Investigadores pasan el aire que respiramos por el filtro de la ciencia

Marzo 15, 2024

Ese es uno de los objetivos del programa 4DAir, desarrollado por las universidades EAFIT, del Valle, Nacional y La Salle, con financiamiento de MinCiencias, en el que se busca comprender de manera amplia la contaminación atmosférica en Medellín, Bogotá y Cali. 

A través de este proyecto se han creado instrumentos para medir la contaminación atmosférica y conocer la composición del material particulado presente en el aire. La propuesta busca entender cómo se mueven los contaminantes y realizar pronósticos más precisos.  

La calidad del aire vuelve a ser el centro de atención en marzo, cuando la conjunción de eventos atmosféricos impide que la contaminación salga del Valle de Aburrá. Con la intención de encontrar soluciones a esta problemática que aqueja a distintos centros urbanos del país, y de ofrecer evidencia científica para la toma de decisiones, surgió el programa 4DAir, una iniciativa financiada por MinCiencias en la que participan las universidades EAFIT, del Valle, Nacional y La Salle.  

Estimación de la polución urbana mediante el uso de mediciones y asimilación de datos en superficie, in situ y de detección remota (4DAir-MOLIS) es el nombre de esta propuesta, que busca ofrecer información relevante a partir de tres proyectos de investigación enfocados en: desarrollo de instrumentos de medición; caracterización morfológica y química de material particulado, y análisis de modelos matemáticos de meteorología.  

Según Elena Montilla Rosero, directora del programa y profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, en el primer proyecto se han creado instrumentos de medición de material particulado y gases en la atmósfera en dos formatos: in situ, ubicados a nivel de la superficie, y de detección remota, capaces de abarcar grandes volúmenes de información, como el sistema Lidar, que utiliza luz láser para medir a partir de los cien metros sobre el nivel de la superficie, con la gran ventaja de poder mover el láser en distintas direcciones. 

Ambos instrumentos tienen el sello de la Universidad, ya que con el apoyo de la spin-off eafitense SimpleSpace se desarrollaron las microestaciones in situ, mientras que el sistema Lidar fue producto del trabajo de Manuela Hoyos Restrepo, graduada de EAFIT y estudiante de doctorado en la Agencia Espacial Francesa, y la profesora Elena. Desde el año pasado han podido utilizar los instrumentos en campañas de mediciones en Bogotá, Cali y Medellín, buscando comprender, entre otras preguntas, hacia dónde va la contaminación en horarios que normalmente no se analizan.  

“Por ahora, estamos mirando todo el volumen de aire dentro del Valle de Aburrá para saber de forma amplia desde dónde viene y hacia dónde se está moviendo la contaminación, porque no es solamente cómo se afecta el Valle, sino también cómo se afectan los ecosistemas aledaños y su biodiversidad”, expresa la directora del programa, agregando que con esta información se podrán tomar medidas más pertinentes y complementar los datos que presenta actualmente la red del Sistema de Alerta Temprana de Medellín y el Valle de Aburrá (Siata). 

De este primer proyecto, es importante resaltar la colaboración reciente entre EAFIT y la Universidad del Valle para el desarrollo de un sistema de detección remota llamado DOAS, del que se espera que aporte información relevante para la medición de gases contaminantes, como el dióxido de nitrógeno.   

En el segundo proyecto, se propuso determinar de qué está compuesto el material particulado, para eso, se diseñó un sistema inteligente capaz de establecer la composición química y morfológica de las partículas contaminantes, algo que anteriormente era un proceso costoso. Saber esta información permitirá identificar cuáles son las fuentes y enfocar esfuerzos en la mitigación de cierto tipo de actividades en el corto y mediano plazo.  

Finalmente, el tercer proyecto se centra en modelos matemáticos para describir los procesos en la atmósfera, determinar fuentes y predecir comportamientos: “Logramos acoplar un modelo de meteorología con modelos de química”, dice Olga Lucía Quintero Montoya, investigadora y profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, quien también ha hecho parte de este programa. Además, resalta que con la incorporación de las mediciones del primer proyecto se mejorará la capacidad de estos modelos.  

El programa 4DAir presentará próximamente los resultados de sus análisis, sin embargo, destacan que con esta iniciativa se ha logrado generar una metodología de trabajo con independencia tecnológica, y que se complementa muy bien con los resultados del programa Exposure to Pollutants Regional Research (ExPoR2), en el que se conocieron los efectos adversos para la salud que produce la exposición al material particulado presente en el aire del Valle de Aburrá, y que derivó en la spin-off Bottom, dedicada a fabricar filtros de nanofibras para mascarillas e industrias.  

Entablar diálogos con tomadores de decisión y especialistas en calidad de aire es uno de los próximos retos que tiene el equipo del programa. La profesora Elena concluye que uno de los propósitos es “poder presentar las herramientas desarrollas y que ponemos a disposición de la comunidad y de las autoridades competentes para que podamos hacer un trabajo futuro con estas nuevas herramientas, que hasta ahora no estaban disponibles tanto en Medellín y Cali, e incluso en Bogotá”.  

Vivir de manera inteligente  

Si bien las emisiones de las industrias contribuyen significativamente a la mala calidad del aire, estas ya están reguladas, mientras que las emisiones vehiculares requieren aún más intervención. La profesora Olga Lucía plantea, de acuerdo con estudios previos que ha realizado, que contar con una red vial que no presente embotellamientos es una de las mejores formas de regular las emisiones de gases contaminantes.  

Para lograrlo, explica, habría que mantener un carril exclusivo a la derecha para los buses: “si se tiene una línea exclusiva dedicada para el transporte público se reduce en un 80 % los embotellamientos”. Los vehículos livianos circularían a la izquierda a alta velocidad, mientras que los carriles centrales se usarían para adelantar en algunos casos o para el flujo de motos, con el fin de mantener una velocidad en las rutas y reducir las densidades. 

Con medidas se podrían regular los perfiles de emisión vehicular durante el día y permitir que la atmósfera haga su trabajo para dispersar los contaminantes: “No podemos regular el viento, pero sí podemos vivir de manera inteligente”, afirma la investigadora, destacando que compartir medios de transporte o implementar el pico y placa son buenas prácticas, que se podrían acompañar con medidas de control de flujos, densidades y velocidades. ​

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Fotografía del sistema Lidar, desarrollado en EAFIT, es un radar que utiliza luz láser para medir la concentración de partículas contaminantes en la atmósfera de forma remota. Relacionada con la noticia: Investigadores pasan el aire que respiramos por el filtro de la ciencia.
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​El sistema Lidar, desarrollado en EAFIT, es un radar que utiliza luz láser para medir la concentración de partículas contaminantes en la atmósfera de forma remota.
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Desde la reserva El Globo, estudiantes de la U tejen visiones conjuntas por la conservación

Junio 5, 2024

A propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, compartimos la experiencia de estudiantes del pregrado en Diseño Urbano y Gestión del Hábitat, quienes crearon un Plan Maestro, a 30 años, para la reserva El Globo, en el municipio antioqueño de Támesis. 

Un museo vivo; la adecuación de las zonas para hospedaje de visitantes; un laboratorio ambiental; el desarrollo de ecosistemas de transición; los sistemas agroecológicos con foco en la seguridad alimentaria; y la reforestación del bosque de galería de la quebrada El Tacón, son los seis proyectos priorizados en esta iniciativa.

Colombia es hogar del 5% de los bosques altos andinos de la región, o como son conocidos popularmente, bosques de niebla. Y uno de ellos está ubicado en la reserva natural El Globo, que está dentro de los límites político-administrativos del municipio de Támesis, en el Suroeste antioqueño.  

