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Estudiantes / Opinión / 14/08/2014

Entre 'bichos' y gente

Las opiniones publicadas en esta sección son responsabilidad de cada columnista, y no representan necesariamente el pensamiento y la visión de la Universidad EAFIT

​Por: David Bermúdez Tamayo, estudiante del pregrado en Biología y coordinador Semillero Entomología

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​​ ​Habitan nuestro planeta desde hace más de 400 millones de años y, seguramente, nuestra especie desaparecerá y ellos continuarán aquí. Existieron algunos que medían varios metros de largo y hoy conocemos otros que no superan el milímetro, nos brindan numerosos servicios ecosistémicos de los que dependemos como especie. Sin embargo, algo pasa cuando nos los mencionan, generalmente llega a nosotros una idea de asco o de miedo.

Me refiero a los artrópodos. Y, ¿quiénes son esos? Pues bien, probablemente sean el grupo de seres vivos más diverso y de mayor éxito ecológico que podrán existir jamás. Es posible que la palabra artrópodo suene extraña para muchos, pero con seguridad la palabra insecto o arácnido sea más familiar.

Estos dos grupos hacen parte de los artrópodos, pero no son los únicos, todos los crustáceos, los milpiés y ciempiés, además de una infinidad de especies extintas hacen parte de un grupo que la Biología ha denominado Arthrópoda, que viene del griego ἄρθρον - árthron (articulación) y de πούς - poús (pie).

Todo su exoesqueleto es articulado, característica que entre otras cosas les ha permitido colonizar ciertos lugares que ningún otro animal podría, así como explotar determinados recursos inalcanzables para otros tipos de vida. Los crustáceos, por ejemplo, hace varios millones de años dominan los mares, así como los insectos hacen lo mismo en la tierra.

Todos los artrópodos comparten un ancestro común, desde los microscópicos ácaros, con los que dormimos todos los días, y las costosas y apetecidas langostas; hasta las indeseadas y abundantes cucarachas, o los gigantescos cangrejos de las profundas aguas japonesas que alcanzan, incluso, los 1.5 metros de largo y superan los 20 kilogramos de peso. Todos estos y muchos otros son familia… Son artrópodos.

Con frecuencia se mira la Biología como “la ciencia de los datos curiosos”, pues, en general, la información que nos llega sobre el estudio de la vida está relacionada con relatos de hazañas de animales y plantas que parecen sacadas de la ciencia ficción. Sin embargo, yo diría que es todo lo contrario, pues los seres vivos nos han servido todo el tiempo como modelo biológico para “crear” cosas nuevas.

Basta con analizar el aspecto de los extraterrestres en las películas, o pensar en el comentario que surge en la mayoría de personas al ver un insecto: “Mirá ese bicho… Se parece a un extraterrestre”. Pero, ¿no será que los extraterrestres son los que se parecen a los insectos y nos hemos inspirado en estos para, tal vez, reflejar nuestro miedo a lo desconocido y a lo que, apartemente, es tan distinto a nosotros?

¿Será que la manera como, en general, nos muestran a estos animales ha influido en la percepción que tenemos de ellos? Sí, es cierto que existen artrópodos que representan un problema o un peligro para nosotros, pero solemos generalizar y no diferenciamos los insectos que en realidad son una plaga o significan un riesgo. Lo más común es agrupar a la mayoría de “bichos” en la misma categoría de “indeseables”.

En definitiva, si bien hay que tratar con cautela la información que se publica, en muchos casos las historias que encontramos en el mundo natural superan ampliamente el relato más fantástico de cualquier película de ciencia ficción y, más importante aún, todo esos “datos curiosos” son solo una pequeña parte de lo que podemos entender y descubrir en términos biológicos pues, detrás de esa información, hay infinidad de interacciones que van desde lo molecular hasta lo ecosistémico que nos hablan de procesos históricos y evolutivos, y que requieren no solo de la Biología, sino de la Física, la Química, la Astronomía, la Geología o la Antropología.

La intención con este artículo no es “enamorarlos" de los artrópodos, aunque si eso sucede me parece maravilloso y son bienvenidos en el Semillero de Entomología.

Mi invitación es a pensar en la importancia de estos animales y, a través de ellos, a pensarnos como parte del medio ambiente, pues los seres humanos somos una de las especies que hace parte de las millones de ramas del árbol de la vida.

Estoy convencido de que a través de los artrópodos es posible no solo abordar una infinidad de temas porque su diversidad implica la interacción con una variedad de seres vivos, sino que también es su estudio el que nos puede confrontar con ideas acerca de nosotros mismos como, por ejemplo, la de pensar que la evolución tiene al Homo Sapiens como resultado final y definitivo. Nada más lejano de la realidad y de la evidencia que ese pensamiento.

Basta con mencionar que existen crustáceos que logran percibir colores que jamás veremos o que los tardígrados, parientes cercanos de los artrópodos, pueden resistir condiciones extra atmosféricas durante largos periodos de tiempo. Así la pregunta podría ser: ¿quién es, entonces, el ser vivo “más evolucionado”?

Última modificación: 05/02/2015 12:18

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