A Colombia no solo la enlazan sus montañas tapizadas en diferentes tonos de verde sobre las que pasean el ganado o se cultiva el café, el cacao, el caucho o el algodón, ni sus ríos zigzagueantes que recorren como venas, en diferentes direcciones, la extensa geografía que la contiene; a ella también la ensamblan las palabras: educación, política, justicia, corrupción, cultura, salud, medio ambiente, igualdad, entre muchas más.
Así se demostró en Tenemos que hablar, una plataforma de diálogo ciudadano que anhela construir una hoja de ruta compartida para incidir en el futuro del país. En esta gran conversación, una polifonía de voces de varias regiones del país — el Caribe, el Pacífico, la Amazonía, los Llanos Orientales, el Eje Cafetero y Antioquia— se encontraron para abordar los temas que los colombianos deberían cambiar, mejorar y mantener.
Con la tutosoma sobre su cabeza y la vestimenta típica de los indígenas arhuacos, Danilo Villafañe se sienta a conversar con Mariana, David, Luz Estella, José Esteban, entre otros, sobre Colombia y su futuro. Lo que ellos esperan. «Yo estoy convencido en la importancia de este espacio», expresó Danilo y en esa afirmación concuerda con José Esteban Rojas, que considera que es el momento de escucharnos, de saber qué sentimos, de exponer los puntos de vista propios y escuchar el de los demás, en un diálogo que aporte soluciones.
Y en esa revisión temas que le interesan a los colombianos, es un buen momento para avanzar, en ese sentido EAFIT acompaña, por ejemplo, la transformación de una institución que es vital en el día a día de la nación, una entidad que, con su rigor y disciplina, está dispuesta a mirarse y buscar rutas, en dar un paso al frente: la Policía Nacional. Un proceso de cambio y reestructuración que inició en un momento significativo de la historia que se está escribiendo, y en ese escenario, la academia es un punto de referencia para aporta lucidez, contenido y buenas prácticas.
Este país es la suma de las acciones de los hombres, mujeres e instituciones que la han soñado y habitado incluso antes de ser ella misma una nación independiente. Revisar el pasado con la mirada apasionada y con disposición al aprendizaje nos ayuda a entender lo que somos, lo que hemos construido y lo que podríamos ser en el futuro.
Un grupo de niños y niñas indígenas del pueblo Zenú, ubicados en el corregimiento El Pando en Caucasia, recorren sus tierras con sus botas pantaneras y sombrero vueltiao, buscando a esos personajes de su comunidad que tienen un saber para documentar. Cuando muere el último hablante de una cultura, muere también una cosmogonía, una forma de pensamiento, es por eso que estos «Guardianes de historias» aprenden sobre la creación de narrativas a partir de la exploración de su paisaje.
Estos niños zenúes, que van con sus micrófonos, cámaras y audífonos, documentando la vida de su comunidad para dejar un testimonio de su existencia, participan del programa Universidad de los Niños EAFIT, que busca despertar y fortalecer la curiosidad y el gozo intelectual de este nicho específico, como una siembra para el futuro.
En 2021 participaron de este proyecto 659 niños y niñas. 659 visiones del país. 659 voces innovadoras. 659 futuros administradores, investigadores, científicos, comunicadores, abogados y un etcétera que abarca 659 personas que van a derribar fronteras, generar bienestar y hacer más extensa y rica a Colombia, al mundo y sus oportunidades.