Son 382 hectáreas las que conforman esta reserva de la sociedad civil que, si bien es una propiedad privada, también se constituye como un banco de hábitat fundamental para la conservación y las estrategias de compensación ambiental de varias organizaciones. 

Y hasta allí, a 126 kilómetros de Medellín, llegaron los estudiantes del pregrado en Diseño Urbano y Gestión del Hábitat, de la mano de los profesores Nataly Montoya Restrepo y Luis Miguel Ocampo Marín, y con el apoyo del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam), para vivir una estrategia de aprendizaje experiencia que les permitiera construir un Plan de Desarrollo para la reserva, como parte del proyecto final de la materia Laboratorio VI. 

El resultado es el proyecto Reserva Natural El Globo: tejiendo visiones por la conservación, en el que tuvieron la oportunidad de presentar, este 29 de mayo, en el Domo del Centro de Visitantes, como parte de la programación de Inventiva y Acción EAFIT.  

“Se trata de un ejercicio detallado y una propuesta de valor, con perspectiva de desarrollo a 60 años, en la que mezclamos estrategias de clases magistrales, análisis de documentación y, sobre todo, recorridos en campo y expediciones para plantear una serie de líneas estratégicas y unos proyectos derivados de estas. En total se priorizaron 6 proyectos”, explica la profesora Nataly, de la Escuela de Derecho. 

Un museo vivo; la adecuación de las zonas para hospedaje de visitantes; un laboratorio ambiental; el desarrollo de ecosistemas de transición; los sistemas agroecológicos con foco en la seguridad alimentaria; y la reforestación del bosque de galería de la quebrada El Tacón, que hace parte de esta reserva natural, fueron las iniciativas que lideraron los estudiantes, derivadas de la construcción conjunta del Plan Maestro. 

Es un proyecto que, como mencionaron los estudiantes durante su exposición, es pertinente y respetuoso con la ruralidad y el medioambiente. Se planteó a 30 años porque ese es el tiempo necesario que toma la recuperación del funcionamiento ecológico de un bosque.  

Con esta iniciativa, que tuvo en cuenta una lectura juiciosa del territorio y la evaluación del ciclo del agua, el uso del suelo y el enfoque por la conservación, los estudiantes y la Universidad le apuestan por hacer de este territorio un referente en los temas de conservación y, de manera especial, en la protección de los bosques de niebla del país. 

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La reserva el Globo en el municipio de Támesis, ubicada a 126 kilómetros de Medellín, es una reserva de 382 hectáreas.​
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Estudiantes de EAFIT construyen catálogo de plantas nativas que atraen polinizadores

Agosto 6, 2024

La supervivencia de los ecosistemas y la reproducción de cultivos y plantas silvestres dependen de polinizadores como abejas, mariposas, aves, escarabajos y murciélagos. Estos visitantes florales facilitan el intercambio genético, esencial para la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad. 

Como parte de un estudio realizado por el semillero de investigación en Botánica de EAFIT se publicó un catálogo de plantas nativas beneficiosas para la protección de los polinizadores de la ciudad. Para su construcción, se utilizaron bases de datos y se instalaron cámaras trampa con el fin de observar y registrar las interacciones entre las plantas y sus visitantes.

​​De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el 75 % de los cultivos alimentarios del mundo depende de los polinizadores, aquellos animales que se encargan de llevar el polen de una flor a otra para propiciar el intercambio genético. A pesar de su importancia para el planeta, su existencia está en riesgo debido a prácticas agrícolas intensivas y los efectos del cambio climático. 

Una forma de contribuir a la supervivencia de estos visitantes florales es promover la siembra de plantas portadoras de néctar o polen. Por ello, el semillero de investigación en Botánica de EAFIT lidera una iniciativa para identificar aquellas especies vegetales que atraen polinizadores como abejas, moscas, mariposas, aves, escarabajos y murciélagos. Mediante el uso de bases de datos para el análisis de la diversidad de plantas nativas, sumado al uso de cámaras trampa en un ecosistema urbano y la observación tradicional, registraron las interacciones de las plantas y sus visitantes florales. 

Este proceso tuvo como resultado un catálogo de plantas nativas que, según Camila Martínez Aguillón, profesora y coordinadora del semillero, más que una revisión exhaustiva, es un primer acercamiento a una información que se cree abundante, pero que en realidad es todavía escasa. Además, este inventario incluyó una selección precisa y beneficiosa para el diseño de los jardines de la ciudad y la Universidad, aunque algunas de estas plantas ya se encuentran en el campus. 

“A la hora de sembrar plantas en ambientes urbanos es necesario pensar en muchos factores como que generen sombra, crezcan rápido o estabilicen taludes, pero también es importante pensar en cuáles son esas plantas que van a atraer visitantes florales y a generar diversidad. No se trata solamente de que sea algo estético, sino de promover esa variedad de polinizadores y la estabilización de los ecosistemas, para que más especies puedan sobrevivir”, afirma la profesora Camila. 

Sin polinizadores muchas plantas no podrían reproducirse eficazmente, lo que llevaría a su posible extinción y a una drástica reducción de la biodiversidad. En ciudades como Medellín, la ausencia de polinizadores resultaría en una disminución significativa de la vegetación. La preservación de los polinizadores es, por tanto, esencial no solo para la biodiversidad global, sino también para la seguridad alimentaria y el equilibrio de los ecosistemas urbanos y rurales.

Biodiversidad nativa 

El catálogo del semillero de Botánica de EAFIT se compone de plantas nativas, es decir, aquellas que naturalmente tienen una distribución en Colombia. La intención con esta selección es fomentar la siembra y el crecimiento de este tipo de especies vegetales, aprovechando que en el país hay una amplia diversidad que, poco a poco, ha sido desplazada por plantas que crecen en otros lugares (como las acacias y los pinos).​ 

“Recomendamos sembrar no solo plantas que atraen polinizadores sino plantas nativas que sean llamativas para los animales. Esto es importante para no afectar las redes de interacción entre las plantas y polinizadores nativos, así como para apropiarnos de la biodiversidad de nuestro país”, afirma Isabelle Vergnaud Palacio, estudiante de Biología y participante del semillero de Botánica. 

Desde disciplinas como la biología y la ingeniería forestal se ha comprobado que sembrar plantas nativas es fundamental para llevar a cabo procesos de restauración efectivos, donde las especies que existen en esas regiones tengan la posibilidad de sobrevivir y mantener un equilibrio. En el caso de EAFIT, “generar esos corredores que comunican las partes internas de la ciudad con la periferia ayudaría a que los animales puedan migrar y moverse a través de estos territorios”, agrega la profesora Camila. 

Entre las plantas que recomienda el semillero de Botánica para sembrar están algunas especies de Heliconias como Heliconia latispatha y Heliconia wagneriana, visibles cerca al bloque de Idiomas de la Universidad. Igualmente, se sugiere cultivar especies de la familia del café, como Hamelia patens (coralillo), también presente en el campus; y Palicourea guianensis (cafeto de monte).  Algunos árboles recomendados son Annona muricata (guanábano), Psidium guajava (guayabo) y Tabebuia rosea (guayacán rosado).  El catálogo completo se puede consultar en este enlace​. 

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​Los polinizadores están cada vez más amenazados por la pérdida de hábitat, pesticidas tóxicos, monocultivos y cambio climático. Fotografía: Robinson Henao
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EAFIT y Grupo Bios desarrollan una alternativa biotecnológica para producir proteína de origen vegetal

Septiembre 10, 2024

Mediante cultivos in vitro de plántulas de especies leguminosas, como soya, frijol y arveja, EAFIT y Grupo Bios adelantan un proyecto de investigación para producir una proteína alternativa de origen vegetal con alto valor nutricional, con el objetivo de utilizarla como fuente de alimentación sostenible.

