.​​

“Preocupante” es la palabra que utiliza Germán Tabares Pozos, coordinador del área de Inteligencia en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTeI) de EAFIT, al volver sobre las últimas mediciones, en las que no encuentra variaciones significativas ni positivas para el país, además, señala algunas causas de dicho estancamiento: “Colombia tiene un rezago importante en lo que corresponde a la infraestructura del transporte de bienes y servicios, la generación de conocimiento, la capacidad de nuestro aparato productivo para cooperar y para poder enlazarse con los sectores de la academia”, afirma.​

De las dimensiones evaluadas por este índice, las áreas más críticas para el país son la generación de conocimiento (publicaciones, patentes e inversión en investigación y desarrollo) y de productos creativos, así como el capital humano. Aunque la calidad de las instituciones es la dimensión mejor valorada, ha mostrado un rápido deterioro durante los últimos tres años.


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Ante este escenario, Camilo García Duque, director de Innovación y Desarrollo Tecnológico de EAFIT, enfatiza que “la mayor parte del tejido productivo colombiano no es innovador en nuevos bienes o servicios”, lo que sitúa al país lejos de los líderes en este ámbito. Asimismo, señala la importancia de revisar, desde las entidades competentes, cómo el sistema legal y de seguridad jurídica también facilitan la ejecución de actividades más innovadoras.​

Para superar estos retos como país, el directivo subraya la necesidad de adoptar una visión a largo plazo en las inversiones destinadas a ciencia, tecnología e innovación, apoyadas por apuestas claras e intencionadas en estos campos a nivel nacional. La falta de proyección ha ocasionado que no haya concreción en acciones puntuales e instrumentos de política pública que las respalden:

“MinCiencias sigue operando bajo un esquema de convocatorias públicas con unas bolsas de recursos muy pequeñas, y unas declaraciones todavía amplias y vagas, que no proporcionan al mercado las señales necesarias a mediano y largo plazo para apalancar las actividades de investigación y desarrollo que el país necesita”, expresa García.

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Según sugieren los expertos, un camino para fortalecer la competitividad es la implementación de la compra pública de innovación. Esto implica que las entidades del Estado destinen una parte de su gasto a este fin, promoviendo procesos de investigación y desarrollo. Igualmente, la educación, mediante una formación más sólida de capital humano y un mejor entrenamiento para el trabajo, junto con la mejora de la infraestructura institucional y la capacidad de generar conocimientos, pueden eventualmente mejorar las condiciones de vida de las personas.​


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Innovación y competitividad: pilares del desarrollo sostenible

En Colombia se producen aproximadamente 750.000 barriles de petróleo al día, ante el agotamiento de este recurso, surge la pregunta ¿cómo se va a reemplazar? Esta cuestión desafía al modelo económico actual en términos de sus métodos de producción, y pone a prueba la capacidad de innovación y competitividad en relación con el desarrollo sostenible.​

Sin las tecnologías y los mercados que permitan la transición hacia fuentes de energía renovables y sostenibles, será imposible abandonar las industrias tradicionales. Como menciona Tabares, "Si en algún momento la innovación era importante en el mundo, en estos momentos lo es aún más". Destaca que los consumidores y las sociedades están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de los productos que consumen, por lo tanto, solo aquellas empresas que adopten una visión orientada hacia el futuro serán exitosas y permanecerán en el mercado.

Procesos de economía circular, eficiencia energética y el uso de fuentes renovables como el viento, el sol, la biomasa vegetal o el hidrógeno verde, son algunas de las opciones que podrían convertirse en negocios efectivos y materializarse en productos e innovaciones de impacto. Transitar hacia una economía más sostenible para el futuro implica poner al servicio común las capacidades de cada actor de la sociedad: universidades, empresas, Estado y sociedad civil.​

​​​​La innovación y la competitividad son las piezas clave para desbloquear el potencial eco​nómico y social del país. Es el momento de tomar decisiones audaces y estratégicas, que, en el marco del trabajo colaborativo, puedan posicionar al país como un líder a nivel internacional.​​

El papel de la Universidad

Además de su función articuladora, las universidades representan entidades donde reside una enorme capacidad de conocimiento con potenciales aplicaciones para el mercado, lo que requiere una vinculación directa con los ecosistemas públicos y privados para encontrar soluciones a partir de la ciencia, tecnología e innovación. ​

“Hablando específicamente de EAFIT, su vocación es resolver problemas reales de la sociedad. La Universidad tiene un rol crucial como agente y gestor del cambio para solucionar los grandes retos para mejorar la productividad, competitividad, adopción, adaptación y desarrollo tecnológico. Asimismo, en términos de transición hacia modelos productivos más limpios y sostenibles, como, por supuesto, en el desarrollo del capital humano que requiere la sociedad”, afirma García.

Uno de los proyectos integradores que EAFIT ha puesto en marcha es el Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (SIATA), una propuesta de ciencia, tecnología e innovación del área Metropolitana del Valle de Aburrá, que representa un ejemplo notable de colaboración multisectorial. Este proyecto beneficia a más de 2.9 millones de habitantes y aporta significativamente a la gestión de la sostenibilidad mediante la integración de redes de monitoreo ambiental y el avance en alertas tempranas, donde la apropiación social y la participación ciudadana son componentes importantes.


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SIATA es un claro ejemplo de cómo la integración de diferentes sectores puede catalizar la innovación y la competitividad. La unión de conocimientos académicos, recursos y políticas públicas y participación ciudadana ha permitido desarrollar soluciones tecnológicas avanzadas y efectivas. Este tipo de sinergias es esencial para impulsar un cambio significativo y sostenible en la sociedad, demostrando que cuando se trabaja conjuntamente, los resultados pueden superar las expectativas más optimistas.

El éxito de estos proyectos resalta la importancia de la colaboración multidisciplinaria para el progreso de Colombia en el escenario global. La creatividad, la innovación y la competitividad, fortalecidas por este enfoque integrador, no solo posicionan al país en la vanguardia de la solución de problemas contemporáneos, sino que también trazan el camino hacia un futuro más próspero y sostenible. En este sentido, Colombia no solo se enfrenta a sus desafíos, sino que los convierte en oportunidades para destacar en el panorama internacional, estableciendo un modelo a seguir en la búsqueda de un desarrollo armónico y efectivo.​​

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Innovación estancada: Colombia tiene un rezago que frena su competitividad