Son preguntas sobre el futuro del Valle de Aburrá, sobre qué pasaría, por ejemplo, con el aumento del parque automotor, con el crecimiento de las viviendas, con las características de la población o con la disponibilidad de agua potable. Son cuestiones a las que EAFIT y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá pretenden adelantarse con la puesta en marcha de un instrumento que será útil en la planeación de la región, y que fue presentado este jueves 7 de junio.
Se trata de la herramienta DensUrbam, desarrollada desde el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de EAFIT, que permite medir la carga ambiental de las ciudades y simular futuros escenarios de ocupación y estudiar la capacidad de crecimiento del Valle, gracias al convenio firmado con el Área Metropolitana, autoridad que reúne a los diez municipios de la región.
Los alcances de esta herramienta fueron muy bien valorados por Eugenio Prieto Soto, director del Área Metropolitana, porque permitirá hacer modelos y aportar elementos de suma importancia para la creación de los planes de ordenamiento territoriales de los municipios y de la región. “Esto va a complementar los POT de los diez municipios, respetando la autonomía. Ayudará a complementar criterios en la toma de decisiones a los concejos municipales, a los alcaldes, a los empresarios, a la academia, a organizaciones sociales y a la ciudadanía en general. Les estamos entregando un instrumento que va a ser útil para hacer control social y para que hagamos acuerdos de sociedad sobre hacia dónde vamos”, expresó el director.
Este modelo de análisis creado por investigadores de la Universidad permite proyectar los sistemas urbanos y rurales desde diversos factores como el manejo de los recursos hídricos, los residuos y la movilidad, e identifica variables demográficas y económicas. Al mismo tiempo mide las capacidades de carga ecológicas de cada territorio, esto quiere decir, la disponibilidad de recursos naturales y su consumo de acuerdo con los usos y formas de ocupación.
“Si estamos hablando de un modelo de ocupación centralizado hacia al rio, respetar las laderas para poder tener un cinturón verde metropolitano, esta herramienta nos puede dar insumos importantes para identificar el espacio público y cómo orientar bien las obligaciones urbanísticas. Tenemos algo muy claro, vamos a ser 1.8 millones de personas más al año 2050. Tenemos que empezar desde ya a pensar cómo vamos a ocupar este territorio”, dijo Víctor Hugo Piedrahita, subsecretario de Planeación del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.
El estudio que se adelanta con esta herramienta -el primer ejercicio de este tipo que se hace a escala metropolitana en el país- se llama Capacidades de soporte urbano-ambientales para el Valle de Aburrá y presentará resultados finales de la primera fase en septiembre de 2018.
“No se puede planear el territorio sino se comprende bien cuáles son las capacidades del territorio en función de lo que ofrece y necesita. Este proceso permite identificar el tamaño de nuestras necesidades actuales y futuras. Además, en Colombia, la Constitución y las leyes asociadas al ordenamiento ambiental territorial establecen la necesidad de conocer las actividades de soporte para poder hacer planeaciones”, manifestó Óscar Mejía Rivera, eafitense que se encarga de dirigir el estudio.
Otras funciones del estudio
Estas herramientas resultan útiles para resolver, apuntaron los investigadores, asuntos como el déficit de espacio público, que continua siendo alto en los distintos municipios. Mientras que los estándares internacionales fijados por la Organización Mundial de la Salud hablan de un ideal de 15 metros cuadrados de espacio público por habitante, en ciudades como Medellín el índice no supera los 3.7 metros cuadrados por ciudadano.
“Los modelos urbanos más contemporáneos con enfoque de sostenibilidad vienen guiados por el mayor aprovechamiento y eficiencia en el uso del suelo como recurso finito. Por eso se plantea como un reto, ante la demanda de suelo urbano, los modelos compactos que se entienden como una relación equilibrada entre la cantidad de personas que viven y la oferta del espacio público, el ambiente, los árboles, la movilidad”, expresó la arquitecta Viviana Patiño, coordinadora del estudio en Áburra-Centro.
Los resultados de este análisis también servirán para revisar de manera objetiva los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) que están operando y fijar los límites del crecimiento urbano puesto que, según la a ONU, actualmente el 55 por ciento de la población mundial se concentra en las ciudades.
“Hemos hecho un primer análisis de cómo ha sido la evolución de las capacidades y la población en el Valle de Aburra desde los primeros datos poblacionales que tenemos. Hemos identificado unas variables en el tiempo, por ejemplo, cómo hemos crecido en capacidad de infraestructura con relación a dónde adquirimos el agua potable. Cómo han sido las dinámicas de transformación que nos han permitido ser hoy un área metropolitana con 3 millones 700 mil habitantes y que eso también implica unas necesidades y demandas a nivel regional desde lo ambiental”, dijo la arquitecta Natalia Castaño, coordinadora del estudio en Aburrá-Norte.
Fuente: Agencia de noticias Universidad EAFIT