Esta tecnología tiene un impacto significativo en la mitigación del cambio climático y en el avance hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al proponer una forma más eficiente de producir alimentos, se contribuye a la seguridad alimentaria y a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

​​​Para miles de personas, contar con un plato de comida diario es una meta casi inalcanzable. Los conflictos, la crisis climática, la pobreza y la disminución de la producción de alimentos han contribuido a su escasez y al aumento de los precios. Por estos motivos, el diseño de alternativas eficientes y sostenibles se hace indispensable para avanzar en la erradicación del hambre. 

Desde febrero de 2023, investigadores de EAFIT y Grupo Bios establecieron una alianza para desarrollar una proteína de origen vegetal destinada a la alimentación humana. El proyecto utiliza biotecnología aplicada que, mediante técnicas de cultivo in vitro de especies como soya, frijol y arveja, crea suspensiones celulares capaces de generar biomasa rica en proteínas, que podría utilizarse en el futuro para reemplazar materias primas de alto costo y permitir la elaboración de productos veganos como salchichas, hamburguesas, entre otros. 

Esta iniciativa ayudaría a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero generados por los procesos asociados con la producción de proteína animal. El profesor Diego Fernando Villanueva Mejía, investigador de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT y líder de este proyecto, considera que “viendo hacia el futuro, en la medida en que no tengamos que usar tanta tierra y tantos recursos para alimentar animales, tener una fuente de proteína alternativa tiene un impacto en la mitigación del cambio climático y contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible”. 

Según el investigador, diversos análisis indican que, aunque la mayoría de las personas no están dispuestas a adoptar una dieta completamente vegetariana o vegana, sí estarían dispuestas a incluir en su alimentación proteínas diferentes a las de origen animal. Por ello, este proyecto busca desarrollar varios productos que podrían convertirse en ingredientes funcionales para el consumo masivo.

Menos tierra, menos agua 

Aunque en el mercado ya existen productos basados en proteínas vegetales, el uso de técnicas de cultivo in vitro de células vegetales es un factor diferenciador en esta propuesta. El término in vitro se utiliza en ciencias para referirse a experimentos o procedimientos realizados fuera de un organismo vivo, en un entorno controlado como un laboratorio. 

Danna Susunaga Gómez, investigadora junior de EAFIT, explica: “Este es un proceso mucho más eficiente en términos de recursos, porque se reduce el uso de agua, tierra y otros insumos agrícolas. Además, estamos innovando en la forma de obtener ingredientes base para la industria de productos veganos”. En este caso, las proteínas se producen en un ambiente artificial a partir de cultivos celulares, no en una planta completa en el suelo. 

Para Alexandra Torres Ospina, líder del Centro de Investigación Aplicada Bios, el proyecto está enfocado en el desarrollo de futuro. “Si el proceso de biotecnología de cultivos vegetales es satisfactorio y se puede escalar, en un futuro vamos a pasar de necesitar hectáreas de tierra para producir grandes cantidades de semillas y proteínas vegetales, a hacerlo en un laboratorio, utilizando espacios mucho más pequeños y de manera óptima”, dice. 

También, agrega que las materias primas con alto contenido de proteínas, como la soya, la arveja y el frijol, son importadas, lo que incrementa significativamente los costos de consumo para los colombianos. Si el país tuviera la capacidad de producir la cantidad de proteína vegetal necesaria, se podría cubrir la demanda de alimentos que actualmente provienen de otros lugares. “Hoy lo que se siembra está destinado a otro tipo de producciones que no son específicas para cárnicos o proteínas de alto valor nutricional, sino que en general son cultivos utilizados para alimentos ultraprocesados”, destaca Alexandra. 

En conclusión, este proyecto no solo representa un avance significativo en la biotecnología vegetal y en la producción sostenible de proteínas, sino que también está formando un recurso humano altamente capacitado y comprometido con la solución de desafíos globales. La participación de estudiantes, jóvenes investigadores y profesionales fortalece la capacidad para alcanzar los objetivos propuestos y continuar avanzando en la transformación del sistema alimentario. 

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​El cultivo de plantas en ambientes artificiales permite controlar factores como la luz, la temperatura, la humedad, los nutrientes, el pH, entre otros.
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Regular la publicidad de alimentos no saludables, una acción prioritaria para prevenir la obesidad infantil y juvenil

Octubre 1, 2024

Así lo establece el informe ejecutivo “Investigación exploratoria para Colombia sobre la promoción y publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a niñas, niños y adolescentes”, elelaborado por el grupo de Estudios en Mercadeo de la Universidad EAFIT para Unicef, Colombia, que divulgó un resumen,  en formato cómic, en la revista Descubre y Crea​.​

A través del análisis de marcos regulatorios y el trabajo de campo en seis municipios del país con altos índices de obesidad a temprana edad, se concluyó que es necesario fortalecer las políticas públicas y normativas en medios tradicionales y digitales, debido al impacto emocional que los contenidos publicitarios generan en los menores.

​​En Colombia, la obesidad infantil es una preocupación creciente. Según la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN), el 24.4 % de niñas y niños presentan exceso de peso y el 17.7 % de los adolescentes están en riesgo de obesidad. Una reciente investigación liderada por el grupo de Estudios en Mercadeo de EAFIT para UNICEF exploró cómo la publicidad de alimentos y bebidas no saludables, como los ultraprocesados y las bebidas azucaradas, influye en las decisiones de consumo de niñas, niños y adolescentes colombianos.

Para el desarrollo del estudio, se analizaron marcos regulatorios y normativas internacionales, además de realizar trabajo de campo con una muestra de 111 estudiantes y 19 cuidadores y docentes en instituciones educativas de seis municipios del país con altos índices de obesidad infantil. Laura Isabel Rojas De Francisco, profesora de la Escuela de Administración de EAFIT y coordinadora del grupo de Estudios en Mercadeo, destaca que la investigación aporta evidencias clave para fortalecer las políticas y regulaciones sobre la publicidad de alimentos y bebidas no saludables que llegan a niñas, niños y adolescentes por diferentes medios.

“En la publicidad pueden darse contenidos que evocan vínculos sociales, sensaciones y representaciones, como la relación con la familia o los amigos disfrutando de los distintos productos, que proyectan imágenes de bienestar y cercanía que generan recordación y son populares entre pares. Esto lleva a decisiones de compra emocionales”, afirma la profesora Laura.

Aunque existen leyes como la Ley 1355 de 2009 y la Resolución 810 de 2021, persisten vacíos normativos que permiten a las marcas llegar a los menores sin un control efectivo, especialmente en el entorno digital. A esto se suma el desconocimiento sobre las normas y la desarticulación entre los diferentes actores, lo que puede resultar en procesos fragmentados de vigilancia y control, o la percepción de un exceso de regulaciones. 

“Si bien en los medios tradicionales ha habido avances, en el entorno digital hay mucho por hacer, especialmente en redes sociales y plataformas de juegos”, agrega la profesora Laura, señalando que la publicidad más recordada por los menores se encuentra en televisión y YouTube, donde se proponen retos (challenges y call to actions) que invitan a probar alimentos y bebidas que pueden tener efectos negativos en la salud.  De acuerdo con Lina Patricia Zapata Vélez, oficial en Salud y Nutrición de UNICEF - Colombia, el 80 % de los líderes en ventas en alimentos y bebidas participan en el sector con productos altos en grasa, sal o azúcar y el 22.6 % de las marcas pagan la exposición en plataformas de juegos online.  De allí que sea prioritario definir una agenda en común que permita trazar un marco normativo para su adecuada regulación.

