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Noticias / Internacionalización

Este sueño mío

Las ideas de un chino común y corriente que quiere mostrarle
a sus amigos extranjeros otra idea sobre China

 

Por Zhou Xiangmeng (ver hoja de vida), investigador del  Centro de Estudios Asia-Pacífico

En el año 1930 nació mi abuela. A los 16 años empezó a trabajar en una fábrica de tabaco, la cual fue japonesa durante la época de la colonización de Japón en China. Siempre le pregunto a ella una cosa que da vueltas en mi cabeza: ¿Cómo se sintió trabajando en una empresa japonesa? Me suele contestar con una sonrisa: la verdad es que en aquel entonces no importaba donde trabajara ni con quién trabajara, lo importante era tener con qué mantener a la familia.

En el año 1960 nació mi mamá. Para ese entonces apareció una cifra muy rara en la historia china: el crecimiento demográfico de mi patria empezó a transformarse en una situación negativa. Todos sabemos que este accidente fue porque Mao decidió el Gran Salto de la Nueva China. El mundo estaba fabricando acero y la producción de éste servía para medir el nivel de industrialización de un país. Por esta política equivocada, y por un desastre natural, no hubo casi nada de cosecha agrícola en el país más grande del mundo. Más de 20 millones de personas murieron según la información demográfico oficial de Beijing. Mi mamá sobrevivió.

En el año 1985 mis padres se casaron. Antes de su casamiento ellos no se conocian. Su matrimonio fue un acuerdo entre las dos familias. Una decisión de los padres marcó los próximos 40 (o más) años de dos jóvenes. Afortunadamente todo salió bien.

Un año después nací yo. Como un chico que llega al mundo después de la reforma y la apertura, a decir verdad, no puedo entender muy bien la vida miserable de mis abuelos o de mis padres. Se ha mejorado mucho la vida cotidiana del pueblo. Podemos encontrar muchas cosas extranjeras, podemos acceder a las informaciones occidentales, podemos viajar al extranjero libremente. Estudié en una escuela primaria internacional donde tengo muchos amigos japoneses o coreanos.

Como hijo de una familia común y corriente, también disfruto la oportunidad de trabajar para el gobierno como un funcionario público. Ahora puedo venir a Colombia para realizar unas investigaciones y estudios. Creo que también puedo elegir mi esposa.

Los cambios de mi familia también ocurrieron y están ocurriendo hoy en China. En el mundo existe el sueño americano, lo cual para nosotros es muy lejano e irreal. De hecho, el sueño chino es el que cambia nuestra vida.

China entró en el siglo XX con mucha humillación y un caos social. Perdimos todas las guerras contra los invasores extranjeros desde 1840. De hecho, la plata que debería pagar mi patria a los invasores por las guerras significaba 20 años de ingreso fiscal de aquel entonces. ¡Imagínense, un país 20 años sin ingreso! Los chinos sobrevivimos a esta situación.

En los primeros diez años del siglo XXI nos hemos convertido en la segunda economía mundial y en el primer país exportador del mundo. Se trata de algo que nunca habíamos alcanzado a imaginar. Estamos realizando los sueños de los fundadores de la patria. Estamos recuperando la vitalidad de la economía y el renacimiento de la cultura china.

Casi todo el mundo está reconociendo el desarrollo económico de China hablando del modelo chino especialmente bajo la circunstancia de la crisis financiera. Sin embargo, el desarrollo de China no solamente se concentra en la economía. Mis amigos occidentales me hacen muchas preguntas: ¿Todos los chinos comen perros?,  ¿ustedes saben Kung Fu?, ¿las marcas azules no se pueden vender en China porque significan el Partido Nacional de Taiwan? Esto me demuestra que hasta ahora, el mundo todavía no conoce muy bien a China. Claro, no dedicamos suficiente tiempo para mostrar la realidad de nuestro país. Al mismo tiempo, quizá el resto del mundo está satisfecho por sus conocimientos actuales sobre China, es decir, un país antiguo en donde todo el mundo sabe Kung Fu y come comida rara.

Si encuentras a un chino joven escuchando la música Hip-Hop, tomando café colombiano, comiendo comida occidental, leyendo las obras de literatura castellana, viendo ESPN, tranquilo, así es la vida normal de un joven en China. De hecho, esta generación joven china está conociendo y siendo una parte del mundo actual. Quizá me equivoco en este punto: creo que de las generaciones jóvenes en todo el mundo, los chinos conocemos más al resto en nivel general.

Como soy una persona que trabaja en asuntos diplomáticos tengo el ideal de que el resto del mundo pueda conocer a China como yo quiero conocer a Colombia y a otros países latinoamericanos. Que se den cuenta de nuestros éxitos y nuestros errores, de nuestra cultura antigua y la vitalidad actual. El sistema chino, igual a los otros del mundo, no es perfecto.

Todavía tenemos muchos lugares que desarrollar y cosas por mejorar como la igualdad social, el sector de los derechos humanos (desde el punto de vista occidental), el equilibrio de desarrollo de diferentes zonas, etc. No obstante, China no solamente tiene estos errores o lugares subdesarrollados sino también algunos puntos brillantes.

Si podemos decir que el sueño chino en los años treinta del siglo pasado.

Hoja de Vida

Zhou Xiangmeng, chino.

  • Licenciado de Literatura Castellana y Política Internacional de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, China.
  • Especialista de Estudios Políticos con énfasis de Geopolítica de EAFIT.
  • Desde 2009, comenzó la carrera diplomática trabajando como analista político en el Buró de América Latina y el Caribe del Departamento Internacional del Partido Comunista de China. Actualmente, trabaja como investigador del Centro de Estudios Asia-Pacífico de EAFIT.

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