1 de noviembre de 2020 | ESTUDIOS DE GESTIÓN, ORGANIZACIONES, MERCADOS, INDIVIDUOS Y ENTORNOS
Hay una generación de individuos que se destaca por apegarse a la ropa más que las otras: los baby boomers.
Estas personas, nacidas entre 1946 y 1964, conforman la segunda generación más numerosa en el mundo –luego de la
generación Z-, y por eso sus características como consumidores se han convertido en un objeto de estudio.
¿Por qué suelen apegarse tanto a la ropa? Los baby boomers nacieron en un mundo que se recuperaba de la escasez de recursos causada por la Segunda Guerra Mundial, lo cual hizo que tuvieran una concepción diferente frente al ciclo de vida de los objetos: para ellos, las cosas deben durarles el mayor tiempo posible.
Una investigación reciente de la Universidad EAFIT estudió el comportamiento de una población de baby boomers de Estados Unidos frente a sus prendas de vestir que más valoran y mantienen, con el fin de indagar qué hace que nos apeguemos emocionalmente a la ropa.
Experiencias de significado que nos encariñan con objetos
"Fue el vestido que utilicé en mi fiesta de graduación”, “Tenía puesta esta chaqueta en la primera cita que tuve con mi esposo” y “este chaleco es mi prenda feliz” fueron algunas de las respuestas que dieron los baby boomers del estudio cuando se les preguntó por qué conservaban prendas muy viejas o que ya no usaban.
¿Qué tienen en común estas respuestas? En cada una de ellas se relaciona a la prenda con una experiencia, un recuerdo memorable o un sentimiento: se le da un significado.
Y el estudio reveló que ese significado puede originarse a partir de estos tres factores que generan un vínculo con la ropa.