Los niños, niñas y adolescentes que participaron en la investigación también recuerdan la publicidad vista en tiendas y en los empaques de productos. Esta exposición, sumada a la experiencia del sabor y al impacto visual de lo que ven en distintos medios, influye significativamente en sus decisiones de consumo, a menudo con consecuencias importantes para su organismo.  El sobrepeso y la obesidad se deben en gran parte a "entornos obesogénicos", es decir, a espacios que promueven el consumo de alimentos hipercalóricos y la inactividad física, explica Lina. Estas condiciones “reducen los años y la calidad de vida de las niñas, niños, adolescentes y mujeres gestantes en Colombia, debido a enfermedades asociadas como hipertensión arterial, diabetes y depresión desde edades tempranas y muertes prematuras por su causa”.

Laura Sierra Zapata, profesora de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT, añade que, durante la niñez y la adolescencia, la microbiota intestinal está aún desarrollándose, por ello, en esta etapa “se deben evitar los alimentos vacíos en nutrientes y ricos en almidones simples, sustituyéndolos por aquellos que, aunque fortificados, aporten nutrientes además de calorías. Se recomienda no consumir bebidas azucaradas e inculcar hábitos alimenticios y de estilo de vida que estén en sintonía con nuestra biología, que es similar a la salud que necesita cualquier ecosistema”.

Acciones clave para una mejor salud alimentaria infantil

Con el objetivo de crear entornos alimentarios más saludables y proteger a las nuevas generaciones de los efectos de la publicidad que promueve hábitos alimenticios perjudiciales, la investigación propone replantear el modelo de autorregulación en la industria alimentaria y realizar auditorías rigurosas en las plataformas digitales para asegurar la protección de datos. De igual forma, sugiere establecer límites en la creación de retos que incentiven el consumo de productos poco saludables.  En cuanto a acciones formativas, el estudio insiste en fomentar procesos que aborden la salud alimentaria y el consumo responsable desde la infancia, involucrando a agentes sociales y líderes de opinión para concientizar sobre la relación entre la obesidad infantil y la influencia de la publicidad. Por otra parte, la creación de políticas más estrictas que regulen la publicidad en entornos escolares y deportivos se considera necesario, siguiendo los lineamientos de la OMS y fortaleciendo las normativas ya existentes. Los hallazgos de esta investigación, apunta Lina Patricia Zapata, han permitido a Unicef Colombia contar con evidencia para orientar acciones preventivas intersectoriales y sostenibles en el tiempo, que reconozcan los derechos de las niñas y los niños a crecer en un entorno que garantice su desarrollo saludable. Además, han facilitado el impulso de procesos de cooperación técnica para fortalecer la normativa de publicidad de alimentos dirigida a la niñez y adolescencia, así como la mejora de las intervenciones en salud pública mediante información precisa para una mejor toma de decisiones.

Finalmente, la profesora Laura Sierra recomienda que las familias incluyan en las dietas de las niñas, niños y adolescentes al menos tres porciones de frutas diferentes y alcancen una meta semanal de 30 tipos de frutas y vegetales, introducidos de manera lúdica. También, aumentar el consumo de fibra a través de nueces y frutos secos, optar por aceites y grasas saludables como el aguacate y el aceite de oliva, e incorporar cereales integrales como quinoa, arroz integral y cebada, junto con alimentos fermentados como yogurt y pan de masa madre. Todo esto contribuirá a una salud intestinal óptima desde una edad temprana. 

En esteenlace puedes conocer un cómic publicado en la última edición de la revista Descubre y Crea, que resume de manera didáctica el informe ejecutivo realizado por el grupo de Estudios en Mercadeo de EAFIT para UNICEF.

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​Desde 2002, la OMS ha resaltado la importancia de regular la publicidad de alimentos y bebidas dirigidos a niñas, niños y adolescentes. 
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Gusanos antárticos bajo la lupa de científicos de la U. de A. y EAFIT que buscan secretos de adaptación al cambio climático

Noviembre 21, 2024

Un equipo de científicos de la Universidad de Antioquia y EAFIT investiga la resistencia de los poliquetos antárticos, pequeños gusanos marinos adaptados a temperaturas extremas. La colaboración se centra en analizar los genes y proteínas que permiten a estos organismos sobrevivir al estrés térmico. 

La investigación busca comprender las adaptaciones celulares de los poliquetos, con aplicaciones potenciales en biotecnología y monitoreo ambiental. Los análisis incluyen la relación entre el microbioma de estos gusanos y su capacidad de adaptación a la temperatura, aportando claves para enfrentar los efectos del cambio climático.

Gusanos gelatinosos nadan en el océano Austral. Raros y fascinantes, captaron la atención de un equipo de científicos colombianos de la Universidad de Antioquia y EAFIT, quienes decidieron explorar los misterios genéticos de los poliquetos antárticos Microspio moorei, organismos capaces de soportar temperaturas extremas bajo los cero grados Celsius. La investigación busca comprender su adaptación celular en uno de los ecosistemas más inhóspitos del planeta, con miras a futuras aplicaciones biotecnológicas y ambientales.  

Estos poliquetos, también conocidos como gusanos marinos, son parientes de la lombriz de tierra y se encuentran entre los invertebrados menos estudiados, aunque su abundancia en el lecho marino los convierte en excelentes indicadores biológicos de cambios ambientales. La pregunta inicial que orientó a los investigadores fue cómo se adaptan estos organismos para sobrevivir a variaciones extremas de temperatura, que van desde -40°C en invierno hasta 18°C en verano, la temperatura más alta registrada en el continente antártico.

 “Empezamos a analizar los datos y encontramos que tienen un genoma muy complejo y antiguo, casi del tamaño del genoma humano, y el cual les ha permitido sobrevivir por millones de años en estos ambientes. También encontramos proteínas relacionadas con su tolerancia al frío, cuyas estructuras nos llevan a pensar que tienen una mejor capacidad para adaptarse a estas condiciones”, explica Javier Correa Álvarez, profesor e investigador de la Escuela de Ciencias Aplicadas e Ingeniería de EAFIT. 

Debido a las limitaciones experimentales en la Antártica, los organismos recolectados fueron transportados a Colombia para un análisis molecular y computacional detallado. En este proceso, EAFIT ha desempeñado un papel clave, brindando el súper computador Apolo y personal especializado en análisis bioinformático. Esta colaboración ha facilitado la identificación de proteínas relacionadas con la tolerancia térmica, abriendo nuevas perspectivas científicas. 

“El estudio de las relaciones simbióticas entre los poliquetos y su microbioma plantea aplicaciones potenciales en ingeniería de ecosistemas, así como posibles usos biotecnológicos y farmacéuticos, además de otras implicaciones ecológicas y evolutivas fundamentales”, señala Idalyd Fonseca González, profesora del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, quien inició esta investigación en 2017 con un par de colegas, y estableció el contacto con el profesor Javier Correa a través del investigador Jean Paul Delgado (q.e.p.d.). 

En este proceso también han participado estudiantes, como Esteban Velásquez Agudelo, ahora graduado de Biología e Ingeniería Física de EAFIT, quien contribuyó en el ensamblaje del transcriptoma de esta especie de poliqueto antártico y en su publicación  científica. Este trabajo consistió en analizar y organizar todas las secuencias de ARN que se expresan en la especie, una labor clave para estudiar los mecanismos de adaptación y tolerancia a temperaturas extremas en estos gusanos. 

“Lo más interesante de trabajar con poliquetos es la diversidad de vida que tienen estos anélidos. Como profesional, esta experiencia me dio una oportunidad de aprendizaje y me permitió generar un impacto con lo que aprendí. El proceso fue largo y requería resiliencia, ya que manejamos una gran cantidad de datos que en computadores normales no habríamos podido analizar”, afirma Esteban. 

