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EAFITNexosEdiciones¿Se echará todo a perder?

¿Se echará todo a perder?

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Sara Gálvez Mejía

sgalvezm@eafit.edu.co


En el corazón del área metropolitana se encuentra una de las joyas históricas de Envigado: allí donde empieza a limitar con Medellín, está ubicada la Otraparte de Fernando Gónzalez. Este baluarte de la cultura pretende dar continuidad a la autonomía del pensar y la inquietud intelectual que el filósofo promovió durante toda su vida. Tras años de influencias, de ser la piedra en el zapato para los jesuitas, quienes incluso llegaron –bajo pecado mortal–a prohibir la lectura de sus libros. Fernando durmió como un hermafrodita en España e Italia y después de algunos viajes y otras presencias se sentó con unos cuantos ahorros y a sus 45 años resolvió comprar la emblemática casa. 

En principio la llamó La Huerta del Alemán, en honor al anterior habitante del lugar, pero en 1959 decidió darle un nuevo nombre. Eligió Otraparte; después de una temporada en la que vivió una sensación de inquietud por salir de Colombia e irse a otra parte, quedándose definitivamente en Envigado. Esta casa hoy en día se encuentra a punto de cerrar sus puertas por problemas financieros resultantes del deterioro de las relaciones entre la Corporación que la administra y la Alcaldía de Envigado, propietaria de la misma.

En 1984,  veinte años después de la muerte de Fernando González, la Alcaldía de Envigado adquirió la casa del maestro, transferida por sus herederos, quienes siempre manifestaron su intención de que fuera conservada y usada para promover la cultura por medio de la obra de su padre. Así las cosas, la alcaldía realizó las restauraciones y ​adecuaciones pertinentes y en 1987 se abrieron las puertas de la Casa Museo Fernando González, pero en el año 2000 el municipio de Envigado decidió usar la casa como sede del proyecto llamado Ciudad Educadora, que tenía una intención más urbana y de desarrollo social, mientras la función de promover la filosofía, la literatura, la cultura y el trabajo del brujo de Otraparte, quedó relegada a un segundo plano. 

Es por esto que en el año 2002, Simón y Fernando, hijos del maestro, decidieron tomar las riendas del asunto y fundar la Corporación Otraparte, persona jurídica que tomó la administración del museo por medio de un contrato de comodato. Desde entonces, la Corporación ha sacado adelante el proyecto cultural y se han cumplido los deseos de los herederos del filósofo, sirviendo como un escenario para el arte, la memoria, la historia y la literatura. Es el lugar propicio para estudiar la obra del filósofo y percibir su presencia. 

El museo, declarado bien de interés público y cultural de la Nación en 2006,  tiene dos fuentes de ingresos en las cuales se sustenta. La primera son las ganancias que recibe del café que opera en sus instalaciones. La segunda, que constituye el grueso de su financiación y, por tanto, la más importante, es el convenio cultural que año tras año se ha venido firmando con el municipio de Envigado. 


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    Sin embargo, el 2021 ha puesto en apuros a Otraparte, pues a la fecha en que se escribe esta editorial el municipio de Envigado se ha negado a firmar el mencionado convenio y el pasado mes de mayo el alcalde anunció que tienen intenciones de retomar el manejo del museo. Esto significa que durante los casi seis meses que han corrido del año, la Corporación ha sostenido la Casa Museo sin los recursos del municipio. Por eso, recientemente anunciaron por vía de sus redes sociales que se encuentran en riesgo de cerrar sus puertas. Parece que se están cumpliendo las palabras casi proféticas de nuestro ex rector Juan Luis Mejía Arango, quien escribió en 1981, cuando Otraparte estaba a punto de desaparecer engullida por el acelerado crecimiento urbano de Envigado: “En “Otraparte" murió Fernando González hace diez y seis años. Su presencia se conservaba en la casa, en los árboles que plantó, en los animales que la habitaron. Muy pronto todo esto desaparecerá. Martel, el perro, decidió marcharse desde el otro día. Adiós, Otraparte."

    Al conversar con una persona cercana a la Corporación, nos enteramos de que esta reticencia no es nueva, pues en realidad, la manifestación oficial que se hizo presente en mayo por parte de la alcaldía fue más una confirmación que una sorpresa; ya varios años atrás venían generándose trabas en la relación entre la Corporación y la alcaldía, levantando sospechas que hoy conocemos como ciertas. Es así como la alcaldía pretende aprovecharse de la excelente gestión de la Corporación, quien es la responsable de haber levantado a Otraparte en lo que es actualmente, gracias a su decidido empeño en no dejar morir el legado del Maestro. Tras más de diecinueve años de éxito, la alcaldía persigue sus propios intereses al apartar a la Corporación, la cual ha creado un espacio de educación y cultura abierto para la comunidad. 

    Es importante entonces que este espacio no se politice en manos de la Alcaldía de Envigado para que no se repita la historia del año 2000, cuando en pro de establecer otros proyectos políticos, la función cultural de Otraparte quedó desplazada. La Corporación ha logrado que la voluntad de los herederos del maestro no se pierda, logrando exitosamente abrir espacios para promover el arte, el cine, la literatura y la música, alcanzando la expansión y el crecimiento de la Casa Museo. La alcaldía, en lugar de venir como buitre a construir –o destruir– sobre el arduo trabajo ajeno, debe continuar con esta valiosa alianza entre lo público y lo privado, de modo que los envigadeños no pierdan nuevamente a Otraparte. 

    El 8 de junio se reunieron la Corporación y la Alcaldía, llegando a la conclusión de permitir que la primera continúe manejando la Casa Museo, pero aún falta legalizar y firmar el convenio. La alcaldía se defiende, cambiando la narrativa y manifestando públicamente a través de twitter su apoyo a la Corporación y su intención de seguir trabajando en conjunto por la misión de llevar cultura a la gente de Envigado en la Casa Museo ¿Es posible que las tensiones desaparezcan?¿Se echará a perder el trabajo de diecinueve años? Esto es algo que aún está por verse, pero lo que está seguro es que la Corporación ha demostrado que sabe cómo mantener con vida el legado y obra del Brujo de Otraparte.​​