El proyecto ha tenido hasta ahora dos fases: una centrada en el estudio del estrés térmico agudo y otra, en curso, enfocada en el impacto de dicho estrés sobre el microbioma de los poliquetos, en colaboración con el Instituto Antártico Chileno (INACH). Entre los hallazgos más importantes está la identificación de proteínas de respuesta térmica en estos poliquetos, lo que abre nuevas líneas de investigación. 

“Otra de las preguntas es si estos microorganismos, que dependen de lo que encuentran disponible en momentos de cambios de temperatura, se benefician de su microbiota. Es decir, si los microorganismos que ingieren les aportan capacidades para mantenerse en esas condiciones extremas”, destaca el profesor Javier, quien considera que la microbiota cambia al exponerse a distintas condiciones climáticas.

De la Antártica a Colombia 

En el marco de las convocatorias de la Comisión Colombiana del Océano (CCO) y el Programa Antártico Colombiano (PAC), que promueven la participación científica nacional en investigaciones en la Antártica, los profesores Idalyd Fonseca González y Mario Londoño Mesa, de la Universidad de Antioquia, emprendieron expediciones en los años 2017 y 2022 con el objetivo de estudiar organismos adaptados a condiciones extremas, los ya mencionados gusanos marinos.. 

La profesora Idalyd explica que las expediciones científicas a la Antártica solo se realizan durante el verano austral, entre noviembre y marzo. “Fuimos avalados para asistir en febrero, cuando la temperatura del océano estaba entre 1.5 y 2°C. A esa temperatura recolectamos los gusanos y, tras realizar los experimentos de exposición térmica, los almacenamos a -80°C en una solución de pH y concentración salina específicas que estabiliza el ADN y ARN hasta su extracción. El transporte hasta Colombia se realizó manteniendo la cadena de frío con bloques de hielo azul en un contenedor herméticamente sellado. Una vez en Colombia, los organismos se mantuvieron a -80°C hasta su procesamiento”. 

A largo plazo, los investigadores buscan profundizar en el ensamblaje del genoma del Microspio moorei y estudiar los efectos de la contaminación marina, como los microplásticos, en estos organismos. Además, se espera que el estudio de estos invertebrados, que representan una de las formas de vida más antiguas de la Tierra, ofrezca respuestas sobre la evolución de mecanismos de resistencia celular útiles para enfrentar desafíos ambientales globales. 

Este proyecto pone en evidencia la importancia de la cooperación interdisciplinaria e interinstitucional en la ciencia. La combinación de conocimientos de campo y tecnologías avanzadas de análisis de datos ha permitido a los científicos colombianos no solo documentar la biodiversidad antártica, sino también contribuir significativamente al conocimiento mundial sobre los efectos del cambio climático. 

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El cambio climático, una realidad que se analiza en la Cumbre Colombo Francesa 2019

Junio 13, 2019

Fabien Anthelme, biólogo del Instituto de Investigación para el Desarrollo Francés (IRD), reflexiona sobre la situación actual de los glaciares y el impacto que tiene este fenómeno sobre estos.

Acciones que pueden implementarse con los ciudadanos, los científicos y con los tomadores de decisiones en lo público son algunas de las estrategias que el experto plantea para mitigarlo. 

Que en Venezuela solo quede un glaciar que puede desaparecer en cinco años es una muestra de las consecuencias que el cambio climático tiene sobre la biodiversidad en el mundo y un tema que mediante proyectos, investigaciones y trabajos conjuntos, entre expertos colombianos y franceses, ha querido abordar Fabien Anthelme, biólogo del Instituto de Investigación para el Desarrollo Francés (IRD) y participante de la Cumbre Colombo Francesa 2019 de Investigación, Innovación y Educación Superior que se realiza en EAFIT y CES hasta el 14 de junio y que es organizado, además, por la Embajada de Francia en Colombia, la Asociación Colombo Francesa de Investigadores (Colifri), Ascun, la Asociación Colombiana de Instituciones de Educación Superior con Formación Técnica Profesional y/o Tecnológica (Aciet), el G8 Universidades y la Alcaldía de Medellín.

En palabras del experto, no es tan fácil ver este fenómeno en Colombia porque el acceso a las zonas en donde se encuentran los glaciares es más complejo. “Sin embargo, es una preocupación latente que nos hace un llamado como ciudadanos, investigadores, científicos y como tomadores de decisiones desde la política pública”, señala Fabien.

Para esto, sugiere, es importante seguir los pasos descritos en los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), un equipo de científicos que se encuentran para hablar sobre lo que sucede en estos términos, y buscar opciones para mitigar y proponer formas diferentes de vivir.

“El cambio climático lo podemos ver desde una escala global, una regional y una local. Esta jornada de encuentros en EAFIT nos ha permitido obtener mucha información y algunas de las que cobran mayor relevancia son la quema desmesurada y la deforestación, dos acciones que tienen un efecto importante sobre la biodiversidad, el calentamiento global y el depósito de carbón que se queda en los glaciares haciendo que se derritan más rápido”, agrega.

Desde lo público, considera que es clave combinar el efecto de cambio climático con el uso de la tierra porque el conjunto de los dos efectos tiene un gran impacto sobre los ecosistemas de las sociedades.

“En uno de los talleres de la Cumbre hablábamos de que en unos años el 86 por ciento de los colombianos vivirán en la ciudad, lo que nos lleva a pensar en que es el primer lugar en donde se deben establecer acciones. Difundir esa información científica con un lenguaje aterrizado y entendible para la ciudadanía, campañas y eventos que vinculen lo cultural, y la atracción de los jóvenes que son quienes mejor entienden el mensaje es crucial dentro de un plan de acción”, apunta Fabien.

Este experto relacionó en su presentación en la mesa de trabajo de Biodiversidad, uso del suelo y clima, del eje de Naturaleza y Recursos, su proyecto de investigación en tres continentes para tener una buena representatividad del comportamiento de los glaciares frente al cambio climático.

Su equipo de trabajo, que es interdisciplinario por la cantidad de saberes que requieren las actividades de investigación, recolecta datos sobre el retroceso de estas zonas para saber en cuánto tiempo puede recuperar altitud y temperatura con el fin de establecer acciones concretas.

“Hoy hacemos un llamado a cuidar y a proteger, a unir saberes, a hacer visible a la ciudadanía que el agua que tenemos hoy está porque los ecosistemas funcionan bien y no podemos permitir que se dañen, que en el ámbito mundial podemos almacenar carbono con suelos y alta montaña, y que la estabilidad de los terrenos es vital. Debemos trabajar desde el inicio en campo hasta que llegue a la sociedad”, concluye Anthelme.

Es la primera vez que este biólogo participa en un espacio bilateral que congrega a tantos expertos y profesionales dispuestos a hacer aportes a la investigación y la innovación en colaboración. Destaca que hace parte de una red franco suramericana que busca ampliarse para estudiar el cambio climático en diferentes lugares, lo que lo motiva a pensar en más espacios similares a esta Cumbre con un mayor número de países participantes.

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El experto compartió su proyecto de investigación en tres continentes en la mesa de Biodiversidad, uso del suelo y clima del eje de Naturaleza y recursos. 
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EAFIT, con toda la energía para aportar a Colombia Científica

Abril 11, 2018

La Universidad está en el grupo de instituciones seleccionadas para participar en Colombia Científica, una iniciativa liderada por el Gobierno Nacional.

La Institución lidera, a través de cinco grupos de investigación, cuatro de los proyectos del programa relacionados con energía sostenible.

Energía solar y la eólica, y sostenibilidad en construcción y transporte son algunos de los temas que liderará EAFIT en una de las iniciativas de investigación más importantes que se han desarrollado en Colombia. La participación de la Universidad es en conjunto con otras instituciones que tienen proyectos seleccionados en Colombia Científica, programa creado por el Gobierno Nacional para apoyar proyectos de investigación relacionados con alimentos; salud; economía y sociedad; y energía.

El nombre del proyecto seleccionado en el que participa EAFIT es Estrategia de transformación del sector energético colombiano en el horizonte de 2030, ganador en la categoría de energía. "Es un programa aceptado a cuatro años y articula varias instituciones en 10 proyectos, de los que la Universidad lidera los denominados Construcción Energéticamente Sostenible; Movilidad Sostenible: Análisis de la movilidad eléctrica como potencial nodo prosumidor; Generación distribuida de energía eléctrica en Colombia a partir de energía solar y eólica; y Política, regulación y mercados", explica Ricardo Mejía Gutiérrez, director del Grupo de Investigación en Ingeniería de Diseño (Grid) de la Universidad, y líder del proyecto sobre movilidad sostenible.

El objetivo general de Colombia Científica –creado por el Ministerio de Educación y el de Comercio Industria y Turismo, a través de Colciencias y el Icetex– es aportar al mejoramiento de la calidad de las instituciones de educación superior (IES). Por eso, uno de los requisitos de la convocatoria era que los proyectos se presentaran mediante alianzas entre instituciones y organizaciones que promuevan el desarrollo regional con la mirada puesta en los retos del desarrollo social y productivo del país.

Para cada categoría se seleccionó un proyecto y en el que está EAFIT tiene —tal como estipulaban las reglas— una universidad ancla que en este caso es la Universidad Nacional. Para cumplir con el objetivo de apoyar el mejoramiento de las IES, en esta investigación están vinculadas universidades acreditadas en alta calidad (EAFIT, Nacional, UPB, EIA) y no acreditadas (Corporación Universitaria del Caribe, Universidad de Sucre, Universidad Francisco de Paula Santander y Universidad de La Guajira). También se incluyen representantes del sector productivo (ISA, Internexa, XM Compañía de Expertos en Mercados) y a instituciones o centros internacionales (Rwth University of Aachen, Aarhus University, Katholieke Universiteit Leuven, Duke university, Universidad de Zaragoza, Washington State University, Forschungszentrum Jülich, Dalhousie University, Université de Lausanne).

"La participación de universidades y centros internacionales importantes, reconocidos y con mucha experiencia, es fundamental para fortalecer la investigación en EAFIT, pues la Institución podrá estrechar lazos con algunos de estos, con los que ya trabaja, y crear relaciones con los que no ha colaborado antes. También participan empresas que pueden contribuir a la construcción de nuevos tipos de infraestructura en temas de energías alternativas, y cuyo trabajo es muy importante para el manejo energético de la región y del país", considera Félix Londoño González, director de Investigación de la Universidad.

En eso está de acuerdo Gilberto Osorio Gómez, investigador del Grid y líder del proyecto sobre generación de energía solar y eólica, quien resalta que "la idea es desarrollar algunos sectores para contribuir al fortalecimiento institucional. Se evaluaron temas de alianzas y resultados, y EAFIT demostró experiencia en acreditación de sus programas, y en la ubicación en ránquines mundiales. La Institución también es fuerte en programas de pregrado y posgrado y, en cuanto a investigación, tiene mucho conocimiento en gestión y ejecución de proyectos complejos universidad-empresa-Estado".

Además del Grid, por parte de EAFIT participarán los grupos de investigación en Gestión de Producción y Logística; el Grupo de Estudios en Economía y Empresa; el de Electromagnetismo Aplicado; y el de Modelado Matemático. Pero el alcance de los procesos adelantados por la Universidad en Colombia Científica no se queda en los investigadores principales pues, a través de los grupos de investigación, se logrará vincular a estudiantes de pregrado y posgrados relacionados con economía e ingeniería.

Temas prioritarios

El tema energético es fundamental para un país como Colombia, dependiente de las fuentes hidroeléctricas y cuyo tránsito hacia otras alternativas sostenibles apenas comienza, con el cambio de modelos de manejo y la carga de reglamentaciones, regulaciones y dinámicas comerciales que eso implica.

"Es la primera vez que el país financia proyectos de esta envergadura, con cobertura nacional y, sobre todo, en un tema como el energético en el que se necesita tanta investigación. Todos los aliados que fuimos seleccionados en esta convocatoria tenemos muchísimo que aportar en temas de investigación, y EAFIT está muy comprometida con las energías alternativas", opina Ángela María Sánchez Gómez, coordinadora de Proyectos de Investigaciones Cofinanciados de la Institución.

Esto se articula con experiencias que ya tienen los grupos de investigación de la Universidad, para los que esta es una gran oportunidad de desarrollar y poner en común sus iniciativas, mientras se hacen aportes al país en materia de capacidad energética.

"Se evaluará el impacto de las nuevas tecnologías en el mercado eléctrico del país y se propondrán modificaciones normativas e institucionales con el fin de promover el uso eficiente de las mismas, para que ayuden a viabilizar las propuestas técnicas desarrolladas por otros proyectos del ecosistema y a desarrollar tecnologías y estrategias locales para garantizar la seguridad energética en Colombia para 2030", manifiesta Jhon Jairo García Rendón, coordinador del grupo de investigación en Estudios en Economía y Empresa, y líder del proyecto sobre política, regulación y mercados.

Ese proyecto, según el docente, busca diseñar y proponer mecanismos complementarios a la regulación vigente, o nuevos mecanismos institucionales con miras a la eficiencia energética y a la confiabilidad del suministro en el sector eléctrico, en un nuevo contexto de mercado en Colombia que incluya las fuentes de energía renovables no convencionales y las nuevas tecnologías asociadas a redes inteligentes.

En el tema de movilidad, en palabras de Gilberto Osorio, EAFIT tiene experiencia en la implementación de tecnologías de la información y las comunicaciones, y en proyectos académicos para implementar sistemas ciberfísicos que mejoren la movilidad y los sistemas de transporte masivo.

"También hay experiencia en el tema de generación de energía a partir de biomasa, y hemos adelantado con Colciencias proyectos sobre energía eólica, como el desarrollo de balas para aerogeneradores, con el uso de nuevos materiales y nuevos procesos de manufactura. Queremos aterrizar el tema de la energía eólica de acuerdo con el contexto colombiano, en donde no hay velocidades muy altas de viento", indica Osorio.

El Grid, además, cuenta Ricardo Mejía, ha estado trabajando con energía solar fotovoltaica desde hace varios años, y fue el responsable del proyecto del vehículo solar que compitió en Australia en los años 2013 y 2015. También tiene proyectos derivados para implementar aplicaciones solares fotovoltaicas en otros contextos, como, por ejemplo, pequeñas aplicaciones de generación solar para campesinos y la estación de carga, ubicada al frente del bloque de Ingenierías de la Universidad, para la iluminación de espacios y recarga de bicicletas.

El docente alabó la estrategia utilizada por el Gobierno Nacional a través de Colombia Científica pues, en su concepto, "no atomizó recursos importantes en muchas pequeñas iniciativas, sino que financió grandes proyectos, lo que fortalece alianzas colaborativas y permite obtener resultados más ambiciosos para comprender el mercado de energía en 2030".

En el futuro de EAFIT, coinciden los investigadores, está también un abanico de posibilidades para crear nuevos cursos, en el ámbito de pregrado y posgrado, a partir de los resultados del programa y la generación de nuevos productos de investigación y redes de trabajo global.  

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​El jueves 26 de octubre el Gobierno Nacional anunció los proyectos seleccionados para recibir recursos del programa Colombia Científica. La imagen corresponde a la estación de carga solar ubicada en EAFIT, uno de los desarrollos eafitenses relacionados con la investigación en energías alternativas y sostenibles.
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En el Bajo Cauca tiene raíces un proyecto salvador

Febrero 8, 2017

EAFIT, UPB, Universidad Nacional y Gobernación de Antioquia unieron esfuerzos para ofrecerle a esa región el conocimiento necesario para sembrar higuerilla y sacha inchi, plantas de las que se extraen productos con buen futuro en el mercado.

El proyecto, que se ejecutó con aportes del Sistema Nacional de Regalías, incluyó logros en todo el proceso, desde el mejoramiento de semillas hasta la creación de maquinaria para la extracción de aceites y harina.

En la parcela de don Salvador Garavito está a punto de crecer un cultivo estrella. Él es un campesino de piel dorada por un sol que suele calentar a más de 37 grados centígrados las tierras del Bajo Cauca de Antioquia, una región en la que sueña sembrar un proyecto del que florezcan nuevas y mejores oportunidades que reviertan las cifras de pobreza y violencia.

Desde hace unos seis años don Salvador lleva en sus bolsillos, pero sobre todo en su cabeza, las semillas de lo que está seguro puede ser un gran futuro. Algún día alguien le regaló unas semillas de la planta sacha inchi, que en otros países llaman maní del inka o maní jíbaro y produce un fruto del que se puede extraer harina con alta carga proteica, suplementos nutricionales para animales, aceites cosméticos y, quizás sea lo más llamativo, aceite con alto contenido en ácidos grasos omega 3, 6 y 9, muy favorables para la salud. 

Salvador compartió el regalo con otros amigos del municipio de El Bagre, uno de ellos Jesús Aníbal Marín Ríos, con quien reactivó una asociación de campesinos que ya existía y empezaron a sembrar la sacha, animados por la oportunidad que vieron en el mercado en el que encontraron clientes. Cuenta don Jesús, a quien en la región llamen El Profe por sus labores docentes, que pararon la siembra por una petición.

La solicitud, dice, la hicieron los involucrados en la investigación técnico social de las oleaginosas promisorias higuerilla y sacha inchi con miras a su desarrollo agroindustrial, un proyecto en el que se unieron aportes de EAFIT, la Universidades Pontificia Bolivariana (UPB), la Universidad Nacional y el departamento de Antioquia a través del Sistema General de Regalías. La idea era que los campesinos esperaran los resultados del proyecto antes de masificar la siembra.

Hace 20 meses Diego Fernando Villanueva Mejía, doctor en Biotecnología, trabaja en los laboratorios de Biotecnología Vegetal de EAFIT mejorando las semillas de higuerilla y de sacha inchi. Junto a su equipo de trabajo, el investigador de la Universidad descifra el ADN y, como un editor de texto, lo modifica hasta obtener una mejor versión de las semillas, más fuertes, que produzcan plantas inmunes a las enfermedades y tengan frutos con contenidos más altos de los aceites que los hacen atractivos.

Los logros que ha conseguido en el laboratorio fueron presentados en terreno por Diego el pasado jueves 27 de julio. Ese día, en la hacienda La Uribe (Caucasia), se reunieron representantes de las instituciones del proyecto para entregar a la comunidad los logros, entre estas dos líneas de semilla in-vitro mejoradas, una de sacha inchi y otra de higuerilla, para ser evaluadas en el campo y solicitar posteriormente su registro ICA y, de esta manera, poder contar con las primeras dos líneas de semilla comercial registradas en el departamento de Antioquia en ambas especies.

Entre los resultados también están los cinco prototipos innovadores de equipos para transformar materias primas y obtener productos terminados de interés en el mercado. En la reunión se degustaron pasteles hechos con harina de sacha porque el proyecto se comprometió con proporcionar productos terminados como torta de higuerilla para alimentación animal en forma de suplementación, un proceso para el control de nematodos a partir de torta de higuerilla, un protocolo estandarizado para la producción de snacks de sacha inchi, y una evaluación y recomendación de proceso y equipo para el encapsulado de sacha inchi rico en omegas.

Muy atento entre el público que asistió a La Uribe estaba el profe Jesús, tomando nota de los avances en las semillas, pero, sobre todo, de las máquinas que agilizan el proceso de descascarar y pelar los frutos y así obtener la almendra de la que se extraen los productos.

El fruto de la sacha tiene forma de estrella, con varias puntas (entre cuatro y siente), cada una con una almendra de la que se obtienen los productos. Pelarlo puede ser una tarea dificultosa, que requiere fuerza en las manos y una cantidad de tiempo considerable. Mientras que un trabajador tarda una hora para descascarar ocho kilos, la máquina que creó para el proyecto el investigador Jaime Escobar lo hace con 40 kilos en el mismo tiempo.

El proceso manual lo conoce bien el ingeniero Nicolás Alberto Rodríguez, integrante de una familia de tradición agrícola que llegó a la higuerilla cuando se la mencionaron como una opción para recuperar un terreno que tenía afectado por la minería. Siguiendo a la higuerilla se encontró con la sacha que ya siembra y transforma en crema de manos, champú para el cabello, jabón y aceita omega, productos que presentó en la socialización de resultados de la investigación en La Uribe y vende en algunas tiendas.

Los productos del señor Nicolás los conoció y probó Astrid Velásquez, directora Planificación Rural  y Agropecuaria  Secretaria  de  Agricultura  y Desarrollo Rural de Antioquia, quien asistió a la reunión en Caucasia. Allí dijo sentirse satisfecha por estar en la entrega de resultados de un proyecto que implicó cuatro años de trabajo y que, a su juicio, es un ejercicio admirable y replicable porque, entre otras razones, propició la apropiación social del conocimiento al trabajar con la comunidad y tener en cuenta sus culturas y sus costumbres.

La funcionaria recorrió junto a los invitados los estands con las máquinas y productos, instalados para la muestra en el terreno de La Uribe que el Sena recibió de la Alcaldía de Caucasia para ofrecer su capacidad técnica y académica a los campesinos de la región. Muy satisfecho con las adecuaciones que ha hecho esa entidad en el espacio estaba el alcalde de la localidad, Óscar Aníbal Suárez.

Violencia y pobreza, pero también esperanza y apoyo, fueron las palabras que más sonaron en la intervención del Alcalde, quien cree que con los resultados que entregaron se abre un panorama diferente de oportunidades para una región que, dijo, es la más pobre del departamento y suma cerca de cinco años de violencia.

El alcalde pidió apoyo para darle un giro a la historia de esta subregión ubicada en la cordillera central, entre las serranías de Ayapel y San Lucas, regada por los ríos Cauca y Nechí, y en la que se ubican seis municipios: Cáceres, Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá y Zaragoza. Son cerca de 8.400 kilómetros cuadrados en los que se espera que comiencen a crecer las hectáreas sembradas con higuerilla y sacha inchi.

En eso trabajó un equipo de cerca de 70 personas de siete grupos de investigación de varias instituciones que hicieron parte de este proyecto que incluyó la capacitación de 1.470 personas y, además de los logros, también dejó retos. Al menos así lo considera Yaromir Muñoz Molina, docente del Departamento de Mercadeo de EAFIT y líder de la investigación.

El profesor Yaromir fue el encargado de cerrar el evento, en el que hizo el balance general, mencionó uno a uno los componentes que se entregaron y resaltó cómo en esta ocasión la tecnología se pone al servicio de la agricultura para construir futuro. Uno de los retos que él identifica es que estas oleaginosas promisorias se incluyan en los planes de gobierno locales y poder dar el paso hacia el alistamiento tecnológico.

Y es que lo que recibe la comunidad son modelos y herramientas para que se empiecen a construir empresas. El proyecto incluye desde mapas de la zona para que se identifiquen los predios con mejor disposición para la siembra, semillas de la mejor calidad, maquinaria y protocolo para el procesamiento del fruto y la extracción de los productos, incluso una que permite la utilización de material para generar energía.

¿Cuál es la oportunidad que tienen esos productos? Lo que el profesor Yaromir ve es un mercado que se puede expandir gota a gota. Que con una persona que consuma y le gusten los productos se vaya colonizando poco a poco un espacio, por ejemplo, en el sector de la alimentación. Que ocurra lo mismo con los otros sectores como el cosmético y el de la nutrición animal y sean cada vez más los cultivos de higuerilla y sacha inchi.

El profe Jesús está estudiando más posibilidades porque cuando empezó a sembrar junto a Salvador se contactó a través de internet con clientes potenciales de Perú y México que le preguntaron por cantidades que superaban en muchos las pocas plantas que tenían. A esos mercados esperan llegar ahora que tienen en las manos, además de las semillas, la posibilidad de acceder a los prototipos, máquinas y protocolos para tener ese cultivo en el que tienen fija la fe.

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Alejandro Gómez Valencia 
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​Valdivia, aunque no está ubicado en el Bajo Cauca, es un municipio que el proyecto incluyó entre los que se espera afectar positivamente con la siembra de higuerilla y sacha inchi. La imagen corresponde al evento de cierre en la hacienda La Uribe de Caucasia.
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Invención de EAFIT y el Metro de Medellín recibió patente en Estados Unidos

Junio 8, 2018

El desarrollo –el segundo de investigadores de la Universidad que recibe patente en el exterior– permite detectar falencias en las ruedas del sistema metro y garantizar la seguridad de los pasajeros.

La Universidad suma 23 patentes, cuatro de estas en alianza con el Metro, entidad con la que trabaja hace 13 años en la generación de investigación y conocimiento.

​Un nuevo resultado de investigación de EAFIT fue reconocido en Estados Unidos donde la Oficina de Patentes y Marcas concedió el 19 de mayo la patente denominada Sistema para detectar defectos en la redondez de las ruedas de un vehículo ferroviario, un desarrollo en el que trabajaron EAFIT, el Metro de Medellín y Colciencias para aportar a la seguridad de los usuarios del sistema metro.

En febrero de 2016 la Superintendencia de Industria y Comercio de Colombia ya le había otorgado patente a este invento, obra de los investigadores Germán René Betancur Giraldo, Pedro Fernando Melo y Leonel Francisco Castañeda Heredia, integrantes del Grupo de Estudios de Mantenimiento Industrial (Gemi) de la Universidad.

Para Leonel Francisco Castañeda, director del Gemi, el mayor aporte de este avance tecnológico es resolver un problema del sistema de transporte que redunda en mayor seguridad para los usuarios. El proyecto de investigación que soportó esta creación –dijo– se llamó Automatización de la evaluación técnica de ruedas ferroviarias para el Metro de Medellín. Desarrollos: DiagnoVision-Rueda y DiagnoDefecto-Rueda.

"Es un sistema conformado por sensores adheridos a los rieles de una vía ferroviaria que registran el paso de cada rueda del tren. Esta tecnología junto con el método de procesamiento fueron patentados. Permite identificar si las ruedas presentan algún tipo de defecto, por ejemplo, un aplanamiento de rueda", explicó Germán René Betancur, docente investigador del Departamento de Ingeniería Mecánica de EAFIT.

Mauricio Soto Garcés, jefe del área de Investigación, Desarrollo e Innovación del Metro de Medellín, celebró la patente del organismo estadounidense a este desarrollo y afirmó que esta concuerda con el propósito de la entidad "de generar calidad de vida al transportar a las personas y conectar territorios", pues entre sus valores está el compromiso con la seguridad y el cuidado de los usuarios, siempre con un espíritu innovador.

En dicho sentido, esa área trabaja para reemplazar elementos fabricados por proveedores internacionales y homologar partes del sistema metro, con el fin de sustituir piezas obsoletas que impidan el correcto funcionamiento de los diferentes medios de transporte que lo componen.

Este invento entra a fortalecer dichos esfuerzos, específicamente el proceso de revisión de las ruedas, cuya vida útil, de acuerdo con Mauricio Soto Garcés, es de 700.000 kilómetros, con un promedio de recorrido diario entre 350 y 500 kilómetros. Cada una tiene 850 milímetros de diámetro y, en cuatro o cinco años, puede perder hasta 50 milímetros, que es el desgaste máximo aceptado antes de ser retirada de circulación.

El investigador Mauricio Soto explicó que "la revisión del estado de las ruedas implicaba la asignación de personal para hacer mediciones con contadores análogos, en el punto donde estas tienen mayor contacto con el riel. Pero este sistema permite hacer mediciones constantes a través de sensores en tramos de la vía, los cuales miden el patrón de fuerza generado por la rueda sobre el riel".

Este procedimiento permite detectar si un punto concreto de la rueda no ejerce la misma fuerza, un indicativo de la falta de redondez de la misma, conocida por los técnicos como excentricidad. Generalmente, el proceso para perfilar las ruedas se realiza cada vez que estas cumplen los 85.000 kilómetros de recorrido pero, con este método, esta acción puede realizarse sin necesidad de detener la operación de los vagones. 

Otras de sus ventajas es que reduce las molestias para los pasajeros, desgastes en los equipos y riesgos de descarrilamiento, debido a lo que el jefe de Investigación, Desarrollo e Innovación del Metro de Medellín describió como "vibraciones en la estructura del vagón que producen ruidos, fisuras y daños estructurales en los vagones".

Soluciones locales

La concesión de la patente por parte de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos es, además, un aporte en términos de creación de sinergias entre la academia, la empresa privada y el Estado.

Así lo consideró Félix Humberto Londoño González, director de Investigación de EAFIT, quien indicó que "esto implica un avance en la generación de conocimientos y capacidades para resolver problemas del entorno local pues, generalmente, en estas situaciones se buscaba asesoría en el exterior y se solucionaban los problemas sin generar conocimiento local ni tecnologías aplicables. Sin embargo, cuando el conocimiento y los desarrollos se generan localmente, quedan para dar solución a problemáticas propias".

El directivo añadió que este hecho no solo abona terreno para desarrollar nuevos avances a nivel de tecnología ferroviaria en Medellín sino que, al tratarse de una patente en Estados Unidos, permite pensar en la posible comercialización de este sistema en el exterior, lo que redundaría en beneficios económicos para la región.

Esta es la segunda patente por fuera de Colombia que reciben investigadores de EAFIT. El 3 de febrero pasado la Oficina Japonesa de Patentes concedió patente a la invención de un dispositivo que calcula los cambios volumétricos en una sustancia, usado en el sector constructor para medir la retracción de los fluidos de los materiales en los primeros minutos después de empezar la mezcla de cemento. El desarrollo fue fruto de la cooperación investigativa entre Cementos Argos y la Universidad.  Otras patentesOtras tres patentes de invención han sido otorgadas por la Superintendencia de Industria y Comercio a EAFIT y al Metro de Medellín. Una por el Sistema de monitoreo de la condición de circulación de vehículos en el punto de conexión y operación entre el cable, la cabina, la estación y la pinza soporte en un sistema de transporte de tracción por cable, obtenida en agosto de 2015; otra por el Dispositivo de suspensión para vehículos ferroviarios, obtenida en octubre de 2015; y una más por el Método para la inspección de los parámetros geométricos de ruedas de vehículos ferroviarios, obtenida en diciembre de 2015. 

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​La automatización del procedimiento para detectar malformaciones en las ruedas de los vagones del metro permite reducir tiempo y costos de operatividad a la empresa Metro de Medellín.
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